Familias Cristianas – Orar Para Ejercer Dominio Propio

 

El mundo y el diablo pretenden por todos los medios controlar la mente de tu hijo. La buena noticia es que tú tienes la autoridad para resistir esos esfuerzos. Si tu hijo es joven, tienes la autoridad sobre lo que él deja entrar en su mente; la televisión, las películas y los videos que mira, los programas de radio, los casetes y los discos compactos que escucha, los libros y las revistas que lee.

También puedes hacer mucho para ayudar a tu hijo a llenar su mente con música, palabras e imágenes piadosas. Pero lo más importan­te de todo es el poder de la oración que te ha sido dado. Por lo tanto, aunque tu hijo esté fuera de tu influencia diaria, puedes orar para que su mente esté sana, protegida y libre.

Una de las tantas cosas maravillosas al recibir a Jesús y ser lleno del Espíritu Santo, es que junto a todas las demás bendiciones, adquirimos la estabilidad y el dominio propio que no es posible conseguir otra forma. La razón es que se nos da la mente de Cristo. La Biblia dice: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús» (Filipenses 2:5).

Podemos resistir la mentalidad del mundo y permitir que su mente esté en control, así como renovar nuestros intelectos de continuo, llevando todo pensamiento cau­tivo.

Desde comienzos de sus veinte años de edad y hasta su muerte a los sesenta y siete años, mi mamá padeció una enfermedad mental. Pude ser testigo presencial de lo que es para alguien vivir en un mundo de fantasía y no tener control sobre los pensamientos que vienen a su mente. Fue una experiencia aterradora. Cuando conocí al Señor, oraba con frecuencia para que ninguno de mis hijos ni yo heredáramos ninguna inestabilidad mental. Siempre que me preocupaba decía: «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2º Timoteo 1:7).

Muchas veces he dicho: «Dios me ha dado dominio propio. También se lo ha dado a mis hijos. No aceptaré nada menos que eso».

La enfermedad mental no tiene que ser heredada de genera­ción en generación, y el desequilibrio mental no es la voluntad de Dios para nuestros hijos. Ni tampoco lo es un pensamiento confuso o inestable.

Gran parte del dominio propio, está estrechamente vinculado con lo que entra a nuestra mente. Si dejamos que penetre lo que hay afuera en el mundo, esto trae confusión. Impregnar nuestro intelecto con las cosas de Dios, en especial su Palabra, implica claridad de pensamiento y paz mental. La Biblia dice: “Dios no es Dios de confusión, sino de paz”. (1º Corintios 14:33).

Tenemos que hacer lo posible para asegurarnos de que nuestros hijos tienen la Palabra de Dios en sus mentes, de modo que la confusión sea desplazada y reine el dominio propio.

Dios nos ha dado dominio propio. ¿Por qué hemos de aceptar algo menos para nuestros hijos? Pídelo a Dios.

 

Oración por tu Hijo.

“Señor, gracias por prometernos dominio propio. Yo re­clamo esa promesa para…………………………………. (nombre del niño). Oro para que su mente sea clara, alerta, brillante, inteligente, estable, en paz y despejada. Clamo para que no haya confusión, ofuscación y ningún pensamiento desequi­librado, disperso, desorganizado o negativo. Oro para que su mente no esté llena de pensamientos complejos o confusos. Sino, proporciónale claridad de mente para que pueda enfocar correctamente sus pensamien­tos en todo momento.

Dale la habilidad de hacer decisiones claras, de poder entender todo lo que él necesita saber, y poder poner su atención en lo que precisa hacer. Yo hablo sanidad en el nombre de Jesús donde ahora exista cualquier desequilibrio, daño o disfunción mental. Que sea renovado en el espíritu de su mente (Efesios 4:23) y que tenga la mente de Cristo (1º Corintios 2:16).

Yo oro para que él ame al Señor con todo su corazón, su alma, y su mente, de tal manera, que no haya cabida en él para las mentiras del enemigo o el clamor del mundo. Que la Palabra de Dios sea arraigada en su corazón y llene su mente con cosas verdaderas, honestas, justas, puras, amables, de buen nombre, virtuosas, y dignas de alabanza (Filipenses 4:8). Hazle entender que todo lo que entre en su mente se hace parte de él, para que valore cuidadosa­mente lo que ve y oye.

Tú has dicho: «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado» (Isaías 26:3). Te imploro que su fe en ti crezca a diario, para que pueda vivir para siempre en paz y sanidad mental».

Extracto del libro “El Poder de los Padres Que Oran”

Por Stormie Omartian

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

  1. Gracias por lo aclarado , en este momento tengo una herramienta para empezar a luchar por mis hijas en un mundo hostil y sin limites ni consciencia de lo bueno y lo malo , un mundo sin Dios.

    Gracias.

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