Familias Cristianas – Trastornos Relacionados con el Abuso Físico en Niños 1
Los trastornos relacionados al abuso son los más dolorosos y lamentablemente los más frecuentes. Es necesario hablar sobre este tema ya que es una realidad en muchísimos hogares.
Para comprender cuán destructivo que puede ser todo tipo de abuso, es necesario entender en primer lugar, la importancia del tema de la autoestima.
Ahora bien, ¿qué es la autoestima?
Es lo que el niño siente por sí mismo. La autoestima se forma a través de la experiencia e influye en la creatividad, integridad y estabilidad del niño. Comprende el conjunto de percepciones, sentimientos, imágenes y juicios de valor referentes a sí mismo y depende de la calidad de las relaciones que existan entre el niño y aquellos que desempeñan papeles importantes en su vida ya que ellos son su principal fuente de afecto y seguridad.
Por lo tanto, el desarrollo del niño se verá afectado si él no se siente amado, protegido y aceptado. Cada palabra o expresión del rostro de los padres envía un mensaje directo a la autoestima. El sentimiento de propia valía constituye el núcleo la personalidad del pequeño y determina la forma en que emplea sus aptitudes y habilidades. El niño que posee autoestima elevada es el que tiene más probabilidades de triunfar.
Así, el nivel de autoestima se relaciona principalmente con tres condiciones:
1. Debe existir la total aceptación del niño por parte de los padres.
2. Es necesario que reciban instrucciones claras y definidas.
3. Debe haber respeto por la individualidad del niño.
¿Qué sucede con los niños rechazados a medida que crecen?
Dado que sufren un exagerado temor al fracaso, no intentan hacer nada de lo que les gustaría hacer. De ahí que a menudo se sientan frustrados, aburridos e insatisfechos.
Son indecisos. Se empantanan en un sin número de elecciones conflictivas y no pueden decidirse por lo correcto.
A menudo están deprimidos. Se sienten abrumados por la necesidad de hacer una tarea de forma perfecta. De manera que permanecen inactivos. No hacen nada, y esto los deprime.
La parálisis de la perfección a menudo va acompañada de un sentimiento de culpa. Esta se acumula a medida que la persona intenta hacer algo y el resultado es menos que perfecto. Él o ella lo intentan otra vez, no llegan a la perfección, y el sentimiento de culpa aumenta.
Dentro del maltrato infantil, debemos hacer referencia a tres tipos de abuso:
1. Abuso Físico.
Por abuso físico entendemos golpear, pegar, abofetear, castigar y atacar físicamente a los niños. Es una lamentable realidad que haya padres que no saben diferenciar dónde termina la disciplina y dónde empieza el abuso físico, y niños que son abusados con objetos contundentes como palos, sogas o cadenas.
El daño físico se presenta en los casos extremos a través de quemaduras, hematomas, fracturas, accidentes injustificados o lesiones internas severas. Por otra parte, debemos ser conscientes del gran daño emocional que el castigo provoca en la mente del niño. Una autoestima deficiente, problemas de conducta, de aprendizaje, son sólo algunas de las alteraciones por las cuales un niño golpeado puede atravesar.
Pegarles a los niños les enseña que la interacción entre los seres humanos está basada en la fuerza, que el poder es justicia. Mientras más golpeado sea el niño, mayor será la posibilidad de que él llegue a ser un adulto que se relacione con otros, no por medio de la persuasión, sino por medio del uso de la fuerza.
Los niños que han sido golpeados no consideran que su cuerpo les pertenezca. Los golpes les acostumbran a aceptar la idea de que los adultos tienen poder absoluto sobre sus cuerpos, incluso el derecho de causarles dolor.
Las nalgadas les convencen, por otra parte, de que sus zonas sexuales están sometidas a la voluntad de los adultos. No es muy probable que el niño que se somete a ser golpeado un lunes diga «no» a un violador un martes. Los adultos que les abusan o explotan sexualmente, lo saben.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Dejadlos Venir a Mí”
Por Daniel Bravo
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