Guerra Espiritual – La Liberación es el Pan de los Hijos 2

Continuemos.

La liberación nos pertenece a nosotros los hijos de Dios que hemos nacido de nuevo. Él pagó por todos nuestros pecados, rebeliones, maldiciones genera­cionales, rechazo y más. De todo esto, surge una pregunta: ¿por qué los creyentes necesitan liberación si Jesucristo nos redimió de todo?

Recuerde, el Espíritu de Dios vino a morar en nosotros, pero todavía en nuestra alma y en nuestro cuerpo hay influencias del pasado. Para que el Espíritu Santo more a plenitud en nosotros, tenemos que limpiar la casa. Esas influencias del pasado pueden ser los pactos directos e indirectos hechos con el enemigo; necesitamos romper con las maldiciones generacionales que se arrastran en nuestra línea san­guínea para ser totalmente libres. Algunas veces, la liberación en las personas es instantánea, pero en otras, es progresiva; por lo tanto persevere, ya que esa liberación es suya por herencia.

Muchos creyentes saben en teoría que son libres, pero todavía no se han apropiado de este conocimiento para gozar de una libertad total. Después de Su muerte y resurrección, Jesús nos hizo renacer en una esperanza de vida nueva. Ahora, todo aquel que quiera, puede comer gratuitamente de la mesa y gozar de todas las bendiciones, porque nos ha hecho hijos e hijas de Dios por la fe en Él.

La Liberación es un Misterio.

Hay muchos misterios en la Biblia, pero hay uno que las personas tienen mayor dificultad para entender: el misterio de la liberación. ¿Por qué muchos pastores y ministros no entienden el misterio ni el ministerio de la liberación? Si todos leemos la misma Biblia, ¿por qué hay ministros que aún critican y se oponen a este ministerio? La razón es muy simple. El ministerio de echar fuera demonios y de liberar es un misterio que sólo se puede entender por medio de la revelación del Espíritu Santo.

«El hipócrita con la boca daña a su prójimo; más los justos son librados con la sabiduría» (Proverbios 11.9)

Si queremos ver principados y potestades derribados en los aires, tenemos que echar fuera demonios aquí en la tierra. Hay gente que quiere entrar en guerra espiritual en la ciudad y en los aires sin primero echar fuera los demonios de las personas. Cuando esto se haga, los principados en los aires serán afectados. Dios está levantando un ejército que echa fuera demo­nios en todo el mundo.

En Mateo, cuando Jesús envió a los doce, lo primero que les dio fue autoridad para echar fuera demonios.

«Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aún los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo, he aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. En aquella misma hora, Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar» (Lucas 10.17-22, Mateo 10.1).

La liberación fue una de las partes importantes dentro piel ministerio de Jesucristo. Si usted lo analiza detalladamente, encontrará que el ministerio de la liberación que Cristo estableció en el Nuevo Testa­mento o nuevo pacto, lo diferencia a Él, de todos los siervos del Antiguo Testamento, o antiguo pacto.

En el Antiguo Testamento, vemos cómo Dios levantó grandes profetas, tales como Elías, que hizo descen­der lluvia y fuego del cielo; o Moisés, que abrió el Mar Rojo. Pero nunca se había visto un hombre de Dios echando fuera demonios. El más cercano y parecido a la liberación fue el caso de David que cuando alababa a Dios y tocaba su arpa, el espíritu inmundo que ator­mentaba a Saúl lo dejaba temporalmente.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Sanidad Interior y Liberación”

Por Guillermo Maldonado

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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