Hombres Cristianos – El Hombre Como Cultivador 1

 

El hecho de conocer la Palabra de Dios es esencial para los hombres si es que van a cumplir con su responsabilidad como cultivadores de las vidas espirituales y personales de los miembros de su familia.

 

Creados y Diseñados Para Cultivar.

Antes de que Eva fuera creada, Dios colocó a Adán en el Jardín del Edén y le dijo que lo cultivara (Génesis 2:15). Cultivar significa mejorar algo del estado en que tú lo recibiste. Un hombre recibe algo para que lo trabaje, él nunca debería terminar con lo mismo que tenía cuando lo recibió.

Cuando él termina de trabajar en ello, debería estar multiplicado, más efectivo Y mucho más fructífero. Dios le dijo al hombre que debería de ser un edificador, y cualquier hombre que quiere ser un verdadero hombre va a apreciar su responsabilidad de mejorar todo lo que le rodea.

Algunos hombres se concentran sólo en su propio fruto y en sus logros personales. Ellos sólo se están mejorando a ellos mismos. Esto se llama egoísmo. Ellos no tienen esposas fructíferas, ni hijos fructíferos, porque ellos los han descuidado por completo. Un verdadero hombre ve por las necesidades de los demás y los ayuda a crecer.

 

1. Cultivador de Su Trabajo, de Sus Talentos y de Sus Habilidades.

Primeramente, el hombre ha sido diseñado para hacer su trabajo de tal manera que él es capaz de convertirlo en una cosa mucho mejor de cómo era originalmente. En la parábola de los talentos, el hombre que se encontraba viajando fuera del país le confió al primer siervo cinco talentos, al segundo le confió dos talentos y al tercero le confió un talento. Está implicado que el hombre les dijo a ellos: «Ahora, cuando yo regrese, yo no sólo quiero ver el mismo dinero que les di. Yo quiero ver la ganancia sobre mi dinero invertido en ustedes«. Cuando el hombre regresó, y el siervo que sólo tenía un talento no había hecho nada para obtener ganancia del dinero de su amo, fue llamado «malvado» y «flojo». (Mateo 25:26).

Si un hombre todavía sigue trabajando en lo mismo en lo que estaba haciendo hace diez años y no ha mejorado nada en su vida, hay algo malo ahí. Cada parte de la sociedad debería estarse desarrollando si es que tenemos verdaderos hombres en medio de nosotros. Pero muy frecuentemente tenemos destructores en lugar de tener edificadores. Ellos están destruyendo nuestras casas, escribiendo grafiti en nuestros edificios, robando y matando. Los hombres-varones necesitan regresar a su propósito, y necesitan dejar de usar su fuerza en los motivos equivocados.

 

2. Cultivador de Sus Hijos.

El hombre también fue hecho para cultivar a sus hijos, para proveer un medio ambiente para su crecimiento personal y espiritual. Nuevamente, él sólo puede hacer esto si está saturado con la Palabra de Dios. Los padres deberían edificar en vez de destruir. Por ejemplo, tú nunca deberías decirle a tus hijos que son estúpidos. ¿Por qué? Porque esos niños son tu semilla o tu simiente. Tú necesitas nutrirlos para que ellos crezcan y fructifiquen. Recuerda que la astilla de madera salió del viejo tronco de madera, y por lo tanto, el viejo tronco no debería criticarla. Cuando tus hijos hacen algo equivocado, tú debes corregirlos amable, pero firmemente.

Un padre debe ayudar a sus hijos a descubrir sus dones y sus talentos. El debería afirmar sus logros y decirles lo que ellos pueden llegar a ser en la vida, para que tengan una mirada positiva, basada en la fe en Dios. Los niños necesitan ser motivados.

 

3. Cultivador de Su Esposa.

Los hombres tienen una responsabilidad especial de cultivar a sus esposas. Pero, debido a que frecuentemente tienen ideas que no son reales acerca de las mujeres, ellos acaban descuidándolas o lastimándolas.

Muchos de nosotros como hombres andamos por aquí y por allá con imágenes específicas en nuestra mente acerca de lo que queremos que sean nuestras esposas, y cuando ellas no están a la altura de nuestras expectativas, les echamos la culpa. En un punto, Dios me mostró que yo tenía esta actitud hacia mi esposa, y Él tuvo que corregirme.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Entendiendo el Propósito y el Poder del Hombre”

Por Myles Munroe

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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