Hombres Cristianos – La Protección de tu Esposa 3
Continuemos.
Nuestra hija Amanda, y yo, ayudamos a Stormie que seguía doblada del dolor al sentarse en el auto, y a toda velocidad me dirigí por la autopista hacia el hospital de emergencias. No podía hacer nada para consolarla. El dolor que sentía era atroz.
Comencé a entonar cánticos de sanidad y a orar con fervor para que la atendieran inmediatamente. Cuando llegamos, corrí hacia la sala de admisiones de emergencia y gracia a Dios allí se encontraba una enfermera que corrió hacia el auto arrastrando una silla de ruedas. Con rapidez llevó a Stormie al cuarto de exámenes y después de varias pruebas, llegó un medico cirujano y de inmediato la llevaron al quirófano.
Oré por ella continuamente, rogándole a Dios que la mantuviera con vida. Llamé a otros para que también oraran, y ellos a su vez llamaron a otros más. Cuando terminó la operación y el cirujano salió a verme, me dijo que la apéndice se le había reventado y estuvo peligrosamente cerca de la muerte. El cirujano se vio obligado a tomar medidas extremas para salvar su vida, lo cual significaba que la recuperación sería larga y muy difícil. Pero no importaba. Ella estaba viva.
Yo nunca he experimentado una oración tan ferviente como la de aquella noche. Enfrentarnos a una situación de vida o muerte, le da a la oración intercesora un nuevo significado. Y nunca antes he estado tan consciente del poder y de la importancia de mis constantes oraciones por la protección y la seguridad de mi esposa. Todas las oraciones, que a través de los años hice por su protección, fueron contestadas. ¿Qué hubiera sucedido, en esos momentos, de estar ella fuera de casa, en alguna conferencia o en un avión? Creo que fue por la gracia de Dios y como respuesta a muchas oraciones para su protección que no se encontraba en ninguno de estos lugares.
Oración de Poder
Señor, te pido que rodees a (nombre de la esposa) con tu mano de protección. Protégela de todo accidente, enfermedad o influencia maligna. Protégela mientras viaja en auto, avión o dondequiera que se encuentre. Aléjala de todo peligro. Señor, en tu Palabra dices que aunque «Acecha el impío al justo, y procura matarlo. Jehová no lo dejará en sus manos» (Salmo 37:32-33). Protege a mi esposa de los planes de gente maligna. Te pido que al pasar por aguas profundas, tú la acompañes, y que cuando pase por los ríos, estos no la ahoguen. Que cuando pase por el fuego, no se queme, ni la llama arda en ella (Isaías 43:2). Te ruego que (nombre de la esposa) encuentre su refugio «en la sombra de tus alas… hasta que pasen los quebrantos» (Salmo 57:1).
Señor, te pido que ayudes a (nombre de la esposa) ver que ciertamente su cuerpo es tu morada. Permítele ser disciplinada en el cuidado de su cuerpo, y enséñala a decidir correctamente lo que come. Dale la motivación para ejercitarse con regularidad para que desarrolle resistencia. Ayúdala a descansar como es debido de modo que se sienta completamente rejuvenecida cuando despierte. Que te reconozca en todos sus caminos, incluyendo el cuidado de su cuerpo, para que puedas enderezar sus veredas.
No permitas que prospere ningún arma forjada en contra de mi esposa (Isaías 54:17). Mantenla en todo momento bajo la sombra de tu protección, y líbrala de la mano del enemigo, para que ningún mal se acerque a ella. Envía tus ángeles cerca de ella para que la guarden en todos sus caminos (Salmo 91:11). A mi esposa le digo que «Con sus plumas (Dios) te cubrirá, y debajo de sus alas estarás segura: escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegarás (Salmo 91:4-7).
Gracias, Señor, porque en este día cubrirás a (nombre de la esposa) y la ayudarás a acostarse en paz y asimismo dormir; porque solo tú, Jehová, la haces vivir confiada (Salmo 4:8).
Extracto del libro “El Poder del Esposo Que Ora”
Por Stormie Omartian