Hombres Cristianos – Las Relaciones de tu Esposa 2

 

Continuemos.

Cuando un esposo trae una esposa a su familia, es deber suyo orar para que ella halle gracia ante los ojos de cada uno de los miembros. Que él se enamorara de ella no quiere decir que ellos también se enamo­raron.

Además de tener buenas relaciones con amigos y familiares, cada pareja necesita tener por lo menos dos o tres parejas con quien emplear algún tiempo. No siempre es fácil encontrar dos personas que estén casados el uno con el otro, y en cuya compañía tú y tu esposa se sientan bien; y para que la relación funcione, uno de los dos tendrá que ser flexible. Lo cierto es que vale la pena orar por parejas con quienes uno pueda relacionarse. Si ya tienen amistades como estas, ora entonces para que crezca esa amistad.

La Biblia nos dice que no debemos unirnos «en yugo desigual con los incrédulos» (2 Corintios 6:14). Esto no significa que no puedas tener amigos inconversos, pero las relaciones que más influen­cia ejercen sobre tu vida deben ser con personas que se esfuerzan por vivir en la voluntad de Dios. Todos nosotros conocemos inconversos que son mejores «cristianos» que ciertos cristianos. Por lo tanto, ora para que Dios aparte de la vida de ustedes a todo aquel que no sea una influencia positiva.

Perdonar es vital. Es de vital importancia para cualquier relación tener y mantener un corazón perdonador. Es muy fácil encontrar algo que uno no quiera perdonar, y es por eso que tenemos que decidir ser gente perdonadora. Si no lo hacemos, nuestra falta de perdón puede desbordarse en cualquier momento hacia nuestras relaciones. Por ejemplo, ¿alguna vez salieron ustedes a cenar junto con otras pa­rejas y escucharon a un esposo o esposa hacer comentarios irrespetuosos, llenos de crítica o poco halagador sobre su cónyuge, frente a todo el mundo? Esto hace que todos los que están alrededor de la mesa se sientan incómodos. No importa con cuanta amabilidad la gente responda a tal comportamiento, todos le echan un vistazo secreto a sus relojes, diseñan en sus mentes un plan de escape pre­maturo y eliminan a tal persona de su lista de invitados para la próxima cena. Aunque lo dijeran en forma de broma, todos los allí presentes sintieron la vergüenza y el dolor de la persona que se ridiculizó. Quizás el esposo o la esposa tenían una queja legítima para hacer tal cosa, pero demostró ser muy debilucho al lidiar con el asunto de una manera tan cobarde. Todos saben que las conse­cuencias de tales palabras serán evidentes la próxima vez que el ofensor desee tener intimidad, y el cónyuge no tenga interés.

Comentarios tales como estos revelan un corazón implacable hasta el tope. Y una persona que no quiere perdonar afecta a to­dos los que la rodean. Cuando los esposos y las esposas no se per­donan mutuamente y no se tratan con el debido respeto, no solo sufren ellos mismos, sino que también sufren sus hijos, los miem­bros de la familia, amigos, compañeros de trabajo y cualquier otra persona con quien tengan algún tipo de contacto. Cuando una persona tiene en su corazón falta de perdón hacia alguien, las per­sonas que lo rodean se percatan de ello, aunque no sepan exacta­mente lo que está sucediendo.

Si tu esposa alberga falta de perdón en su corazón hacia al­guien, ora para que se libre de tal yugo. Si no se libera, se afectarán todas las relaciones que tenga y le será imposible llegar a ser todo aquello para lo cual Dios la creó.

Por favor, ora por tu esposa para que:

  • Desarrolle buenas amistades con mujeres piadosas.
  • Desarrolle buenas relaciones con todos los miembros de la familia.
  • Halle gracia ante los ojos de sus suegros.
  • No se convierta en «coleccionista de injusticias».
  • Se deshaga de las heridas del pasado.
  • Perdone por completo a otros.
  • Experimente reconciliación allí donde hay distanciamiento.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Poder del Esposo Que Ora”

Por Stormie Omartian

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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