Hombres Cristianos – Domino Versus Tiranía 7
Continuemos.
Su amor nos atrae hacia Él. Amamos tanto a Jesús que haríamos cualquier cosa que Él nos pidiera. ¿Por qué lo amamos? No es porque Él nos amenace con un gran martillo, diciendo, «Si tú pecas, te mato». Él nunca dice esto. Él dice, «Si tú pecas, Yo soy fiel y justo para perdonarte» (1 Juan 1:9). ¿Acaso no es maravilloso poder seguir a alguien como Él? Cada vez que tú resbalas, Él te levanta y te limpia. El no habla acerca de tu pasado. Nos sometemos a Él sólo porque lo amamos.
Así que la Escritura dice en esencia: «Mujeres, sométanse a sus maridos cuando ellos actúen como el Señor». Por ejemplo, supongamos que un esposo llega a su casa muy tomado, y va a su esposa, y le dice, «¡Yo quiero otro trago! Ve a comprarme otro trago». Ahora bien, ella es una preciosa dama cristiana, así que ella le dice: «Yo no creo que tú deberías estar toman…». Él la interrumpe a ella, y le dice: «¡Cállate la boca, mujer! Yo soy la cabeza de este hogar. La Biblia dice que tú debes someterte. Ahora, ve y cómprame un trago». Ella no entiende la verdadera naturaleza de la sumisión, así que le da miedo, toma dinero, compra una botella, y se la trae a su marido.
Lo que ella debería haber hecho es verlo a la cara y decirle: «Cariño, la Biblia dice que yo debo someterme a ti cuando tú actúes como el Señor Jesús. El Señor nunca me ha pedido que le compre algo que lo va a destruir. Y, debido a que yo te amo tanto, cariño, no voy a ir. Yo quiero que tú vivas». Entonces, por supuesto, ¡ella tiene que echarse a correr una vez que le dice esto! Pero eso es exactamente lo que el hombre necesita oír.
Las situaciones donde la gente tiene esposos o esposas que no son creyentes, suelen ser muy difíciles, pero la Biblia nos dice lo que debemos hacer bajo estas circunstancias.
En 1 Corintios 7 dice que si una mujer vive bajo la Palabra de Dios y su marido incrédulo quiere seguir viviendo con ella, «no lo abandone» (v.13). Sin embargo, si él no puede convivir con las convicciones de ella, la Biblia dice, «que se separe» (v.15). En otras palabras, si él no puede convivir con las convicciones de ella hacia el Señor, la Biblia le dice a ella, «que se separe». Tú no vas a comprometer tu fe ni siquiera por tu marido.
Algunas mujeres les permiten a sus maridos que las golpeen y que las dejen medio muertas porque ellas creen que esto es lo que significa ser sumisas. Yo he tenido que aconsejar a muchas mujeres que piensan de esta manera. Ellas vienen a mi oficina todas golpeadas, y me preguntan, «¿Qué es lo que tengo que hacer?» Yo les contesto: «Salga de ese lugar». «Pero la Biblia dice que me debo someter». «Sí, pero no dice que te debas someter a una paliza. Tú tienes que someterte al Señor. Y hasta en tanto no veas al Señor en tu casa, no regreses. Tú no tienes que ser tan tonta como para sólo sentarte ahí y permitir que tu vida esté en peligro».
«Bueno, la Biblia dice que tenemos que sufrir por causa de Jesús». «Mi querida hermana en Cristo, tú marido llega a la casa totalmente ebrio y te pega, ¿y tú estás hablando acerca de sufrir por Cristo Jesús? En ningún lado en la Biblia dice que tú debas quedarte ahí y que debas de sufrir todo ese abuso.
En 1º Pedro 2:19-20 dice que si tú sufres por causa del Evangelio, ese es un sufrimiento verdadero. Pero si tú sufres por causa de tu propio pecado y por tu propio gusto, eso no se te cuenta como sufrimiento por el Evangelio. Es muy tonto de tu parte que tú estés permitiendo que alguien te pegue y te deje con todas estas marcas y moretones, y entonces, te volteas y dices: ‘Todo esto es por causa de Jesucristo’. Esto no es sumisión«.
El punto que estoy tratando de mostrar a los hombres es este: no le pongas versículos como referencia a una mujer a menos que tú te estés comportando como Jesucristo lo haría. Cuando tú comiences a actuar como Jesucristo, tú no vas a tener que exigirle a tu esposa que se someta.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Entendiendo el Propósito y el Poder de los Hombres”
Por Myles Munroe
