Hombres Cristianos – Domino Versus Tiranía 8

 

Continuemos.

Cuando tú empiezas a amarla tal y como la ama Jesús, cuando tú empiezas a perdonarla tal y como la perdona Jesús. Cuando tú empiezas a bendecirla tal y como Jesús la bendice, cuando tú empiezas a cuidarla y a escucharla tal y como Jesús lo hace, ella va a hacer todo por ti, porque ella quiere que haya un hombre como Jesucristo en la casa.

Dios les está diciendo a los hombres: «No se te ocurra demandar respeto. No se te ocurra demandar sumisión. Tienes que ganártela». Recuerda que Jesús nunca le ordenó a nadie que lo siguiera. Nunca. Él siempre pedía, porque Él sabía quién era El y adónde iba. Él nunca necesitó demandar sumisión sólo para darse a Sí Mismo un poco de importancia. Y Jesús dijo, «Si ustedes me aman, van a guardar Mis mandamientos».

El hecho de mantener Sus mandamientos está basado en nuestro verdadero amor hacia Él. Este es el modelo que debemos seguir en las relaciones dentro del matrimonio y en todas nuestras relaciones que existen entre los hombres y las mujeres. Si un hombre quiere ser un verdadero líder, él debe aprender quién es él en Dios, y debe convertirse en alguien que se gane el respeto, en alguien que verdaderamente ama, guía y que inspira, en lugar de ser alguien que sólo forza a los demás siempre a hacer lo que él quiere.

 

13. Iguales y Diferentes.

Una vez que el hombre entiende la verdadera naturaleza de su fuerza, lo que va a necesitar recordar es que los hombres y las mujeres fueron creados iguales y diferentes. Ambos tienen dominio, y por lo tanto, su tarea es la misma.

Sin embargo, debido a que los hombres y las mujeres tienen propósitos diferentes, diseños diferentes y cuerpos físicos diferentes, su autoridad se manifiesta y se lleva a cabo de maneras diferentes.

El hombre fue creado primero porque él debía ser responsable de todo y de todos los que vinieran detrás de él. Dios no ha cambiado Su programa. Dios no va a quitar esa responsabilidad del varón jamás. La mujer que Dios creó necesita entender su propósito como ayudadora o asistente.

No debemos andar por todos lados, diciendo, «Bueno, la cultura ha cambiado hoy en día. La mujer no necesita respetar al hombre como el líder de la familia. No importa si el esposo es menos educado o si gana menos dinero que su esposa. Esto no cambia el propósito de Dios. La única manera para poder cambiar a nuestra confundida sociedad es regresando al plan de  Dios.

El  propósito es lo que determina la posición, y no el cambio social. Una mujer le puede decir a su marido, «Déjame decirte algo. Yo tengo una carrera universitaria, y tú sólo acabaste la preparatoria. Yo gano más dinero que tú. Yo podría pagar esta casa sola y sin tu ayuda. Yo no te necesito». ¿Qué clase de espíritu es éste? Yo sé que algunas mujeres tuvieron este tipo de actitud antes de ser salvas y conocieron los caminos de Dios. Sin embargo, esta no es la perspectiva que tenemos que mantener.

Yo puedo escuchar que algunas personas dicen, «Ustedes los cristianos siempre están regresando a los días de la antigüedad y a los tiempos cuando los hombres pisaban a las mujeres y las trataban como trapos para limpiar». Tú no entiendes de lo que yo estoy hablando. Este es un asunto de propósito y de posición.

La mayoría de nosotros tenemos problemas con este concepto, debido a que creemos que el hecho de ser «diferentes» implica el ser inferior o superior a los demás, especialmente  inferior.  No  confundas  el  hecho  de ser diferente con ser inferior. Diferente no implica inferioridad, ni superioridad; diferente sólo significa que es diferente. Una mujer no es inferior a un hombre debido a que ella es una mujer, y un hombre no es inferior a una mujer debido a que él es un hombre. Sus diferencias son necesarias debido al propósito de ambos.

Me gusta la forma como Pablo describe esto en 1 Corintios 11:7-8. ¿Acaso esto es cierto? Seguro que sí. Dios hizo que el hombre entrara en un sueño profundo, y sacó a la mujer de una parte de él (1 Corintios 11:9). «Por esta razón (propósito), la mujer debe tener un símbolo de autoridad sobre la cabeza (1 Corintios 11:10). La Escritura dice, «por tanto, o por esta razón». En otras palabras, este es el orden de Dios en la creación, y por lo tanto, el hombre y la mujer deben vivir dentro de este orden.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Entendiendo el Propósito y el Poder de los Hombres”

Por Myles Munroe

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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