Devocional – Asesinos
Pasaje clave: Deuteronomio 19.
En el capítulo 19 te19 te encontrarás con crímenes, muertes y testigos. Con asesinos que deben ser juzgados. Vamos por parte.
¿Qué homicida podía permanecer con vida? (19:4 y 54 y 5).
¿En qué sitios estaría a salvo? (19:1 al 31 al 3, 7 al 107 al 10).
¿De quién sería librado? (19:6).
¿Pero qué castigos aplicarían a los asesinos intencionales? (19:11 al 1311 al 13).
Dios juzga según la intención. Ambos asesinaron a su hermano. Ambos son culpables de la muerte de una persona, pero uno no tuvo intención de matarlo, no tenía ninguna enemistad ni maldad en su corazón hacia la persona que murió, fue un accidente.
El otro, en cambio tenía intenciones distintas, odiaba a su prójimo y deseaba su muerte. Era un asesino. El primero podía continuar con su vida instalándose en alguna de las tres ciudades de refugio. Al segundo, en cambio, había que matarlo.
El mismo pecado. Distintas intenciones. Diferentes consecuencias.
Cuando alguien acusaba a otro, ¿qué testimonios se tomaban en cuenta? (19:15).
¿Cómo actuaban con los testigos falsos? (19:16 al 2116 al 21).
¡Nosotros estamos en la gracia! Ya no es más ojo por ojo ni diente por diente. “Si me pega le pego”, “si me escupe lo escupo” ¡No! Desde que vino Jesús, vivimos de otra manera y las actitudes de venganza, revancha o pagar con la misma moneda fueron reemplazadas por las actitudes del perdón, el amor o la disciplina que corrige. No buscamos aplastar, hundir o matar a las personas, sean o no nuestros hermanos en la fe; por el contrario, buscamos bendecirlos y edificarlos. O simplemente “soportarlos”.
Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números/Deuteronomio”
Por Edgardo Tosoni