«ME GUIARÁ POR SENDAS DE JUSTICIA POR AMOR DE SU NOMBRE». Salmos 23.3
QUINTO HÁBITO: GUIAR
La mayoría de los hispanohablantes en algún momento de nuestra vida nos hemos reído muchísimo viendo al Chapulín Colorado y a sus amigos. Sin lugar a duda, es uno de los mexicanos más famosos del mundo. ¿Cuántos no hemos escuchado su famosísima frase: «Síganme los buenos»? Su «liderazgo» siempre terminaba en algún desastre humoroso. Sus divertidas escenas tenían la intención de hacernos reír y lo siguen haciendo cada vez que miramos algún capítulo que dan en la televisión de hoy. Sin embargo, en muchas ocasiones eran imitaciones de la vida real, y por eso nos dejan dos impresiones para reflexionar. Si prestamos atención, esas escenas nos ilustraban que:
- Siempre hay personas buscando liderazgo.
- Siempre hay quienes están dispuestos a dar liderazgo, sepan hacia dónde se dirigen o no.
Lamentablemente, al igual que con el Chapulín Colorado, hemos visto los finales desastrosos de algunos líderes que no saben hacia dónde dirigir a los que les seguían, solo que, a diferencia de un episodio del Chapulín, se trata de las vidas reales de gente real. La tarea de todo buen pastor es saber guiar a las ovejas. Darles dirección. Ser líderes buenos y genuinos.
El querido y respetado John C. Maxwell dice que «todo comienza y termina con liderazgo». Si hay buen liderazgo, se conseguirán buenos resultados. Si hay mal liderazgo, se obtendrán malos resultados. En el caso de pastorear, el liderazgo es elemental, crucial e indispensable. Por naturaleza, las personas, en su mayoría, son seguidoras, igual que las ovejas. Si no, ¿por qué creemos que Jesús usó la comparación de ovejas al referirse a los que le seguimos? La mayoría de las personas están buscando una causa con la cual identificarse. Están buscando algún general que les dé instrucciones para llevarlas a una batalla victoriosa. La mayoría busca a quienes les puedan mostrar una visión de un futuro mejor, y quieren seguir esa causa. El ser humano es altamente motivado por causas. Nos sentimos deseosos de pertenecer a algo o alguien, alguna filosofía o mentalidad. Es la naturaleza humana. Debido a ello, necesitamos buenos líderes. Sobre todo cuando se trata de darles dirección espiritual a las personas. A diferencia de muchas otras causas, la guía espiritual es especialmente crucial en las vidas, debido al elemento de vida o muerte eterna. Cuando nos referimos a la guía espiritual de almas, estamos hablando de un tema eterno. Por ende, se vuelve extremadamente crucial que el pastor tenga un buen conocimiento de cómo ser un líder para poder guiar bien a las ovejas.
SI HAY BUEN LIDERAZGO, SE CONSEGUIRÁN BUENOS RESULTADOS.
«Me guiará por sendas de justicia». Aunque pueda parecer muy obvio a primera vista, lo primero que debemos observar al leer este pasaje es que el pastor los guía, y los guía por sendas de justicia. Una de nuestras más importantes tareas como líderes espirituales es mostrarles a las ovejas los principios del bien y del mal. Nos corresponde ayudarles a formar un criterio de justicia. Igual que como nuestros padres nos enseñaron de chicos el bien y el mal. Sabíamos que si hacíamos bien las cosas, habría recompensas. Igualmente, si hacíamos mal las cosas, habría consecuencias negativas. La tarea del pastor es enseñar estos mismos principios, pero aplicados a la vida y al comportamiento espiritual.
Debe mostrarnos los criterios divinos acerca de nuestro proceder en cuanto al prójimo se refiere. Explicarnos cuáles son los parámetros espirituales que se aplican a la vida. Por ejemplo, ¿cuál es nuestro proceder en cuanto a los negocios, las amistades, la familia, el matrimonio, los hijos? La Biblia cubre todos estos temas y, como pastores, tenemos que saber extraerlos y enseñarlos de la manera más práctica y digerible posible, con el fin de que las ovejas tengan un criterio espiritual en cuanto a sus vidas naturales. Dicho de otra manera: enseñarles que Dios funciona en la vida diaria.
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