Los líderes entienden que actividad no es necesariamente realización

EJEMPLO: PEDRO

TEXTO: HECHOS 6:1-7

Conforme la iglesia primitiva crecía, aumentaban también sus problemas. Pedro y los otros apóstoles comenzaron a escuchar rumores de quejas que algunas mujeres tenían contra los otros grupos étnicos. Las quejas tenían que ver con la forma en que se estaba realizando el ministerio. Según se puede ver en este pasaje, Pedro ni siquiera tuvo que orar. Él dijo: “No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas”. Pedro no estaba sugiriendo que servir las mesas no era importante. Él solamente estaba indicando que comprendía cuáles eran sus prioridades (la oración y la palabra de Dios) y que las mesas debían convertirse en la prioridad de un grupo de diáconos. Pedro sabía que estaba lo suficientemente ocupado sin tratar de hacerlo todo. Él confundiría la actividad con el logro. Él escogió sus propias prioridades y la de los diáconos basado en los dones de la persona, en la importancia estratégica de la tarea, y en su habilidad para delegar actividades a las personas apropiadas.

OBSERVACIONES SOBRE ESTA LEY …

¿Cómo permaneció Pedro concentrado en sus puntos fuertes y prioridades? Cuando la necesidad surgió …

  1. Él reconoció la existencia de una oportunidad totalmente nueva para el liderazgo.

“En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria”.

  1. Él reunió a los discípulos para discutir qué pasos debían tomarse (v. 2)

“Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas”.

  1. El delegó el proceso de selección a otros para no empezar a desviarse (v. 3-4)

“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros (cristianos) a siete varones (un equipo) de buen testimonio (credibilidad entre la gente), llenos del Espíritu Santo (la presencia de Dios es evidente) y de sabiduría (maduros), a quienes encarguemos este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.”

  1. Él quitó sus manos del proyecto y los autorizó a cumplir la tarea (v. 5)

“Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía”.

  1. Él revisó la selección hecha por los discípulos (v. 6)

“A los cuales presentaron ante los apóstoles …”

  1. Él tomó tiempo para comisionar y autorizar públicamente a los líderes laicos

(v. 6)

“… quienes orando, les impusieron las manos”.

LA LEY EN LA ESCRITURA…

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios 5:15-17).

VIVIENDO LA LEY…

EL PRINCIPIO 80 / 20

Pedro pareció entender que servir a las mesas no sería el uso más sabio de su tiempo. Como líderes, nosotros también debemos entender las prioridades de la manera que lo hizo Pedro. El principio 80 / 20 nos enseña que con las prioridades correctas, el 20% de nuestro esfuerzo obtendrá el 80% de los resultados que deseamos. Pero con las prioridades equivocadas, el 80% de nuestro esfuerzo nos dará el 20% de los resultados que deseamos. Por ejemplo, si usted pasa tiempo preparando al 20% de las personas más influyentes en su iglesia, multiplicará su habilidad para ministrar, al enviarlos a servir al otro 80% de las personas.

EL PROCESO 10-80-10

Esta es una faceta adicional de la regla 80 / 20. Pedro hizo lo que yo hago comúnmente con las tareas: Es el proceso 10 – 80 – 10. Yo inicio el proceso, para que comience en el camino correcto (10% de la tarea); luego la entrego a una persona apropiadamente dotada para la parte principal del trabajo (80% de la tarea). Por último vengo al final para pulir el producto terminado (el último 10% de la tarea).

TRES PREGUNTAS DE PRIORIDAD:

REQUISITO: ¿Qué es lo que se requiere de mi?

A CAMBIO: ¿Qué cosa me da al máximo, por lo que yo doy a cambio?

RECOMPENSA: ¿Qué me da obtener esa recompensa mayor?

PREGUNTAS:

  1. ¿Quiénes son parte del 20% de personas más influyentes en las que usted debería invertir tiempo y capacitación?
  2. ¿Cuáles son el 20% de las actividades o ministerios más productivos en los que debe concentrarse?
  1. ¿Cuál es el 20% más productivo de tiempo diario que podría dedicar a la realización de los proyectos más importantes?

 AUTO EVALUACIÓN:

  1. ¿Entiendo exactamente cuales son mis prioridades más importantes? ¿En que me baso para decidir esto?
  2. ¿Qué actividades en mi ministerio son las que proporcionan los mejores resultados para nuestra iglesia?
  3. Si yo fuera a invertir en el 20% de mi gente más influyente del ministerio, ¿A quién seleccionaría? ¿Cómo los equiparía?
  4. ¿Cómo digo “no” a una oportunidad? ¿Cómo delego tareas del ministerio? ¿Cómo manejo proyectos sin tener que hacerlos yo?
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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

1 Comentario

  1. Wow, estoy tan sorprendida, estuve buscando información acerca de este tema que me toca exponer y he quedado sorprendida que se relacionara bíblicamente, gracias! He sido bendecida con esta información.

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