SUPERANDO LO QUE ME LASTIMA

Existe un rasgo común en todas las personas que padecen de soledad en compañía y es la dependencia excesiva de las otras personas, en especial del hombre que convive con ellas. Por eso, todo lo que se puede hacer para vencer y ganarle a la soledad que hoy sientes se debe basar en que, mujer, logres tu independencia personal, que te animes a soñar, y a ser lo que alguna vez quisiste ser. Algunas mujeres podrán lograr este proceso de independencia en horas, otras en meses, y a otras les puede costar años; esto dependerá de tu historia personal, de tu predisposición al cambio y de tu propio espíritu de aventura.

Si estás conviviendo con otros y aun así te sientes sola, esa soledad actúa como una fuerza que te arrastra a tal punto que por muchos momentos sientes que te ahoga. Hasta tenemos miedo de mirar a los otros a los ojos por el temor a lo que nos puedan llegar a decir, sin darnos cuenta de que cada vez nos aislamos más. Muchas mujeres tenemos miedo de mirar a los ojos, por eso nos aislamos.

Tal vez hayas pensado que la salida a tu soledad es separarte, abandonar a tu pareja, cambiar de marido y así, de un día para el otro, la soledad que sientes va a menguar; pero ésta no es la mejor decisión que puedes tomar. No es el afuera el que te hace sentir sola, sino tu propio mundo interior, que te deja insatisfecha.

Quizá lo que hasta hoy hiciste no alcanza para estar bien y pensaste que estar casada, ser mamá o conseguir un buen trabajo te iba a cambiar la vi da. Y así es, la vida cambia, tienes más ocupaciones, y más gente en quien pensar y de quien ocuparte, pero tú: ¿Qué lugar ocupas en esos pensamientos?, ¿dónde quedaron tus metas, tus sueños y tu propósito?

Para recuperar nuestra estima y darle valor a nuestra propia vida, necesitamos comenzar a mirarnos a nosotras mismas, volver a ilusionarnos y a crear nuevas oportunidades que nos hagan sentir que estamos vivas y que nuestra vida vale la pena. Comencemos:

1. Echemos una mirada hacia nuestro interior. Ser independiente no significa no querer o no necesitar de otras personas, sino tener nuevas metas, un objetivo claro a cumplir, un proyecto en el cual seas la protagonista, y se necesite de tu persona, de tu capacidad y de tu potencial para cumplirlo.

2. Reconocer que nos sentimos solas. En principio, lo que necesitamos es saber que no somos supermujeres, ni tenemos poderes sobrehumanos; que como mujeres que somos podemos sentir y experimentar emociones como la soledad. ¿Por qué no puede pasarte a ti?

La soledad que hoy sientes no es una depresión pasajera, ni un bajón de presión, ni un problema físico que ya se te va a pasar, sino un momento en tu vida en que necesitas pararte y comenzar a planificar qué es lo que quieres que te pase, qué necesitas para tu vida, qué cambios debes hacer para no sentirte embargada por estas emociones que te paralizan. Es tiempo de detenerte y volverte a parir, a crear, a descubrirte a ti misma y a romper con aquellos hábitos que te llevaron a pensar mal de tu persona. No te dejes atrapar en una lucha de poder en la que nadie gana, no te preocupes ahora por los otros, céntrate en ti, cambia tu mente, desintoxícate y vuélvete a llenar con palabras de estima, de sabiduría y de valor.

3. Ser fieles a nosotras mismas. Ser fiel a ti misma significa prestar atención a tus propias necesidades, de modo que puedas mantenerte aferrada a tu ser. Ser fiel a ti misma es pensar:

  • Esto que voy a hacer, o lo que me piden que haga, ¿tengo ganas de hacerlo?
  • Lo que voy a hacer ¿me sirve?, ¿me trae algún beneficio a mí?, ¿por qué lo estoy haciendo?, ¿cuál es mi motivación?
  • Lo que voy hacer, ¿nos beneficia a todos o solamente a ellos y a mí no?

Ser fiel a ti misma es tener tu propia agenda, y aún algo más importante: es escribirla y llenarla tú. Ser fiel a nosotras mismas es aprender a darnos valor, a retirarnos de aquellos lugares que sólo nos traen dolor y que aplastan todo nuestro potencial. Es tiempo de ocupar el lugar para el que fuimos creadas.

Nuestro destino es de propósito, no nos permitamos enlazarnos en relaciones interpersonales enfermizas y tóxicas. Aléjate, y cuando lo hagas, «los otros» no tendrán más el poder de dañarte y destruirte. Si por ejemplo tu pareja llega a tu casa y no te habla, y no te cuenta acerca de su día, etcétera, no llenes tu mente con pensamientos como: «no soy buena para él, ¿habré hecho algo mal?» ¡No! Sé sabia y devuélvele a esa agresión tu pasividad, sigue haciendo lo que estabas haciendo, adiéstrate para no ser herida, para que nadie te lastime.

Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola

Por Alejandra Stamateas

Lee ¿Qué Debo Hacer Para No Sentirme Sola?

Artículo anteriorMujeres – ¿QUÉ DEBO HACER PARA NO SENTIRME SOLA?
Artículo siguienteMujeres – ACTITUDES QUE BOICOTEAN LA PAREJA
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre