Mujeres Cristianas – Cuando Dios Ama a una Mujer 3
Pasaje clave: Salmo 8.
Continuemos.
4. Nunca te Comparará con Nadie.
Vivimos en una sociedad que hace que nos comparemos todo el tiempo con otros modelos, pero Dios nunca te comparará con nadie. Él quiere que hagas lo mejor que podés, con lo mejor que tenés. No necesitas ser otra mujer, Dios quiere que seas vos porque Él no se equivocó al crearte.
¿Por qué querés compararte, ser diferente? Dios te ama como te hizo y Él hace obras perfectas, es un artista.
Sos una obra de arte de Dios, no te rechaces ni desapruebes, no te castigues cada día diciendo que no servís, que no valés, porque estás rechazando la obra que Dios creó. Dios nunca se equivoca y jamás te ayudará a ser otra persona, porque te ama a vos. Cuando decís “quiero ser distinta, Dios cámbiame”; responderá: “No, porque te formé así”, y te ayudará a ser la mejor versión de vos misma, que saques lo escondido en tu interior y no imites a nadie.
No permitas que nadie te compare con otro. Debes ser auténtica, natural, no dar un doble mensaje sino ser como Dios dijo que sos. Hubo gente que te dijo: “Eso no me gusta de vos, cambialo”, “No…, de esa manera no podés”, “En esta iglesia tenés que cambiar”. Jamás lo aceptes, Dios te ama como sos.
5. Te Permitirá Ver la Trastienda de tu Vida.
Juan, en Apocalipsis, estaba viendo una escena, como un teatro desplegado ante sus ojos, y vio a alguien con un rollo y sellos donde estaba el destino de la humanidad, y un ángel gritaba: “Alguien venga a abrir estos sellos, el rollo”, pero nadie podía responder a su llamado. Juan se puso a llorar porque no sabía qué pasaría con la humanidad.
El término utilizado para “llorar” significa que “estaba angustiado en extremo”, derramaba sus lágrimas porque nadie había digno de abrir el rollo y leerlo.
Juan no podía ver el final porque era un espectador, no protagonista en ese escenario. Eso es lo que nosotras necesitamos, ver el final, y Dios nos ama tanto que, cuando nos vea como espectadoras, nos llamará y nos hará pasar al escenario, nos dará el libreto y dirá: Al final verás la victoria que te preparé.
Hay una victoria, actuá tu vida, viví, no te sientes a mirar cómo pasa, sé protagonista, tomá decisiones porque Dios te dijo: “Con mi amor tendrás la victoria en todo lo que hagas”. Basta de estar sentada en un lugar, mirando cómo pasan los años, levantate a actuar y leé el libreto donde dice: “Hay victoria para mi amada”.
Cuando una tragedia se desarrolle delante de tus ojos Dios te mostrará el final, te dirá: “Estas mal sentada, desde allí no puedes ver el final, tendrás que soportar angustia, tristeza, ansiedad, nervios pero no esperes hasta último momento, actuá tu vida y sabrás que el libreto lo escribió Dios.”
Vivir es actuar lo que Dios preparó de antemano. El dolor, el sufrimiento, no estaban escritos pero vino alguien que quiso agregar letra a nuestra vida, para Dios todo es victoria, triunfo, alegría, pero nos dice: “No importa, actuá esa parte del libreto igual, haré que todo termine para mi gloria.”
Es tiempo de actuar, de subirse al escenario de la vida, entender que Dios está de nuestro lado, que su amor es inmenso y ha determinado que cumplamos todos los sueños que tiene para nosotros, que ni una palabra caerá a tierra sin verse cumplida.
Cuando Juan lloraba tanto, un ángel se le acercó y le dijo: “Deja de llorar”, porque lo vio angustiado como nos ve cada mañana y cada noche cuando lloramos por los hijos, por la pareja, por los sueños perdidos, y nos dice: Deja de llorar.
Dios te dice: Deja de llorar, estas en el escenario de la vida y tu libreto final dice: ¡Victoria!
Por Alejandra Stamateas