Mujeres Cristianas – El Legalismo te Anula Como Mujer 1
El diablo creó al legalismo con el propósito de evitar que el ser humano se relacione con Dios en plenitud y, para esto, ha diseñado un plan estratégico para la mujer que a continuación pondremos en descubierto.
Desde los comienzos de la historia, la relación «hombre-mujer» fue siempre un tema de debate y de polémica en todas las diferentes culturas, razas, religiones y estratos sociales. Las actitudes, sentimientos y emociones entre ambos sexos confluyen en un camino que a diario generan conflictos.
En algunos países, la presión es tal que las mujeres no pueden elegir libremente a sus esposos, otras son forzadas a una esterilidad no deseada, a otras les prohíben estudiar y trabajar, algunas de ellas son castigadas por desobedecer los mandatos impuestos por los jefes de sus familias, otras son acusadas de ser la causa del pecado de los hombres, y otras tantas son confinadas a ver la vida a través de una abertura en sus túnicas.
En adición a esto, existe también una gran presión sobre las mujeres dentro de las iglesias a través del legalismo.
El legalismo nos hizo creer durante mucho tiempo que la iglesia es parte de una cultura religiosa patriarcal, en la cual las mujeres que sirven en ministerios, por lo general, son tratadas con gran amabilidad, sin embargo rara vez se las considera líderes.
Sólo porque Dios dio a las mujeres la capacidad para engendrar hijos, no significa que ese sea su único propósito en la vida y que no estén capacitadas para llevar adelante, por ejemplo, un rol de autoridad en una empresa o en una iglesia.
El legalismo nunca le va a preguntar a una mujer: «¿Cuál es el propósito que Dios tiene para tu vida? ¿Cuáles son tus sueños, tus metas, tus deseos?», ni mucho menos se fijará en su potencial.
Porque el legalista siempre va a querer formar un estilo de mujer que no pregunte, que no cuestione, que no piense, que no sirva a Dios con poder, que no interfiera en los proyectos de los hombres, ya que de esta forma la mujer quedaría confiscada a los lugares domésticos exclusivamente y jamás siquiera pensaría en el liderazgo.
Sin embargo, el legalismo no tomó en cuenta lo que dice Dios en su Palabra a través de los hechos acontecidos que todas las mujeres son plenas herederas de los planes y propósitos de Dios.
Esta verdad fue revelada en Pentecostés cuando el Espíritu Santo visitó a todos los creyentes que se encontraban en el lugar: hombres y mujeres, equipándolos a todos por igual, para que los dos géneros fueran los encargados de manifestar la Gloria de nuestro Señor.
Pero el legalismo se encargó de cambiar y distorsionar el propósito por el cual la mujer había sido creada. Y todas estas mentiras establecidas, dieron origen a diferentes estilos de mujeres que hoy en día encontramos en la iglesia y en la sociedad actual.
Tipos de Mujeres Creadas por el Legalismo.
1. La Buena y Tonta.
Este estilo se refiere a aquellas mujeres que vienen a la iglesia, adoran, leen la Biblia, ofrendan, son muy buenas personas, pero ¡nada más!
Son mujeres que cuando oran, lloran. Aman al Señor pero no tienen vida, no tienen experiencias, no se involucran, no sirven, están siempre igual. Otras, por ejemplo, no tienen vida ni decisión propia, sólo asisten cuando el marido las trae.
El legalismo nos hizo creer que para lo único que servían las mujeres de nuestras iglesias era para hacer los souvenir en las reuniones de damas, el chocolate para semana santa y las eternas reuniones del ministerio de comunión organizando las ferias del plato.
A otras, el legalismo les inculcó que solamente servían para encargarse de juntar la comida y la ropa para los pobres ¡y con gran mérito les podían llegar a conceder poder tener a cargo la escuelita dominical! Pero el legalista nunca le habló y le ministró a la mujer para que tenga una experiencia espiritual con el Señor.
Dentro de este modelo de «buena y tonta» algunas mujeres están en contacto con otros hombres y mujeres, pero desconectadas de sí mismas. El legalismo les enseñó que no deben mostrar su dolor, sino, por el contrario, deben negarlo y ocultarlo. No les permitió saber que Dios no las creó para que carguen con esos dolores.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “El Legalismo”
Por Bernardo Stamateas
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