MI PAREJA ME DEJÓ Y NO SÉ QUÉ HACER

Nos enseñaron cómo adquirir cosas para estar felices, pero no sabemos qué hacer cuando las perdemos. Nadie nos enseñó cómo actuar cuando perdemos algo (nos referimos a perder una pareja que nos abandonó o que murió). Frente al abandono, nos dijeron:

  • «No llores».
  • «Lo perdiste, ¡se fue!, reemplázalo por otro, búscate otro».
  • «El tiempo lo cura todo».

Sin embargo, ninguno de estos conceptos es verdadero. A las emociones, a las pérdidas, primero hay que sanarlas. Nos dijeron: «No importa que él se haya ido, tú tienes que ser fuerte por tus hijos». Y esta creencia errónea nos trajo mucho dolor a todos, especialmente a los hijos, que sintieron la carga de una mamá que tenía que cuidarse delante de ellos, no pudiendo llorar, sufrir ni angustiarse por mantenerse fuerte por los demás.

¿A cuántas les dijeron, ante el abandono, frases como «mantente ocupada, haz un curso de tejido, de corte y confección, de inglés, no importa lo que hagas, pero haz algo»? Yuna vez más, haces lo que los otros te dijeron que es lo mejor para tu vida. Pero eres tú quien debe decidir qué hacer para recuperarte del dolor y volver a confiar.

Las mujeres nos casamos para formar una familia, pensando que este paso es para siempre; nadie se casa pensando que se va a separar. Por eso el shock de la separación es normal: es lógico que nos asombre y que, al comienzo, nos encontremos desorientadas, sin saber claramente qué rumbo tomar.

Hay un momento, después del abandono, en que una se siente como perpleja, no entiende nada, parece que las cosas son extrañas y que esta situación no te está pasando a ti, sino a otra persona. Por eso, frente a estos momentos de estrés, de desconsuelo, las mujeres podemos reaccionar de varias maneras. Veamos algunas de ellas.

A. La mujer abnegada. Esta mujer dice: «Lo quiero recuperar y voy a hacer todo lo que sea necesario. Si tengo que arrodillarme delante de él, lo voy a hacer; si tengo que cambiar, cambiaré; si le tengo que rogar, le voy a rogar. El tiene que volver conmigo».

B. La «perra mala». Esta mujer está llena de dolor y bronca, y necesita que de una u otra forma, él experimente lo que ella está viviendo. Por eso dirá:

  • «Lo voy a destruir».
  • «Lo va a pagar caro».
  • «No le voy a dejar ver a los nenes».
  • «Le voy a arruinar la carrera».
  • «Voy a visitar a una bruja y le voy a hacer un trabajo».
  • «Va a perder todo, no le va a quedar nada».

Y así es como esta mujer sigue involucrada con una persona que decidió comenzar otra vida.

C. La mujer víctima. Éstos son los pensamientos de una mujer que ha sido abandonada y se hace responsable del ciento por ciento de la ruptura:

  • «Algo malo hay en mí».
  • «Soy demasiado imperfecta para que algo me dure».
  • «Si él me abandonó es porque soy un desastre».
  • «Si él me abandonó es porque es superior a mí».
  • «Debería haberle dado más, no lo supe retener».
  • «No supe estar con él».
  • «No fui lo suficientemente mujer».
  • «Nuestra pareja andaba bien, no teníamos problemas, no sé por qué me abandonó».
  • «Andábamos bien, nunca una discusión, a mí no me dijo nada, nunca me demostró que estuviera mal».

Esta mujer, frente a un abandono, seguramente caerá en una profunda depresión y no encontrará la forma de salir y enfrentar la vida. Se sentirá fracasada, tal vez intente suicidarse, intentará por todos los medios (pero siempre a través del dolor) de seguir llamando la atención.

D. La «loca de la guerra». En esta categoría encontramos a la mujer superada. Se teñirá el pelo, bajará todos los kilos de más que acumuló durante la vida de casada, se pondrá una minifalda, mostrará sus piernas… y a vivir la vida loca. Sin embargo, con estas actitudes, esta mujer aún siente a ese hombre que hoy ya no está con ella.

Pero, ninguna de todas estas actitudes, anteriormente expuestas, te servirá para sanar ese dolor. Puedes hacer todo lo que quieras hacer, pero no todo lo que hagas te servirá para recuperar las fuerzas y las energías que necesitas para seguir adelante. En ese tiempo de soledad, necesitas mirar y realizar lo que más le convenga a tu salud física y emocional, y lo que no atente contra tus valores, tus principios y tu integridad como mujer.

Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola

Por Alejandra Stamateas

Lee Conmigo Misma Estoy Completa

Artículo anteriorMujeres – CONMIGO MISMA ESTOY COMPLETA
Artículo siguienteSanidad Interior – LAS MALDICIONES FAMILIARES
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre