la-batalla-sexual-de-la-mujerSexualidad – La Batalla Sexual de la Mujer 1

 

Cuando escucho decir que las mujeres no luchan con problemas sexuales como los hombres, no puedo evitar preguntarme de qué planeta serán o bajo qué roca se han estado escondiendo.

Quizá se refieren a que el acto físico de la relación sexual no es una tentación incontenible como lo es para los hombres.

El hombre y la mujer pelean en formas diferentes cuando se trata de integridad sexual. Mientras que la batalla del hombre comienza con lo que entra por sus ojos, la de la mujer comienza en su corazón y en sus pensamientos.

Un hombre debe cuidar sus ojos para mantener la integridad sexual, pero como Dios hizo que las mujeres se estimulen emocional y mentalmente, debemos cuidar de cerca nuestro corazón y nuestra mente junto con nuestro cuerpo si queremos experimentar el plan de Dios para la satisfacción sexual y emocional. La batalla de las mujeres es de integridad sexual y emocional.

Mientras que el hombre necesita una conexión mental, emocional y espiritual, sus necesidades físicas suelen estar en el asiento del conductor mientras que sus otras necesidades van en el asiento de atrás. En el caso de las mujeres sucede lo contrario.

Si hay una necesidad en particular que nos motiva es, sin duda, la necesidad emocional. Por eso se dice que los hombres dan amor para obtener relación  sexual y que las mujeres dan relación sexual para obtener amor.  No se trata de hacer un juego de palabras, es simplemente la manera en que nos hizo Dios.

Otra diferencia única entre hombres y mujeres es que muchos hombres son capaces de dar su cuerpo a una compañera sin sentir la necesidad de dar su mente, corazón o alma, mientras que las mujeres son relativamente incapaces de hacerlo. Él puede disfrutar de la relación sexual sin comprometer su corazón o sin realizar una conexión espiritual con el objeto de su deseo físico.

El cuerpo de la mujer, en cambio, solo sigue a alguien en quien piensa día y noche y con quien su corazón y espíritu ya se han conectado (a menos que haya un comportamiento disfuncional o adictivo en el caso). Cuando ella da su mente, su corazón y su alma, en general lo que sigue es su cuerpo. Los cuatro están intrincadamente conectados.

En tanto que los hombres se excitan sobre todo por lo que ven, las mujeres se excitan por lo que escuchan. Es probable que él fantasee con la idea de ver a una mujer que se desviste, pero ella fantasea con un hombre que le susurra palabras de amor al oído.

La tentación de mirar pornografía puede ser incontenible para un hombre, en tanto que una mujer prefiere leer el diálogo de una novela romántica que describe una relación.

Los hombres quieren mirar y tocar, en tanto que las mujeres prefieren hablar y relacionarse.

La mayoría de los hombres experimenta una necesidad recurrente y regular de alivio sexual físico. Algunos tienen esta intensa necesidad con mucha frecuencia, incluso cada uno o dos días, otros lo experimentan un par de veces a la semana o incluso menos (de acuerdo al momento de la vida). La frecuencia de la necesidad varía de hombre a hombre, pero cada uno tiene su propio «ciclo» sexual en el cual experimenta estos deseos físicos.

Aunque a algunas mujeres les cueste entender que la relación sexual es en sí una necesidad cíclica para los hombres, ¿no tenemos acaso nuestro propio ciclo también? Aunque tal vez el placer físico no sea una necesidad cíclica, anhelamos atención y afecto en forma regular.

Así como un hombre se vuelve mucho más vulnerable a tener una aventura sexual si su esposa rara vez responde a sus necesidades físicas. la mujer se vuelve mucho más vulnerable a una aventura cuando se desatienden sus necesidades emocionales una y otra vez.

Cuando una mujer cae en una aventura sexual, la mayoría de las veces comienza por bs emociones. Debido a sus necesidades emocionales, su corazón pide a gritos que alguien satisfaga los deseos más profundos de que la amen, la necesiten, la valoren y la aprecien.

Así como para el hombre sus necesidades físicas son de vi tal importancia, para la mujer sus necesidades emocionales ocupan ese lugar.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “La Batalla de Cada Mujer”

Por Shannon Ethridge

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