Mujeres Cristianas – Una Pregunta Sobre las Madres que Trabajan Fuera del Hogar 2

 

Continuemos.

El segundo mito, que también carece de fundamento, es que los niños menores de 5 a5 años realmente no necesitan del cuidado y atención de sus madres.

Si esta mentira fuese cierta, entonces las mujeres que trabajan se quedarían con la conciencia tranquila. Pero simplemente tal afirmación no es compatible con los descubrimientos científicos.

Acabo de asistir a un encuentro nacional, sobre la crianza de los niños, en Miami, Florida. Virtualmente, cada informe de investiga­ciones que era presentado por alguien, culminaba con las mismas palabras: «La relación de compañerismo madre-hijo, es absolutamente vital para el desarrollo saludable del niño».

El último orador del encuentro, explicó que el gobierno de Rusia actualmente está aboliendo el cuidado de los niños a cargo del Estado, porque ha observado este hecho inoculta­ble: Las empleadas estatales sencillamente no pueden reem­plazar la influencia directa e individual, que debe ejercer la madre sobre su propio hijo. El orador concluyó la conferencia diciendo que las responsabilidades femeninas son tan vitales e importantes para las generaciones venideras, que el futuro mismo de nuestra nación depende de cómo «veamos» a nuestras mujeres en el día de hoy.

Yo estoy plenamente de acuerdo con esto.

Pero mi opinión personal en este asunto, no sólo está basada en una evidencia científica, o en la experiencia profe­sional. También ha sido determinada por la situación de nuestro propio hogar. Nuestros hijos son infinitamente com­plejos, como todos los niños. Y mi esposa y yo deseamos guiarlos nosotros mismos en estos decisivos años de su forma­ción.

Ahora, a quienes no les haya agradado lo que yo he dicho hasta aquí, les pregunto: ¿A quién podría yo encargar la tarea de guiar este constante proceso de crecimiento de mis propios hijos?

Si mi esposa y yo estuviésemos todo el día trabajando, ¿quién podría encarar con eficiencia esa misión? ¿Qué niña que los cuide podría ocupar nuestro lugar? ¿Qué grupo de orientación podría proveer el amor y la guía individual que necesitan y merecen? ¿Quién sería capaz de presentarles a mis hijos nuestros valores y nuestras creencias? ¿Quién res­pondería a sus preguntas en el momento que la formulen? ¿A qué persona puedo yo delegar los momentos cumbres de las experiencias cotidianas de mis hijos?

El mundo entero puede hacer su elección, pero yo personalmente, y en mi hogar también, hemos dado la bienvenida a la gran oportunidad que se nos ha concedido de formar estas dos tiernas vidas, bajo nuestro cuidado. Y me preocupa mucho la suerte que correrá una nación que cataloga esta tarea como «ingrata, infructuosa y aburrida».

Sé perfectamente que los niños pueden irritar y frustrar a sus padres, y ya lo he descrito. Pero la satisfacción de criarlos justifica cualquier precio que haya que pagar por ello. Ade­más, nada de lo que vale en el mundo se alcanza sin esfuerzo.

 

Pregunta. 

¿Sugiere usted que cada mujer debería ser esposa y madre, dejando de lado cualquier otro de sus anhelos?

Respuesta.

Claro que no. Una mujer debe sentirse libre para elegir el rumbo que quiera imponerle a su vida. En ninguna manera deberá ser presionada para formar una fami­lia, abandonando su profesión, o sus proyectos de estudio si ella no lo desea. Aún más, rechazo el viejo concepto de que una mujer joven debe casarse a la primera oportunidad, o con el primer candidato que se le presente.

Mi crítica más fuerte no se dirige contra las que han elegido un estilo de vida que excluye la formación de un hogar con marido e hijos. Más bien, me refiero a aquellas que abandonan sus responsabilida­des, luego de haber elegido determinado camino para sus vidas.

Extracto del libro «Lo que las Esposas Desean que los Maridos Sepan Sobre las Mujeres»

Por James Dobson

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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