El hombre y la mujer son iguales. Ambos, hombre y mujer, tienen acceso espiritual directo a Dios y son responsables ante El. A ambos les fue dado dominio sobre la tierra. Indistintamente de lo que diga la cultura o la sociedad, la más alta dignidad, y el más alto valor, le fue dado a la mujer por Dios en la creación. Ella fue creada igual que el hombre, y se le dio la tarea, junto con el hombre, de tener dominio sobre la tierra, y de cumplir los propósitos de Dios tanto en la esfera física como en la espiritual.
1. Propósito, Naturaleza, y Diseño.
El propósito determina el diseño, y el diseño determina las necesidades. Dios creó al hombre y colocó al hombre en el varón y en la mujer. El hombre fue creado con un propósito específico, y la mujer fue creada con un propósito específico. Los propósitos de ambos están relacionados con su propósito general, tener una relación de amor con Dios, y tener dominio sobre la tierra.
Otra vez, es el fabricante quien determina el diseño de un producto, y es el fabricante quien establece las diferencias en sus productos. Por lo tanto, Dios diseñó al hombre y a la mujer en la forma que El determinó que era la mejor para cumplir sus propósitos.
Los hombres y las mujeres ultimadamente no son diferentes en naturaleza debido a que la sociedad haya impuesto sus normas sobre ellos; ellos no son diferentes por causa del medio ambiente; ellos no son diferentes por causa de antecedentes familiares o de cultura. Las opiniones de los hombres a través de la historia no hicieron que los hombres y las mujeres fueran diferentes. Los hombres y las mujeres son diferentes debido a su diseño en la creación.
Lo que la sociedad y la cultura han hecho es tomar las diferencias intrínsecas entre hombres y mujeres, distorsionarlas, y usarlas para desvalorar a las mujeres. A través de los años, ha sido probado que nuestros mitos culturales acerca de las mujeres estaban equivocados. Las mujeres han sido tratadas terriblemente a través de la historia. Recientemente, sin embargo, cuando ellas comenzaron a tomar nuevas funciones, muchos hombres descubrieron, para su asombro, que las mujeres son valiosas y contribuyentes significantes en el mundo. Sin embargo, este fue el propósito de Dios aun antes de que fueran creados el hombre y la mujer. Dios hizo a la mujer con valor, con dignidad, con propósito, y con habilidad. El planeó su diseño desde el principio.
2. Se Mantiene el Propósito de Dios.
Si tú tratas de cambiar el diseño de algo, tú estás buscando tener problemas. Por ejemplo, todo lo que está en tu carro fue puesto ahí por el fabricante, y él sabe por qué él lo puso ahí. Tú puedes decidir, «Yo quiero cambiar la batería a la cajuela». Tú tienes la autoridad de mover la batería, porque es tu carro. Tú puedes quitar la batería del motor y ponerla en la cajuela. Sin embargo, una vez hecho esto, trata de arrancar tu carro. No va a funcionar. A través de los años, hemos estado tratando de cambiar el diseño de la gente, y eso no funciona tampoco. Necesitamos entender el propósito de Dios.
Cuando Jesús comenzó a hablar con la mujer samaritana en el pozo, ella estaba temerosa de Él. Ella habló con Él, sólo en el contexto de los prejuicios que existían entre los samaritanos y los judíos en ese tiempo. ¿»Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana»? (Juan 4:9). Él le contestó: «Si tú sólo conocieras con quién estás hablando». La mujer tenía un problema, y no era el hecho de que estaba portándose grosera. Ella pensó que como Jesús era un judío, y ella era una mujer samaritana, Él no podía hablar con ella.
Ella no sabía Quién era Él. Él dijo: «Si tú conocieras Quién es El que te está hablando, todo estaría bien. Sin embargo, Yo sé que tú no lo sabes, así que sigue adelante, y habla tonterías por unos minutos». Él le permitió a ella portarse tontamente. Entonces Él le dijo: «Déjame decirte Quién soy Yo». Y El empezó a revelarle los secretos más profundos de su corazón. Después de esto, ella cambió la forma en que ella pensó acerca de Él (Juan 4:29). Ella no dijo: «Vengan a ver a un judío», sino «Vengan a ver a un hombre» (Juan 4:5-30).
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Entendiendo el Propósito y el Poder de la Mujer”
Por Myles Munroe
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