Mujeres Cristianas – La Mujer Tiene un Espíritu Adentro 2
Continuemos.
Algunos hombres piensan que ellos pueden darles cachetadas a sus esposas, y después ir a la iglesia como si nada hubiera sucedido. Dios no se la cree. Algunos hombres piensan que pueden lastimar a sus esposas y entonces proseguir y convertirse en diáconos. Dios no está escuchando sus oraciones. Maltratar a una mujer es una cosa seria, porque Dios trata con el espíritu de la mujer en espíritu y en verdad. Él tiene mucho respeto por su espíritu, de tal manera que Él la defiende cuando ella es mal usada.
Jesús dijo que si tú vas a adorar a Dios, y mientras que tú estás dando tu ofrenda, tú recuerdas que hay una relación rota en tu vida que necesita ser reparada, tú debes dejar tu ofrenda ahí junto al altar e ir y componer las cosas. Entonces tú puedes regresar y dar tu ofrenda. Tú no debes de tratar de darla de antemano, porque Dios no lo va a aceptar (Mateo 5:22-24). Jesús también habló acerca de la importancia del perdón en nuestras relaciones. Él dijo que si tú no perdonas a alguien que ha hecho algo en contra de ti, o contra quien tú has hecho algo, entonces el Padre no te perdonará y no te escuchará (Mateo 6:14-15).
Jesús estaba diciendo que las relaciones con otras personas son aún más importantes que la adoración, porque tú no puedes adorar a menos que sea en el contexto de tus relaciones. No importa qué tan serio y tan sincero tú seas acerca de Dios. No importa qué tanto del Espíritu Santo tú poseas, o qué tanta Escritura tú hayas aprendido. No le importa a Dios qué tantas veces tú has hablado en lenguas o si te has memorizado una tremenda cantidad de Escritura.
Dios no está impresionado con tu habilidad de comunicarte con El, ni con tu habilidad de articular con otras personas, tu adoración, o tu oración, o tu alabanza. Su recepción de tu adoración, ya sea que se trate de dar, o se trate de tu alabanza, o se trate de tu administración del reino de Dios, o tu ministerio de los dones del Espíritu, está contingente en base a tus relaciones con otros, especialmente con tu esposa. Así que si tú quieres darle a Dios mil dólares, el hecho de que Dios los reciba a no, depende si tú estás o no en buena relación con los demás. La aceptación de Dios aun de tus diezmos, es contingente en base a tus relaciones con otras personas, y no en qué tanto le des a Él.
Esta verdad trae el asunto de las correctas relaciones entre los hombres y las mujeres al punto donde sí lastima, ¿o no? Necesitamos entender claramente lo que la Palabra de Dios dice acerca del valor de las mujeres, así como Su propósito para los hombres y para las mujeres, de tal manera, que no tengamos excusa para no componer nuestras relaciones rotas.
¿Te puedes imaginar a los esposos, parándose en medio de la adoración un domingo por la mañana y saliendo con sus esposas para componer cosas con ellas? Si esto sucediera, tendríamos una sociedad completamente nueva. Pero yo encuentro que la gente frecuentemente trata de usar la ruta fácil cuando han estado en conflicto con otros. Ellos se dirigen a Dios y dicen: «Dios, por favor perdona a María». O ellos dicen: «Dios, dile a María que yo la perdono», o «Dios, te pido que cambies a María». Ellos no quieren ir a la persona directamente. Nos encanta escondernos detrás de Dios de tal manera que no tengamos que aceptar la responsabilidad de las relaciones cara a cara. Nuestro retraso en tratar honesta y directamente con otras personas es la razón por la cual hay tantos problemas en las relaciones, aun en el Cuerpo de Cristo. Usamos a Dios como chivo expiatorio.
Yo honro a mi esposa y la trato bien, no solo porque la amo, sino por razón de quién es ella, y también por el bien de mi relación con Dios. Jesús dijo que mi relación con Dios es aún más importante que mi relación con mi esposa y aun así, Dios hizo mi relación con Él contingente en base a mi relación con ella.
Extracto del libro “Entendiendo el Propósito y el Poder de la Mujer”
Por Myles Munroe