Mujeres Cristianas – Tengo un Hijo con Problemas 2

 

Continuemos.

Supongamos que voy con mi papá al kiosco a comprar golosinas; hay tres golosinas y mi papá dice: «¿Cuál quieres que te compre? ¿Un turrón, un chicle o un chupetín?». ¿Qué va a decir un nene chiquitito? ¡Las tres cosas! Supongamos que el nene pide las tres cosas y el papá le dice: «no, vamos a comprar solo el chupetín porque es mejor». Y el nene dice: «pero… yo quiero…», y el papá dice: «no hijo, te compro esto y no pidas nada más, hoy solamente el chupetín». ¿Para qué le ofreció los otros dos?

Eso es lo que nos pasa a nosotros en la vida; no nos damos opción. Alguien vino y nos dijo: «todo no, solamente esto». Y muchas veces otros han decidido por nosotros; eso hizo que bloqueáramos nuestro deseo.

Como bloquearon nuestro deseo, de grandes no sabemos conectarnos con lo que deseamos y siempre hacemos lo que nos parece que los demás quieren. Tratamos de que el otro se sienta bien, de que el otro esté a gusto, de que el otro esté cómodo, porque no sabemos conectarnos con lo que nosotros deseamos.

Yo me pregunto, ¿por qué las mujeres somos más disconformes que los varones?

¿Por qué siempre experimentamos esa sensación de insatisfacción, de que nos falta algo?

¿Por qué llegamos a una etapa de nuestra vida con tantas frustraciones, una detrás de la otra?

¿Por qué hay hombres que dicen «yo no entiendo a mi mujer, no entiendo qué es lo que quiere; un día quiere una cosa y otro día quiere otra»…?

¡Y ni siquiera nos entendemos a nosotras mismas! Porque no nos hemos conectado con nuestros deseos, y como no hemos despertado a lo que queremos, entonces vivimos de frustración en frustración, sin saber qué es eso que nos falta; sin entender muy bien qué es eso que nos pone tristes, qué es eso que nos hace levantarnos a la mañana con ganas de llorar y no podemos definir qué es… Eso es estar desconectada con mi deseo.

Te voy a poner un ejemplo: vos estás casada y de pronto te gusta otro hombre, ¿Qué haces? Reprimís inmediatamente el deseo: «no me puede estar pasando esto a mí, yo soy una mujer casada, no me puede gustar otro hombre, lo que siento no es verdad, es una mentira, no, no, no, no puede ser».

Entonces lo guardás, lo encapsulás. Porque te enseñaron que eso era negativo, que estaba mal. Y el problema no es el deseo que surge sino qué hago con el deseo. No nos dieron la opción ni siquiera de pensar «bueno, tengo éste deseo, preparame para saber qué responder frente a él, pero no me niegues el tenerlo».

Si estoy haciendo dieta y veo un turrón, seguro tengo deseos de comerlo, no puedo anular el deseo. El deseo es «quiero comerlo». Una vez que acepté mi deseo voy a ver qué hacer: si lo voy a comer o no. Y para eso está la madurez. Si estoy haciendo dieta voy a ver el turrón con deseo pero no lo voy a comer. ¿Por qué? Porque primero decidí otra cosa.

Si me gusta un hombre y lo reconozco, acepto que vino el deseo, no lo reprimo; si lo niego eso se transforma en frustración porque estoy negando algo que realmente estoy sintiendo. Pero como yo ya elegí antes ser fiel, no me traiciono. Estará muy bueno ese hombre, pero yo ya elegí antes fidelidad y amor a mi esposo.

Lamentablemente esto ha ocurrido con nuestros padres, con la iglesia (que se puso en el lugar de madre y padre) diciendo: «¡no, eso es pecado, pecado, pecado, pecado!» y no nos dejaron decidir con madurez qué era lo que decidíamos hacer.

Entonces el deseo siempre va a estar, no lo niegues, conéctate con el deseo y ponelo bajo tu propio juicio maduro. Sabés que sos un ser humano, no sos un robot, tenés emociones y sentimientos; entonces dejás de juzgar a otros.

Y eso es muy importante, dejar de juzgar los deseos de tus hijos. Porque una mujer o un varón, una mamá o un papá que no se conecta con sus propios deseos, porque los reprimió como si fuera la madre perfecta, el padre perfecto, son rígidos y no permiten que sus hijos expresen sus deseos y los experimenten.

(CONTINÚA…)

Por Alejandra Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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