nuevo-1Mujeres Cristianas – Trabajo Como una Burra y Nadie me Reconoce 3

 

Pasaje clave: Lucas 18:28-29.

 

Dijimos que:

1º. Debo reconocerme yo.

2º. Mis ojos tienen que estar en mi sueño y no en la gente.

3º. Tengo que reconocer a los demás.

4º. Voy a aceptar todo el reconocimiento que Dios me dé.

Veamos ahora el último punto:

5º. Detrás de un reconocimiento de Dios siempre viene una recompensa.

“Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” (Mt.25:21, 23). Primero le dice fiel, hay un reconocimiento de palabra, lo hiciste bien, estuviste fantástica, espectacular. Y detrás de ese reconocimiento viene la recompensa, sobre poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré. Hay mucho que te está esperando; cuando Dios recompensa, Dios recompensa a lo grande.

Mira Gálatas 6:9. No te canses, el reconocimiento está en camino, seguí haciendo, porque Dios tiene recompensa y reconocimiento para tu vida. Eso que estás pidiendo, va a venir, pero a eso que vos le pedís tenés que ponerle nombre de recompensa, ese esfuerzo que estás haciendo ponéle un título: “Yo me estoy esforzando, me levanto todas las mañanas, compro el diario para buscar un trabajo bien remunerado, yo todos los días pido oración para que mis hijos estén adorando” Ponéle a ese esfuerzo que estás haciendo el nombre de la recompensa, porque detrás de todo reconocimiento, hay una recompensa. Hay mujeres que solamente aceptan el reconocimiento y se olvidan de tomar la recompensa, y Dios te dice que lo hiciste bien. Dios te dice: “Lo hiciste muy bien y ahora viene el regalo que quiero traer a tu vida”.

Querida mujer, nunca cuestiones tu fe por tus problemas, cuestioná con tu fe los problemas. Decí: “A mí no me va a pasar esto, a mí no me tiene que estar pasando esto, porque mi fe es más grande, mi Dios es más grande que mi problema”.

La pobreza no puede cuestionar tu fe, tu fe tiene que cuestionar la pobreza. Dios me dijo que voy a prosperar, yo cuestiono la pobreza que estoy viviendo, y declaro en el nombre de Jesús que voy a prosperar.

Tu enfermedad no puede cuestionar tu fe, tu fe tiene que cuestionar tu enfermedad. Dios me dijo que estoy sana por las llagas de Cristo y yo declaro que estoy sana, así que ahora mi fe va a cuestionar mi enfermedad y la va a sacar de mi vida.

Lo que ves no cuestiona lo que crees, lo que crees cuestiona lo que ves. No cuestiono mi fe por esto que estoy viviendo. Yo cuestiono eso que veo a través de mi fe, y si Dios me dijo que me lo iba a dar, Dios me lo va a dar, y lo que está cuestionado es lo que todavía no recibí, pero yo sé que Dios me lo va a dar porque me lo ha prometido.

Nunca cuestiones tu falta de reconocimiento, nunca digas: “Es porque hice mal la tarea”, “Es porque no sirvo, y bueno las cosas se dan así, tendré que mejorar”. No cuestiones tu capacidad intelectual o espiritual porque no recibas reconocimiento, andá y buscá el reconocimiento de Dios, y abrí los cielos, para que descienda la recompensa que tiene, porque Dios te vio, ya te reconoció, y soltó desde el cielo una recompensa inmensa para esas mujeres que dicen: “Dios me vio, yo tomo el regalo que Dios me quiere hacer”.

Mira Levítico 26:9-10. Yo quiero decirte mujer que Dios quiere hacerte famosa, pero con una fama perpetua, Dios quiere elevarte para que todo el mundo sepa que sos su especial tesoro. Él no tiene problemas para exaltarte, para reconocerte, ni en darte recompensa, porque Él quiere mostrarle al mundo que sos su hija, y por ser su hija sos su especial tesoro.

Mira el Salmo 23:5. Todos los que quieren verte enferma, te van a ver sana, porque Dios te va a dar recompensa; todos los que querían verte en pobreza, te van a ver prosperada, porque Dios te va a dar abundancia; todos los que querían verte con tu familia destruida, te van a ver paseando, con paz y con alegría, porque Dios quiere darte como recompensa tu familia restaurada, porque te vio y dijo: “Vamos, me voy a meter en tu casa y a comer contigo”.

Dios no tiene problema en darte buena fama: la bendecida, la prosperada, la gozosa, la feliz, la alegre, la mujer que tiene todo lo que pide, porque pide con una boca de agradecimiento. Dios te va a exaltar en público, permití, que Dios te exalte en público, viene la recompensa, no la dejes de lado, atrápala, disfrútala, vienen días lindos mujeres, días preciosos.

Hay recompensa. Si la querés ver, la vas a tomar, pero si no la querés ver no la vas a poder agarrar, porque va a pasar. Decí: “Señor quiero mi recompensa”, para eso que estás haciendo hace tiempo, para esa batalla que estás pasando sola. “Yo sé que reconociste mi esfuerzo, ahora quiero mi recompensa”. Dios te va a exaltar.

Dios te está mirando y te va a dar recompensa. Dios te dice: “Yo te abrazo, bien buena sierva fiel, sobre poco fuiste fiel, ahora vení, que la recompensa que tengo para tu vida, es bien grande, disfrutala en el nombre de Jesús”. Esta vez la corona te la pone Dios a vos y te dice: “Te vi debajo del árbol, en tu cama llorando y clamando; te vi con tu familia luchando para que te den lo que te pertenece; te vi cuidando a tus hijos, por tus nietos, luchando por esa pareja; yo te vi, porque todo ese esfuerzo que has hecho, que no desmayaste, ahora tiene recompensa. Tal vez te parezca poco lo que hiciste, no importa, yo te pongo en mucho, vete a tomar lo mucho que yo te voy a soltar”.

Tu prosperidad se va a ver, y se va a ver en público.

 

Por Alejandra Stamateas

Artículo anteriorDevocional Diario – DIOS COMO PADRE
Artículo siguienteMujeres – TRABAJO COMO UNA BURRA Y NADIE ME RECONOCE 2

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre