Matrimonios Cristianos – El Amor Es Una Decisión 2

 

Continuemos.

Nuestras emociones vuelan pensando que alguien nos ve como el número uno, que quiere dedicar el tiempo y las energías solamente a nuestra relación. Por un breve período, mientras dura, llena nuestra necesidad de amor. Nuestro tanque está lleno, podemos conquistar el mundo. Nada es imposible. Para muchos, es la primera vez que han vivido con un tanque emocional lleno y eso los hace sentir eufóricos.

Con el tiempo, sin embargo, bajamos de la cumbre y volvemos al mundo real. Si nuestro cónyuge ha aprendido nuestro lenguaje principal de amor, nuestra necesidad de amor seguirá satisfecha. Si, por otro lado, él o ella no habla nuestro lenguaje de amor, nuestro tanque se vaciará lentamente y ya no nos sentiremos amados. Llenar esa necesidad en nuestro cónyuge es definitivamente una decisión.

Si aprendo el lenguaje emocional de amor de mi cónyuge y lo hablo frecuentemente, éste continuará sintiéndose amado. Cuando desaparezca la obsesión del enamoramiento, difícilmente la extrañará, porque su tanque emocional de amor seguirá lleno. Sin embargo si no hemos aprendido su lenguaje principal de amor, o no hemos decidido hablarlo, cuando descienda de las alturas emocionales tendrá las demandas naturales de una necesidad emocional no satisfecha. Después de algún tiempo de vivir con un tanque de amor vacío querrá enamorarse de otra persona y el ciclo comenzará de nuevo.

Llenar la necesidad de amor de mi esposa es una decisión que tomo cada día. Si sé cuál es su lenguaje principal de amor y decido hablarlo, sus necesidades más profundas serán satisfechas y ella se sentirá segura de mi amor. Si ella hace lo mismo por mí, mis necesidades emocionales serán satisfechas y ambos viviremos con un tanque lleno. En un estado emocional de contentamiento, ambos mantendremos nuestras energías creativas para muchos proyectos interesantes fuera del matrimonio, y mantendremos nuestro matrimonio emocionante y floreciente.

Con todo eso en mi mente volví a mirar el rostro inexpresivo de Brent y me pregunté si podría ayudarlo. Presentí en mi corazón que probablemente él ya estaba enredado con otro enamoramiento. Me pregunté si estaría en sus comienzos o en su apogeo. Pocos hombres con un tanque emocional vacío dejan el matrimonio si no tienen ya una candidata para llenar esa necesidad.

Brent era honesto, y reveló que ya había estado enamorado de alguien por varios meses. Había esperado que esos sentimientos se fueran y que pudiera arreglar su situación con su esposa. Pero las cosas en el hogar habían empeorado y su amor por la otra mujer había aumentado. Ya no podía vivir sin su nueva amante.

Comprendí el dilema de Brent. No quería herir a su esposa ni a sus hijos, pero al mismo tiempo pensaba que merecía una vida de felicidad. Le dije que las estadísticas sobre los segundos matrimonios decían que 60% terminan en divorcio. Le hablé de las consecuencias del divorcio en los niños, pero estaba convencido de que continuaría siendo un buen padre para sus hijos y que los ayudaría a superar el trauma del divorcio. Le expliqué la diferencia entre el enamoramiento y la profunda necesidad emocional de sentirse amado. Le expliqué los cinco lenguajes del amor y lo invité a dar otra oportunidad a su matrimonio.

Todo el tiempo supe que mi método intelectual y razonado de enfocar el matrimonio, comparado con la elevación emocional que él experimentaba era como disparar un arma de juguete contra un arma automática. Expresó su agradecimiento por mi preocupación y me pidió hacer todo lo posible por ayudar a Becky. Pero me aseguró que no veía ninguna esperanza para su matrimonio.

Un mes más tarde recibí una llamada de Brent. Me dijo que le gustaría hablar conmigo otra vez. Esta vez, cuando entró a mi oficina, estaba visiblemente perturbado. No era el hombre calmado y frío que había visto antes. Su amante ahora veía en Brent cosas que no le gustaban. Ella se había alejado de la relación y él estaba destrozado. Con los ojos llenos de lágrimas me dijo lo mucho que ella significaba para él y cuán insoportable era sentir su rechazo.

Lo escuché con compasión por una hora, antes de que me pidiera mi consejo. Le dije cuánto lo sentía y le expliqué que estaba sufriendo el natural dolor emocional de una pérdida, y que ese dolor no podía desaparecer de la noche a la mañana. Le hice entender que esa experiencia era inevitable.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Los Cinco Lenguajes del Amor”

Por Gary Chapman

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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