mi-pareja-me-dejo-por-alguien-mas-jovenMatrimonios Cristianos – Mi Pareja me Dejó Por Alguien Más Joven 5

 

Continuemos.

Ya te dije, podría darte mil recursos; hacete la loca, dale el ultimátum, decile «Nunca más entrás en esta casa», hacete la nena, prometele que nunca más vas a hacer de mamá, pero hay un momento que uno dice: «Yo ya no sé qué hacer, porque mi marido ha pasado por una crisis, está en una etapa difícil, él se está tratando de reencontrar. Él piensa que se le acaba la vida, que ésta es su última oportunidad, «El último tango en París», y lo quiere bailar, pero no lo quiere bailar conmigo, lo quiere bailar con otra…» y entonces, como Josafat, no sabés qué hacer. ¿Y cuál fue la respuesta de Dios? «Quédense quietos en sus puestos; no tengan miedo ni se acobarden, porque la batalla no es de ustedes sino mía».

¡¿No te encanta que Dios te diga eso: «La batalla no es tuya, la batalla es mía»?! La batalla es de Dios, ¡y Dios no perdió nunca ninguna batalla que peleó por nosotros! «Quédense quietos en sus puestos para que vean la salvación que el Señor les dará. Yo, el Señor estaré con ustedes». Quitá tus manos mentales de la preocupación, quitá tus manos mentales de tus problemas, quitá tus manos mentales de tu crisis y poné en lugar de tus manos las manos de Dios. ¡Estate quieta, porque el Señor pelea nuestras batallas!

¿En qué situación del día de hoy estás poniendo tus manos mentales? Yo sé que es difícil sacar la preocupación de nuestra vida, pero si no la sacamos, nos consume. Tal vez nos preocupamos por cosas que no ocurrieron y que nos estamos imaginando, que estamos pensando y decimos: «Tal vez en algún momento lo tenga que vivir». ¡Quitá tus manos mentales y poné las manos de Dios!

Yo quiero decirte que a veces ponemos nuestras manos mentales porque tenemos la iniciativa de hacer, obvio que sí, porque tratamos de resolver nosotros mismos nuestros conflictos. Pero tenemos que saber que hay cosas que podemos resolver, pero también hay momentos en los que tenemos que parar, como hizo el rey Josafat que dijo delante del pueblo: «No sabemos qué hacer». ¿Te pasó alguna vez no saber qué más hacer? Cuando no sabés qué más hacer, quitá las manos mentales y decile a Dios: «Ponete vos en este asunto, yo me voy a otra cosa, porque me dijiste «Estate quieta que Yo peleo por vos».

Yo quiero que veas dónde tenés tus manos mentales puestas, en qué área, en qué situación conflictiva que no le encontrás salida. Recibo tantos correos de mujeres que dicen: «Probé de todo, Alejandra, pero no hay caso. Este hombre se me va, no quiere saber nada, y aunque yo trato y juntos hicimos terapia de pareja, no hay caso. ¡No sé qué hacer!». Yo quiero que veas en tu mente cómo sacás tus manos mentales de esa situación. Sacalas y fijate cómo Dios pone su mano. Agarrá las manos de Dios y ponelas ahí, en esa situación. Apoyá las manos de Dios en ese conflicto, apoyá las manos de Dios en ese problema, apoyá las manos de nuestro Dios amoroso en esa crisis que trataste de resolver haciendo de todo, pero que no pudiste solucionar.

Permití que el Señor haga, que el Señor pelee tu batalla, porque para eso está el Señor, para pelear nuestras batallas. Cambiá tus manos por las del Señor y estate quieta como hizo Josafat, que puso adelante gente que alabara y cantara. Empezá a cantar, a alabar, porque Él está peleando tu batalla y la victoria la vas a tener porque el Señor pelea nuestras batallas.

No hay dos poderes, hay uno, y es el poder de nuestro Dios. No dividas el poder, no digas: «Ay, no puedo más, el enemigo puede más, mi suegra puede más, esa chica de veinte puede más». No dividas el poder: el único poder que existe es el poder de Dios y Él pelea con ese poder alrededor nuestro.

Dios quiere que cambies tu temor, tu miedo, por confianza en Él. Vos no confiás en cualquiera, confías en el Creador del universo, en el dueño de todo, en el único que tiene poder para hacer milagros, para cambiar vidas, para resucitar muertos. Vos no confías en cualquiera, por eso Él va a pelear todas tus batallas y vas a tener la victoria. Tus problemas están en las manos de Dios. Amén.

Por Alejandra Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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