Poesía – Ars Poética (Partes II y III)
ESCRUTINIO
Cada poema es un intento de escrutar lo inescrutable. Cada melodía de cada analfabeto que silba, cada verso blanco del anarquista, endecasílabo de los puristas y collage de los postmodernos es un retorcimiento, un ala delta, un deseo, un misterio y un espasmo. Ars poiética, ecléctica, patética y peripatética. Arte para creernos y para saber cuánto mentimos; arte para despertar lo onírico, para masticar las esencias y para intentar que algo tenga sentido. Arte para elevar lo bajo y para tironear lo encumbrado, para refutar a Aristóteles, Horacio y Boileau, para encaminar el agua. Música y trazos y posturas y mármol, movimientos, mimesis, golpes al gong de lo eterno para ensordecernos al silencio de lo animal.
SIGNIFICADO SIGNIFICANTE
En todas las plumas reside un espasmo de significante, un puntillismo gongorino, la radicalidad extática, orgánica y eróticamente asexuada de la lírica. El sueño de la poesía pura. Efluvio ininterrumpido de eufemismo, aluvión incesante de alusiones, catervas llenas de néctar, alcohol y pasatiempo. No ir a ningún lado y a pesar de todo ver una materialización de lo intangible que como una catarata eufónica arrasa, avanza, destruye y asevera, pone en tela de juicio y teje explicaciones falaces. Una resonancia de plenitud confunde lo ficcional y lo que tiene huesos, y la burla descarnada de todo eso es el silbo de las musas. La pereza de los espíritus entumecidos; la persistencia acorazada de las almas voluntariosas; el inestable pálpito de los cuerpos esclavos. Un cráter de piedra se abre en el medio de la sequía para ver caer los implantes y acallar toda idiosincrasia. Y si buscamos como enfermos, como perros, como salvajes a la pureza del significante, es porque anhelamos como enfermos perros salvajes algo de significado puro. Y mientras falte uno, no sobrará del otro. Y mientras los signos de respuestas aparezcan más feos y mas distantes, nuestros signos de preguntas lucirán siempre más bellos, más recargados o escuetos, más vanguardistas o helenizantes, más auto conscientes de que son la bofetada de lo eterno, el quejido timorato de lo presente, el gemido de la raza que desde el suelo busca elevarse.
Por Lucas Magnin