Poesías Cristianas – Blanca Navidad
Vigilias de la noche,
Pastores, rebaños;
Frescura y rocío,
Oscuridad del campo.
El manto nocturno,
espeso y profundo,
serena las almas
aleja del mundo.
Belén “Casa de Pan”,
pueblo hecho mundo.
Multitud y ruidos,
mujeres y niños,
hombres, locuras,
empellones y gritos.
Buscar algún sitio,
solo eso importa.
Descansar la noche,
soñar la mañana,
y seguir el camino,
el rumbo del destino.
Vigilias de la noche,
soledad y rocío.
Praderas inmensas,
horizonte infinito.
Rojos y amarillos,
destellos naranjas,
renacen y mueren,
ascienden, se apagan.
Y el fuego devora,
los leños, las horas.
Aguardan los hombres
el nacer del día,
susurran palabras,
serenan sus vidas.
Belén “Casa de Pan”,
pueblo hecho mundo.
Tus puertas cerradas
no se abrirán.
Será un establo
el nacer, el descanso,
la promesa y el llanto,
del niño esperado.
Nacimiento anunciado
en los siglos pasados.
Vigilias de la noche,
misterio y roció.
¡De repente sucede
y el orden se invierte!
¡Parece locura!
¡Es día la noche,
son luces las sombras!
Los hombres se espantan.
Arranca el corazón
latidos de temor.
-“No se atemoricen”-
el ángel proclama,
-“ha nacido hoy en
La ciudad de David
un Salvador,
el Cristo del Señor”.
Y una multitud de seres,
surgidos del infinito,
gloriosos, magníficos,
desgranan de sus labios
el mensaje divino:
-“Gloria a Dios en las
alturas, y en la tierra
paz, buena voluntad
para con los hombres”.
Cesa el resplandor,
invaden las sombras.
-“Vamos a Belén”-
los hombres murmuran.
-“Veamos lo sucedido,
lo que Él nos ha dicho”.
Vigilias de la noche,
ansiedad y rocío.
Pastores, anhelos,
un pesebre, silencios.
Y el llanto que anuncia
el fin del sendero.
Finos hilos de oro
aquel lecho de paja,
llora el niño su llanto.
Los hombres alaban
al Dios encarnado.
Navidad blanca.
Santidad, pecados.
Ángeles y hombres,
alabanzas y llantos.
Espíritu y carne,
esperanza, desencantos.
Dios, Dios y los hombres
unidos en el Cristo,
el niño anunciado.
El niño nacido
para aquella cruz,
tormento y castigo.
Sonríe el pequeño
sonrisas de niño.
Sus ojos se cierran,
el sueño ha vencido.
Placido y sereno
descansa el pequeño.
Belén “Casa de Pan”.
Mundo, universo.
Cielo, oscuridad.
¡El niño ha nacido,
blanca navidad!
Por Edgardo Tosoni