Poesías de Navidad – La Noche de Fin de Año

 

Al caer la tarde

la madre le ha dicho:

-Esta noche, Ernesto,

¿no vendrás conmigo?

-Hoy es imposible,

-la respuesta ha sido-;

no puedo, me esperan,

mamá, los amigos.

-Pensé que esta noche,

-la madre ha insistido-

la última noche

del año, hijo mío,

podrías pasarla

junto a mí, querido.

-No puedo, no, madre,

no insistas, te pido;

no creas por eso,

¡ay!, que no me aflijo.

Sí, me gustaría

pasarla contigo,

la última noche,

de veras lo digo;

pero la corriente

me arrastra con brío:

no puedo, me esperan,

mamá, los amigos.

-¿Tan fuerte te atan?

¿Tanto es su dominio?

-Cuando uno resbala

por un mal camino

que va cuesta abajo,

le atrae el abismo:

y yo he resbalado,

mamá, y he caído.

-Tu madre lo sabe,

tu madre lo ha visto,

por eso esta noche,

Ernesto, te pido,

que lo dejes todo

y vengas conmigo.

-¿Para ir adónde?

-Verás, hijo mío:

Jesús, Dios amante

y Señor bendito,

es desde hace poco

mi mejor amigo.

Te llevaré, donde

mujeres y niños,

hombres pecadores

salvados por Cristo,

esperan la hora

que exhale el suspiro

la última noche

del año vivido.

Y el hijo responde

muy entristecido:

-Quisiera aunque fuera

venir un ratito,

respirar un poco

de ese aire bendito;

pero no, ¡no puedo!,

resbalé… y me esperan,

mamá, los amigos.

 

Es el «tic tac» del reloj

el que acompaña el respiro

de la Iglesia silenciosa,

que está esperando el suspiro

final, de la última noche

del año que está vivido.

La madre está en un rincón,

los ojos humedecidos,

una oración en sus labios

y en el corazón, latidos:

¡es que resbaló su Ernesto

y ya está con sus amigos!

La hora por fin llegó. El reloj ya decidido,

con lentitud y amargura

va desgranando el sonido

de las doce campanadas,

¡ay!, que son doce quejidos:

¡Es que fue tan bello el año!

¡Es que a tantos salvó Cristo!

¡Pero ya ha llegado el otro!

¡Año Nuevo, bienvenido!

Y la gente se levanta,

ya se terminó el suspiro;

ahora besos y abrazos

desean feliz camino:

-Que Dios te bendiga, hermano.

-Que el Señor sea contigo.

Doce lágrimas brotaron

de aquellos ojos queridos,

los ojos de aquella madre

que ya no está con su hijo:

 ¡ay, reloj di, por qué has dado

campanadas de martirio!

Ernesto ya habrá llegado,

quién sabe, al fin del abismo.

En el rincón gime y llora,

nadie su llanto ha advertido,

todos están tan contentos

por el año que ha venido…

De pronto siente en su hombro

una mano y un cariño…,

parece que es el afecto…

Se da vuelta… ¡Y es su hijo!

¡Su hijo que no ha llegado

hasta el fondo del abismo!

-Era tan triste la noche,

mamá, con tantos amigos,

era tan cruel la amargura

de mi acostumbrado vicio,

era tan lindo tu rostro

cuando esta tarde me has dicho

que Jesús desde hace poco

era tu mejor amigo…

Estos saludos y abrazos,

estos deseos sentidos

que aquí se están repartiendo

son, ¡ay mamá, tan distintos!

No son los del fingimiento,

no son los del compromiso,

parece que son del cielo,

parece que son benditos.

¡Ay!, cómo me quedaría

con ustedes, si el abismo

no me arrastrara a su fondo,

mamá, cuando ya he caído.

-¿De veras te quedarías,

Ernesto, pequeño mío?

-Sí, mamá, siento deseos,

mas creo que no es mi sino.

Y con su voz temblorosa

de emoción y de cariño,

de esperanza y de ternura

la madre, gritando, ha dicho:

-¡Hermanos, venid bien cerca

y orad, orad por mi hijo

que está asido de una rama

que crece en el precipicio!

 

La oración ha sido breve:

el corazón se ha sentido,

palabras han sido pocas

y lágrimas se han vertido.

Amén, han dicho los hombres,

amén, la mujer ha dicho,

amén, ha exclamado el joven

y ¡amén! ha llorado el hijo.

-¿Lloras, Ernesto? -pregunta,

la madre en sollozo vivo.

Y Ernesto ya no soporta:

pendiendo en el precipicio,

cae… pero de rodillas,

¡cae a los pies de Cristo!

 

Por la calle pasan hombres

vitoreando el propio vicio.

Y en la quietud de la Iglesia

un hombre, que ya es un niño,

dice abrazando a su madre:

-No llores, yo te lo pido,

¡si no podrán alejarme

de ti, mamá, los amigos!

Por Jorge Pradas

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25 Comentarios

      • Estimado Edgardo Tosoni, aproximadamente el año 1991 llegó un evangelista chileno a mi ciudad en Perú, su nombre no lo recuerdo bien, creo que era Carlos Martinez, contaba que de joven delinquía en su país y pertenecía a una banda conocida, pero un día conoció a Cristo y cambio su vida, hasta en el periódico salió la noticia. «Temida banda criminal, dos de ellos cambiaron las navajas por la biblia».
        Este evangelista declamó tres poemas: «La noche de fin de año», «Pedro contesta a Cristo» y «Tardes de primavera». Este último poema empieza asi: «Tiene un no se qué de encanto, la ciudad en primavera, las calzadas son los valles, son las lomas las veredas y las casas……» No recuerdo más, y lo estoy buscando. Por favor, me podrías ayudar? te lo agradecería mucho. Espero tu comentarios. Muchas gracias.

      • Hola estimado Edgardo, escuché este poema el año 1991 aproximadamente, también, «Pedro contesta a Cristo» y «Tardes de primavera» Estoy buscando este último, empieza así:

        Tiene un no se qué de encanto
        la ciudad en primavera;
        las calzadas son los valles
        son las lomas las veredas
        y las casas son gigantes de una inmensa cordillera.
        Encontré aquella tarde a mi amigo, hostil y algo inquieto
        Qué te pasa, tal fue mi pregunta con aire sincero
        Esta vida, tan cruel que se vive, yo mas, ya no puedo
        Esa fue su respuesta amargada que hundió mi sosiego.
        …….

        Estoy buscando el poema completo.
        Se lo escuché a un evangelista chileno de nombre Carlos o Pablo Martínez, no recuerdo bien; que contaba que de joven delinquía en la capital chilena hasta que un día se entregó a Cristo y salió una noticia en la página central del periódico «Banda de delincuentes que sembraban el terror; dos de ellos cambiaron las navajas por una biblia».
        Por favor, me puedes ayudar a encontrar el poema?

  1. Años, que no leia este poema ,es muy hermoso y tiene tanto que decir.
    Personalmente lo escuche siendo adolescente y ya mujer de edad siento las mismas emociones que en esos años ,con mucha nas pena

    • Hola Agustina. ¡¡Bienvenida!! Soltá la pena y aferrate al gozo del Señor. Empezá a buscar ayuda para sanar completamente tu corazón!!!

    • Hola María Agustina. ¡¡Bienvenida!! No dejes de orar y clamar a Dios por la vida de tu Ernesto. Él obrará de la manera en la que menos te lo esperas.

  2. me encanta ese poema la noche de fin de año me trae recuerdos de cuando era pequeña quisiera saber si alguien lo tiene con audio porque yo lo tengo en disco de vinilo y esta tan rallado que no se puede escuchar si alguien sabe donde venden o en que pagina lo puedo bajar se los agradecería tambien quisiera saber si alguien tiene el poema balada de los niños pobres del duo claudio y maria que dice algo asi yo recuerdos partes del poema mama yo vi unos aparadores repletos de ¿¿¿¿¿¿¿¿fuciles y cañones en fin mama juguetes a montones ¿¿¿¿¿¿¿que Dios no manda nada para los niños pobres
    cualquier información se las agradecería muchas bendiciones

    • Hola Soledad. ¡¡Bienvenida!! Realmente el poema es precioso, pero no puedo ayudarte. Realmente no sé si aún existen audios de él. Bendiciones!!!

  3. quisiera suscribirme a la página y que me envíen poemas cristianos.
    también quería ubicar un poema que solía recitar en la iglesia cuando era adolescente el poema decía así
    tu lo sabes señor
    tu conoces señor mi vida entera
    y el corazón que hoy llega hasta tí
    cuéntote temblando todos mis problemas
    todos mis afectos mis puros anhelos y todo cuanto
    cuanto quiero tu lo sabes señor
    conoces mi presente cada tentación
    cada sufrimiento toda mi ambición
    sabes que quisiera que mi vida fuera
    toda una sonrisa de alegre primavera………….
    toda lentitiva para todo dolor
    y todo un vaso que desborda de amor

    me gustaría encontrar el texto completo de este poema

    también quiero contarles que el poema
    la noche de fin de año
    también lo recité muchas veces en la iglesia
    graicas por todo

    • Hola Laura. ¡¡Bienvenida!! Suscribite sin problemas (es gratis), pero no publicamos muchos poemos o poesías, pero en la medida en que encontremos buenos escritos los iremos subiendo. Gracias a vos.

  4. hermoso y hermosisimo, , lo escuche cuando tenia como 8 años , ahora tengo 50, jeje, claudio y maria cantaban maravilloso, siempre crei q los poemas eran escritos por el, pero los dramatizaba muy bien, si tienen la oportunidad escuchenlos, ojala alguien los suba a internet, bendecira a muchos

    • Hola José. ¡¡Bienvenido!! Sí, es realmente una poesía hermosa, y a pesar de los años sigue estando en vigencia.

    • Hola Evangelistasegovia. ¡¡Bienvenido!! Gracias por el aporte y por compartirnos el nombre del libro. Bendiciones!!!

  5. Muy hermoso el Poema La Noche d Fin de Año, Dios le bendiga por esta bendición de poema que llegan al corazón de quien lo lee o lo escuha……Muchas bendiciones de parte de nuestro Dios.

  6. Hola heraldo. ¡¡Bienvenido!! A Carlos le pasa lo mismo que a vos. Y como le dije a él creo que la única opción es dar (aunque no sé cómo) con algún «veterano» del evangelio ¡y coleccionista! que tenga este material. Bendiciones para vos también, HOY Y SIEMPRE!!!!

  7. Recuerdo que tenía como 8 años cuando escuché por 1ª vez este hermoso poema .
    Me gustaría saber si álguien lo tiene ,se lo puedo comprar si quiere ,ya que lo he buscado en internet y no lo encuentro.

    .- Le deseo que DIOS LE BENDIGA HOY Y SIEMPRE.

  8. Hola Carlos. ¡¡Bienvenidos!! Sí, coincido con vos, es un poema bellísimo. Personalmente me gusta mucho el estilo de Jorge Pradas. Tiene poesías memorables.
    Mira, no tengo ni idea en dónde se podría conseguir, tal vez algún hermano en Cristo de algunos años que tenga una copia guardada. Exitos!!!!

  9. Hermoso poema, lo escuché cuando adolescente en versión del duo Claudio y María.
    ¿Alguién sabe donde lo puedo encontrar en mp3? lo he buscado en librerías cristianas y no lo encuentro, y por internet tampoco.
    Gracias

  10. Hola Silvia. ¡¡Bienvenida!! No bajes los brazos, no dejes de orar por su vida. Lo que tus palabras no logren en él, lo lograrán tus oraciones. Tus oraciones abrirán sus ojos, tus oraciones aclararán sus pensamientos, tus oraciones harán de él un hombre de Dios. ¡No te des por vencida!

  11. me parece una poesia hermosa y da esperanza pues yo tengo un hijo adolecente y ahora estoy pasando por algo parecido dios les bendiga

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