Pensamientos Cristianos – Todopoderoso, Pero No Arrogante
Pasaje clave: «También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos» (Juan 2:2)
Quizás fue Andrés el que lo preguntó. A lo mejor Pedro. Es posible que todos se hayan dirigido a Jesús. Pero apuesto a que en algún momento del viaje los discípulos expresaron sus suposiciones.
—Así que Rabí, ¿hacia dónde nos llevas? ¿Al desierto?
—No —opina otro—, nos lleva al templo.
Luego se genera un coro de confusión que acaba únicamente al levantar Jesús su mano y decir con suavidad:
—Nos dirigimos a un casamiento.
Silencio. Juan y Andrés se miran entre sí.
—¿Un casamiento? —dicen.
¿Por qué fue Jesús al casamiento?
¿La respuesta? Se encuentra en Juan 2:2. «También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos».
Cuando los novios hicieron la lista de invitados, incluyeron el nombre de Jesús. Jesús no fue invitado por ser una celebridad. Aún no lo era. La invitación no la motivaron sus milagros. Todavía no había efectuado ninguno. ¿Por qué lo invitaron?
Supongo que se debía a que lo querían.
¿Gran cosa? A mí me parece que sí. Creo que es significativo que la gente común de un pequeño pueblo disfrutara de estar con Jesús. Creo que vale la pena destacar que el Todopoderoso no se comportaba de manera arrogante.
Se esforzó sobremanera por ser tan humano como cualquier otro. No necesitaba estudiar y sin embargo iba a la sinagoga. No tenía necesidad de ingresos y sin embargo trabajaba en el taller. Sobre sus hombros pesaba el desafío de redimir a la creación, no obstante, dedicó el tiempo de recorrer a pie ciento cuarenta y cuatro kilómetros que separaban a Jericó de Caná para asistir a una boda.
Como resultado, la gente lo quería.
Extracto del libro «3.16 Los16 Los Números de la Esperanza»
Por Max Lucado