Sanidad Interior – 8 Principios8 Principios Para Ser Libres de la Gente 3
Continuemos:
6. No buscaré en los demás lo que me falta.
Cuando tenemos una carencia tratamos de que otro nos la de. «¿Me amas, me amas, me amas?» Están todo el día preguntándolo porque el papá no los quiso. Hay mujeres que tienen baja estima y en vez de tratar ellas mismas de levantar su estima buscan a alguien que se la levante. Entonces el diablo les manda un desgraciado que las adula: «¿Cómo tu marido no te entiende, si sos inteligente? Mereces estudiar, mereces ser feliz, hay gozo en tu vida». Y ella dice: «Me dijo cosas lan lindas, no sé que me pasó».
No esperes que nadie satisfaga tus carencias afectivas. Si nunca recibiste caricias de tu padre pretendés que otros las suplan y nadie te tiene que dar nada, todo está dentro tuyo. Dios es todo, y todo está dentro tuyo, y no hace falta que busques nada afuera porque Todo está dentro tuyo, el Amor de Dios, la Paz de Dios, la autoestima de Dios, todo está en tu interior.
7. No me pondré en victima de nadie.
«Es que él me molestó». Cuando decidís que alguien te molesta, sos esclavo de él. Cuando odias a alguien, sos esclavo del que odias. Por eso Jesús dijo: «Bendecí a los que te maldicen». No lo odies porque sino estás debajo de él.
Por eso, cuando alguien se ofende, el ofendido está bajo la autoridad del ofensor y nadie es víctima en la tierra. Decidís que alguien te moleste o que no te moleste, tenés autoridad. Eso en la Biblia se llama Libertad, Dios te hizo libre para que elijas qué pensar, qué decidir y qué hacer. Nadie puede tener la capacidad de controlarte a menos que vos lo entregues; el gozo no se pierde, se entrega. Vos decidís ser feliz; lo que vas a pensar, lo que vas a sentir. No te pongas en víctima porque si el otro te provocó, entonces estás bajo la autoridad de tu amo. Pero cuando decís: «Qué digan lo que quieran, yo decido que todo lo puedo en Cristo que me fortalece, yo decido que todo lo que haga me saldrá bien, decido que la enfermedad se va de mi vida, que la pobreza se seca, la maldición se va de mi vida, porque Dios me ha hecho libre y ninguna condenación hay en Cristo el Señor y yo decido caminar en victoria y Dios honra al que decide lo que Dios decide».
8. No reaccionar en la carne.
Carne es la vieja naturaleza que tenés que crucificar cada día, es tu viejo yo. Por eso Jesús a Simón le puso Pedro. Simón fue el que negó a Jesús (la vieja voz) porque en una crisis vos decidís si va a hablar tu vieja naturaleza o tu nueva naturaleza. Hay gente que reacciona por instinto y eso en psicología se llama «psicópata». El psicópata, dice: «Quiero un helado», sale y lo compra aunque sean las cuatro de la mañana, llueva o caiga granizo porque el psicópata no evalúa el instinto, sino que dice: «Yo soy frontal. Digo lo que me viene al corazón, no soy hipócrita». Lo que le viene, lo actúa, por eso se llama «personalidades de acción». Pero una persona sana dice: «Quiero… tengo hambre». Y se pregunta: «¿Puedo comer ahora? ¿Tengo plata para comer o como después?». Y acciona sobre eso. No reacciones bajo instinto.
No tenés que reaccionar por reflejo emocional aprendido. Es la gente que funciona normal pero hay una tecla que cuando se la tocas, reacciona emocionalmente como reaccionó toda la vida. Vive normal, pero cuando tocás determinada situación siempre reacciona igual. Por ejemplo, Josué fue un gran guerrero, pero cuando en un pueblito perdieron una batalla, se tiró al suelo a llorar: «Dios ¿por qué nos has traído acá? ¿para matarnos….?». Y Dios le dijo: «¡Levántate, Josué!». Cuando perdió, se le activó un mecanismo emocional aprendido que había visto durante cuarenta años en el desierto: llorar. Lo vio a Moisés y toda esa generación, llorar por todo.
Tenés que identificar cuál es tu reflejo emocional aprendido para no reaccionar de esa manera, sino reaccionar bajo el Espíritu Santo de Dios.
Dice Romanos 8:1: «Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, esto es para los que no andan en la carne»; porque el que anda en la carne siempre vive condenado por los demás.
Un rey caminaba por un pueblo todo rocoso, se enojó y dijo: «Quiero que maten todas las vacas y que me alfombren todo el pueblo». Se juntaron todos los sabios y le dijeron: «Muy bien rey, tenemos que matar diez mil vacas, curtir todo el cuero y en diez años tendremos alfombrado todo el reino para que nuestro rey no se lastime». Y vino un bufón que le pidió permiso para decir algo: «¿Por qué no matan una vaca, le sacan el cuero y le hacen unos zapatos?». Y el rey aprendió que era mejor cambiarse uno mismo que tratar de cambiar a todo el pueblo. No reacciones por instinto. No reacciones por actos irracionales.
Reaccioná en el espíritu, tomate tiempo, pensá, andá a tu habitación secreta, orá al Señor, buscá que Dios te de la idea sabia, no te apresures, sé sabio. La gente durante años consideró que los cristianos somos un montón de tarados porque nos han engañado y usado. Pero ahora hay una iglesia que se está metiendo en la habitación privada de Dios, que está pensando en el espíritu, que va a hacer los mejores negocios millonarios. No vamos a engañar a nadie, vamos a usar ideas de oro, sabiduría divina, gente que serán los primeros en su clase, los jefes de sus trabajos sin «serrucharle» a nadie el piso, porque hemos pasado tiempo hablando con Dios. Y haciendo lo que Dios te diga alcanzarás todo lo que te propongas, porque habrá sabiduría de Dios y no reacción en la carne.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro «Libres de la Gente»
Por Bernardo Stamateas