Sanidad Interior – El Sentido de Culpabilidad 3

 

Continuemos.

Seis Pasos Para Mantenerse Libre de Heridas.

1. Perdonar Debe Ser un Estilo de Vida.

Todo cristiano tiene que desarrollar una actitud de perdón permanente y genuina en su corazón (Mateo 18.21-22).

 

2. Renunciar a la Ofensa Inmediatamente Después de Ser Ofendidos (Mateo 5.23-24, Eclesiastés 10.4).

¿Por qué tenemos que hacerlo inmediatamente?

Porque, de lo contrario, el enemigo ganará terreno sobre nosotros, pues le estamos dando derecho legal, y ese derecho legal puede traer, como consecuencia, enfermedades, pobreza, ataduras y mucho más.

Porque la herida puede hacerse mayor. Una ofensa nos lleva a un resentimiento, a una falta de perdón, a una raíz de amargura y final­mente, al odio.

 

3. Arrepentirse.

Al igual que el perdón, el arrepen­timiento tiene que ser un estilo de vida.

¿Qué es arrepentimiento? El arrepentimiento es sentir un profundo dolor por haber ofendido a Dios primero y también a otras personas. Es estar deseoso de morir y dejar atrás lo que hemos sido; es permitirle a Dios que nos cambie para ser lo que Él quiere que seamos a partir de este momento. No es derramar muchas lágrimas ni tener remordimiento por haber ofen­dido a Dios. Tampoco es tratar de cambiar para evitar las consecuencias. Es un dolor genuino por haber causado una ofensa a Dios o a otro ser humano.

La palabra del Señor habla que el temor a Jehová es aborrecer el mal (Proverbios 8.13). Cuando usted empieza a amar y a temer a Dios, simultánea­mente, usted comienza a odiar el mal.

En las iglesias de hoy, hay muchos creyentes que no sienten el suficiente odio por el mal. Cuando se teme a Dios, no se puede soportar el mal ni la hipocresía. La palabra de Dios no habla de estar en desacuerdo o de tener remordimientos por lo que se ha hecho, sino de aborrecer con todo el corazón el pecado. A muchas personas les gusta el vicio y el pecado, y lo siguen practicando; y esto es debido a que no han llegado a aborrecerlo sufi­cientemente como para permitirle a Dios que las haga libres.

 

4. Confesar las Faltas.

En el griego, la palabra confesar es «exomologeo», que significa exterio­rizar. Es decir, exteriorizar los dolores del alma a través de nuestra confesión. No caiga en la trampa del enemigo de guardar todas las ofensas y las heridas, porque se van acumulando hasta causar una explosión empeorando toda situación.

¿Cuándo es que una persona se deshace de su pe­cado o de su falta? Cuando lo confiesa (1 Juan 1.9)

 

5. La Humildad es el Reconocimiento de Nuestra Condición Ante Dios.

Humildad es la ausencia completa de orgullo, la sumisión voluntaria. Necesitamos humildad para perdonar a aquellos que nos han herido. También, necesitamos humil­dad para ir a pedir perdón a aquellos que hemos ofendido.

Una de las características de nosotros los cristianos es que muy rara vez pedimos perdón. No espere que la otra persona tome la iniciativa para pedir perdón.

 

6. Conozca su Verdadera Identidad.

Hay preguntas que tenemos que hacernos a nosotros mismos.

«¿Quién soy?» «¿Qué veo cuando me miro al espejo?» Como el hombre piensa de sí mismo en su corazón, así es. Meditemos en estos versos bíblicos: «somos hechura suya»; «Dios me formó con un propósito».

Si queremos saber quiénes somos, mirémonos en el espejo de la Palabra. Hay muchas personas afuera diciendo quién es usted, pero en realidad, ellos no lo saben. No permita que la opinión de otros influya en sus decisiones ni en su autoestima (Mateo 16.13, Efesios 2.10, Salmos 139.16, Santiago 1.23-24).

¿Cómo encontrar su identidad?

  • Mirándose en el espejo de la Palabra.
  • Preguntándole al Espíritu Santo.

Esto le dará la seguridad acerca de quién es usted y hacia dónde va; y le traerá la certeza de que es una persona amada y querida. Usted no es un aborto de la sociedad. Somos pueblo santo con propósito, a quien Dios dio aliento de vida para que se lleve a cabo el propósito de Él en nosotros y en este mundo.

Asegúrese de creer y afianzarse en las promesas divinas de liberación y de sanidad en todas las áreas de su vida.

Recuerde que esto es pan para los hijos que viven bajo la bendición del pacto de Dios. ¡Amén!

Extracto del libro “Sanidad Interior y Liberación”

Por Guillermo Maldonado

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

  1. Bendiciones, quiero felicitarlos por estos temas que traen liberacion
    y nos sirben como herrramienta para nuestras celulas de personas no convertidas que por los señalamientos culposos o auto señalamiento viven frustrados, Los bendigo en poderoso nombre de Nuestro Dios, gracias adelante con Cristo Jesús.

    • Hola Raúl. ¡¡Bienvenido!! Así es, tal como decís muy bien: son herramientas para utilizarlas y bendecir. Adelante con tu ministerio!!!

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