LIMPIEMOS LA CASA DE OBJETOS OCULTOS
Si hay algo que llama la atención, es la cantidad de creyentes que poseen algún objeto de prácticas ocultas en su casa. Muchos creyentes no han tomado conciencia de los poderes demoniacos que se esconden tras éstos. Según nuestra experiencia, muchos de éstos han quedado en las casas por haber sido «heredados» o regalados por algún familiar. Muchos hermanos dicen: «yo tengo esta estampita que me regaló mi abuelo y la guardo como símbolo de afecto». Otros, por otro lado, poseen muchos de estos objetos supersticiosos debido a que en sus viajes al exterior o a otras provincias han comprado «adornitos».
Es hora de tomar conciencia y de adoctrinar al pueblo cristiano a «limpiar la casa»; muchas opresiones demoníacas y problemas familiares comenzaron cuando uno de estos objetos comenzó a «vivir en su casa». No son los objetos en sí los que tienen algún poder; la Biblia remarca una y otra vez que los objetos, las estatuas, etc., no son nada.
LA PROHIBICIÓN DE ADORAR OBJETOS
El Señor prohíbe expresa y explícitamente el construir y adorar objetos religiosos. Miremos algunos pasajes que nos iluminarán al respecto.
Dice Ex.20:4-5: «No te harás imagen ni ninguna semejanza de la que está arriba en el cielo, ni debajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová fu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen».
El hombre de por sí busca algún objeto o amuleto que pueda «representar» su fe. Dios no tiene parangón y Él no tolera que sus hijos veneren y adoren a objetos que representen al mismo Dios («arriba en el cielo») ni a los muertos («debajo de la tierra») ni a otros dioses.
El adorar y honrar objetos, cualquiera que sea su característica, es condenado por Dios como idolatría. Sería casi como si un novio amase y venerase la foto de su novia más que a la misma novia. Para Dios, el culto a las imágenes es idolatría y poseerlas es una manera «pasiva» de darles honor.
La misma Raquel no pudo desprenderse de sus viejas costumbres paganas; dice Gn.31:19 que ella robó los ídolos de su padre. El pueblo de Israel siempre fue propenso a darle autoridad espiritual a los objetos (Jos.24:15). Aún recordamos cómo el pueblo construyó un becerro de oro al cual adorar (Ex.32) y los becerros de oro hechos por Jeroboam (1º R.12:28). Ellos habían levantado toda clase de imágenes: imágenes de Asera (Dt.12:3, 16:21-22).
LOS OBJETOS COMO REPRESENTACIÓN DEL ORGULLO DEL DIABLO
El mismo Satanás se levanta por orgullo objetos y estatuas que representen su profundo poder y su deseo de ser adorado. Él mismo busca poner en las personas, casas y aun en ciudades objetos que lo representen.
Nos llama mucho la atención la cantidad de símbolos ocultistas que están emergiendo en nuestros días. Sin lugar a dudas, Satanás, orgulloso y malvado, ha creado elementos simbólicos con los cuales intenta plasmar aún más su dominio. Así como los antiguos patriarcas levantaban «templos» o monumentos conmemorativos a Dios (Gn.35:20, Jos.24:27; 1º S.7:12; 2º S.18:18), también Satanás hace lo mismo ya que él imita todo lo que Dios hace.
Extracto del libro Ocultismo y Sanidad Interior
Por Bernardo Stamateas
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