Sanidad Interior – Rompiendo el Círculo del Miedo 3
Continuemos.
4. Pensamientos de Acción.
Voy a concentrarme en lo que puedo hacer. Tenés que hacer una lista de tus miedos. Tenés que decir: «Si yo hago este negocio, ¿qué sería lo peor? Lo peor sería que me quede sin plata, lo peor sería que me echen de casa, lo peor sería…». Tenés que hacer un inventario de todo lo peor que te podría pasar, y luego, al lado, plantearte pensamientos de provisión: «Si me quedo sin plata, ¿qué podría hacer?» Entonces, tenés que pensar antes de encarar tu desafío, cómo lo resolverás. Esto se llama: Pensamientos de Acción, Pensamientos de Fe y Pensamientos de Provisión. Es decir, si me pasa esto, yo puedo hacer esto.
Orisson Marren dijo con respecto a este tema: «Para tener éxito en la vida hay que hacer dos cosas: Poner manos a la obra y seguir con las manos en la obra»
Pedile al Señor: «Señor, yo tengo miedo a esto. Lo peor sería que me pase esto, esto y esto»… «Señor, dame pensamientos de provisión, pensamientos de solución». Tomá esta Palabra, porque Dios va a liberarte de tus temores.
5. Confesión de Fe.
Voy a confesar, no lo que mi imaginación me dice, sino lo que Dios me ha prometido. David escribe el Salmo 56: «Todo el día piensan en mí». Cuando uno tiene miedo es exagerado. Pero el Salmo termina con David dándose cuenta de que el temor está basado en una mentira. En realidad, todo temor está basado en una mentira de tu mente, pero toda libertad está basada en una Verdad de Dios. Vos no tenés que confesar lo que tu mente te dice, sino confesar la Verdad de Dios.
La verdad de Dios dice: «Yo sé que Dios pelea por mí… en Dios alabaré su Palabra… en Dios he confiado, no temeré… sobre mí están Sus pactos».
Tenés que aprender la Palabra para confesarla. Tenés que hablar la Palabra porque lo que vos confesas tiene autoridad espiritual. Job dijo: «Lo que temí, me vino». ¿Sabés por qué Job perdió todo? Por lo que él confesó, por la autoridad que él puso en sus palabras temerosas, y así se cumplieron. Pero cuando vos empieces a declarar palabras de fe, y dés autoridad a la verdad de Dios, la verdad de Dios siempre te hará libre. Vos tenés que aprender a confesar la Palabra.
Recordá:
- Jehová es mi luz y mi salvación ¿A quién temeré?
- «Él está en medio de mí y es Guerrero Victorioso»
- «No me ha dado espíritu de miedo, sino de poder y de dominio propio»
Ahora necesitás cargar tu espíritu de la verdad de Dios: «Si Dios es conmigo, ¿Quién contra mí? Nada me va a separar del amor del Señor»
Cuando leas la Biblia, leela en voz alta. Cuando ores, orá: «Padre, declaro tu Palabra, te hablo a vos y le hablo a mi espíritu. Señor, nada me separa de Tu amor». «Yo soy más que vencedor, Vos estás conmigo como Poderoso Gigante. Caerán miles y diez miles, pero a mí no me tocarán». «Estoy hablando la verdad y confieso la verdad. Yo me baso en la verdad del verdadero LEON DE JUDA, de JESÚS DE NAZARET».
6. Entrega Total.
Detrás de todo gran miedo, hay miedo al abandono. Si vos lográs que esta Verdad de Dios, de que nada te separará del amor de Dios, sea revelada a tu espíritu, vas a hacer añicos todos tus miedos. Porque, en última instancia, tememos perder el amor. Pero recordá que el A mor de Dios echa fuera el temor. En el Perfecto Amor, no hay temor:
¡Tenés que abrazar el Amor de Dios! ¡Tenés que descubrir el Amor de Dios! ¡Tenés que conocer el lenguaje de Dios! ¡Tenés que experimentar el Amor de Dios!
El Amor es un lenguaje. Cuando aprendés el lenguaje de Dios, conocés como Dios habla. Empezás a caminar bajo la misericordia de Dios. Cuando más te sea revelado el Amor de Dios, y te entregues a Su Amor, perderás el temor.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Emociones Lastimadas”
Por Bernardo Stamateas
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