Masonería – TESTIMONIOS DE INICIACIONES 10

Sectas – Testimonios de Iniciaciones 10

Continuemos.

Este rito no es de ninguna manera una inofensiva enseñanza que nos lleva a reflexionar sobre nuestro destino postrero, ni tampoco una representación teatral sobre el asesinato de Hiram Abiff, sino una importante puerta para penetrar las dimensiones de las tinieblas. En este ritual el aspirante es entregado al espíritu de La Muerte al entrar dentro del ataúd. La rama de acacia que sostiene sobre su pecho simboliza el «Falo engendrador», a través del cual recibe la energía luciferina.

Antiguamente se hacía entregando al iniciado a Anubis, el cual era resucitado por el poder de Osiris. Esta vivificación representa el ciclo solar, el cual empieza a decaer en otoño, para terminar muriendo en el invierno y renace nuevamente con más fuerza en la primavera. La leyenda cuenta que Osiris moría traicionado por Tifón después de haber recorrido el universo y era resucitado por Anubis, el dios de la muerte, que lo devolvía a la vida con un nuevo resplandor en el solsticio de verano, el 24 de Junio (una de las fechas claves en la Masonería).

La ceremonia iniciática del tercer grado es una invocación real para ser habitado por el poder y el espíritu de La Muerte. El Gran Secretario del Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur dice, respecto a esta iniciación: «Tifón dio muerte a Osiris encerrándolo en un ataúd. Y en seguida dividió su cadáver en varios trozos y los arrojó al Nilo. La viuda de Osiris, Isis, fue en busca de sus restos, y todos los encontró menos el «membrum virile». En conmemoración de esta pérdida se instituyó la adoración al «phalus», porque él solamente hace posible la reproducción».

Los Masones encuentran este «phalus» en el grado de maestro o tercer grado, bajo la designación de la palabra Mahabones. Sin embargo, así como las leyes físicas nos afectan inexorablemente, aunque no estemos conscientes de ellas, también las leyes espirituales nos afectan, las conozcamos o no.

Es notable el gran desconocimiento que existe del mundo espiritual y de cómo nuestro espíritu es afectado tantas veces sin que nos demos cuenta. Quiero ilustrar esto poniendo el siguiente ejemplo: Una persona entra a un hospital de enfermos de SIDA tocando todo lo que ve, sin tomar ninguna precaución, ignorando las verdaderas características del lugar, siendo inyectada con una jeringa usada. Esta persona no tenía intención alguna de infectarse pero, lo quisiera o no, saldrá del lugar con el terrible virus circulando por su organismo.

El aspecto anímico y emocional está igualmente propenso a contagios ya sean voluntarios o no. ¡Cuántos de nosotros, por ejemplo, hemos visto una película que ha tocado las áreas más débiles y sensibles del alma y nos hemos sentido afectados en mayor o menor grado! Pues si estos casos de contagio son posibles y reales, tanto para el cuerpo como para el alma, ¿qué nos hace presuponer que el espíritu, no pueda ser también afectado cuando lo sometemos a experiencias espirituales de esta magnitud?

En la exégesis del 3º hecha por el Maestro C.W. Leadbeater, se menciona: «En el tercer grado como en los otros, el candidato se arrodilla bajo un triángulo mientras se invoca la bendición del Altísimo (Nombre que se le da en este grado al Gran Arquitecto del Universo). Es digno de mención que en la Masonería se prestan todos los juramentos dentro del mismo triángulo, en señal de que todo el hombre trino, con su cuerpo, alma y espíritu está tomando parte en la obra».

Quizá el aspirante esté plenamente consciente de lo que le está pasando a su cuerpo y tal vez medite en lo que han sufrido sus emociones y sentimientos durante el macabro proceso de esta iniciación. Pero tenga por seguro de que estará totalmente ignorante de lo que le pueda haber pasado en la parte más sutil e indefensa de todo ser, el espíritu. Pues, mientras él no sabe lo que le está sucediendo, el príncipe de las tinieblas, la oscuridad visible que ha sido invocada, no va a perder la oportunidad de penetrar y encadenar su espíritu.

Extracto del libro “GADU: Gran Arquitecto Del Universo”

Por Ana Méndez Ferrel