Sermones Cristianos – El Miedo a la Muerte 3

 

Continuemos.

2. Riqueza de Palabras.

Una persona rica en palabras es una persona que avanza en la vida, porque mi fortaleza y mi debilidad no están en lo que me pasa sino en mi boca, en lo que hablo. Esto me dijo el Señor: se le aparece el ángel a María, ella tiene 15 años; le dice: «María, muy favorecida» y dice que a María le impactó la palabra; a vos te tienen que impactar las palabras de Dios. ¿Te impacta cuando Dios da una palabra o no te impacta? Si vos querés ser rico en palabras, te tiene que impactar la Palabra.

Cuando yo descubro algo en la Palabra, eso me impacta; cuando escucho a alguien que habla de Dios, digo: «eso me impacta». A María no le importó el ángel, le importó la palabra que dijo: «¿Qué saludo es éste?», quedó impactada. Porque cuando Dios te habla te habla para impactarte. ¿En cuántas reuniones estuvimos sin impactarnos? Porque hay gente que no se deja impactar.

El ángel le habló María: «favorecida» y María impactada fue a ver a su prima Elizabeth y la saludó; y ella quedó tan impactada que el bebé saltó, y Elizabeth impactada le dice a María: «María, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre», porque una persona impactada habla para impactar. Y María cuando escuchó ese saludo de Elizabeth quedó impactada; y dijo: «oh, me llamarán bienaventurada por todas las generaciones… ¡aleluya!». Se habló y se “auto-impactó”.

Dios te va a dar una palabra que te va a impactar, que vas a hablar con otro, que vas a impactar, que a su vez te va a contestar y te va a impactar, y vas a terminar impactándote vos. Dios te va a llenar de riquezas de palabras de impacto.

¿Cuál es la enseñanza? No vas a necesitar que nadie más te motive; Dios va a poner palabras de dentro tuyo que van a hacer saltar los sueños de los demás, y los demás van a hacer saltar los sueños tuyos; te va a llenar de palabras de fe, de palabras de éxito, de palabras de resultado, que vas a vivir una vida impactada.

Pablo decía: «esta leve tribulación no produce un cada vez más excelente peso de gloria», cuando la gente escuchó eso quedó impactada. Vos estás acá para ser impactado por Dios. ¿Sabés a qué se refería Pablo con esta leve tribulación? Que los perseguían y los prendían fuego, y los cortaban en pedacitos; esa era la “leve tribulación”. Y Pablo dijo: «eso que me persigue, eso es para mí una leve tribulación que me produce a mí un excelente peso de gloria”.

Pablo cuando hablaba impactaba y cuando vos hables vas a impactar a los demás, les vas a hacer saltar el bebé a los demás, el sueño a los demás. Dios te va a dar palabra de alto impacto, y cuando Dios te hable tu vida va a estar revolucionada. Yo no sé si estuviste viviendo con palabras que te durmieron, que te anestesiaron, que te programaron para lo malo; pero Dios te va a desprogramar y te va a calificar para que alcances un diseño de vida exitoso.

Cuando la estaban por matar a la mujer que estaba en adulterio, el Señor se sentó en tierra y escribió. Dios va a escribir la historia de tu vida; yo no sé qué palabras pusieron sobre tu vida pero el Señor tiene la última palabra. Escribió en tierra porque somos vasija de barro, y Dios tiene la última palabra. Dios va a escribir el nuevo capítulo de tu historia; yo no sé lo malo que otros escribieron, pero sé lo bueno que Dios va a escribir; porque Dios va a llenarnos la vida de gozo.

 

3. Riquezas de Herencia.

Dios nos va a llenar de herencia. Dice que Dios lo agarra a Noé y le dice: «entra tú y toda tu casa al barco, a salvarse». Las familias se salvaron gracias a Noé, un varón. Pasan unos años y aparece Josué; y dice: «yo y mi casa serviremos al Señor». ¿Por qué Dios salvó a la familia, si fue Noé el que era justo? Porque todo lo que Dios hace con vos lo va a hacer con los tuyos. Dice que cuando Dios mira a tu familia, tu familia es tu extensión, y toda bendición que vos logres capturar para vos, es una bendición que vas a transmitir en herencia para tu familia.

Por eso vos no tenés que orar «bendice a mi abuela, bendice a mi nieto, bendice a mi hijo», a la abuela dejala, y a tu nieto también; vos decí: «bendíceme a mí Señor; lléname a mí» porque todo lo que me pase a mí ¡le pasará también a los míos!

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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