Sermones Cristianos – Saliendo del Engaño 3
Continuemos.
La Gente Protectora.
La gente protectora ejerce seducción. Se muestra como una persona buena que te quiere amar, te quiere dar… pero después, es como si anotaran el favor que te hicieron o lo que te dieron en su agenda futura: «Pasar a cobrar en cualquier momento». Porque el manipulador te va a dar para después venir a pedirte algo.
La Mentira.
Las personas autoritarias son gente con mentira; son tan mentirosos que vienen, se quejan y te meten sus mentiras. Cada vez que veas a una persona mintiendo, ya sabes quién es su padre: el diablo.
Son personas que prometen pasión y aventura, te van a ofrecer «el oro y el moro», te van a dar mil promesas, pero es todo una gran farsa.
Estudian las Áreas Débiles de sus Víctimas.
Los manipuladores te estudian y te engañan porque ven tu área de vulnerabilidad, de debilidad. Por ejemplo, existe gente que le tiene miedo a discutir. Entonces el manipulador te pide plata ya que sabe que nunca le vas a decir que no o nunca se la vas a reclamar. Y si se la reclamás, se enojan y te dicen: «¡Para…! ¿Qué clase de cristiano sos vos? ¿No creés en Dios?» De esta forma, te sentís culpable y le decís: «Perdoná que te vine a pedir lo que es mío, discúlpame…» ¡Porque tenés miedo a discutir o a reclamar lo que es tuyo!
Esto significa que Satanás te roba algo y encima espera que le pidas perdón a él. Pero si vos tomás tu lugar y le reclamás lo que es tuyo en el nombre de Jesús al diablo no le queda más remedio que devolverte lo que te quitó.
Características de la Persona Estafada.
1. La Co-dependencia.
La gente que es estafada quiere salvar a todo el mundo. Viene alguien y les dice: «Estoy mal, me echaron de todos lados», entonces se les activa la co-dependencia y responden: «Venga mi bebé, pobrecito, nadie lo entiende, lo vamos a ayudar, lo vamos a restaurar».
Te vienen con el versito de la injusticia, de que son víctimas, de que nadie los quiere… Existe gente que siempre se relaciona con personas problemáticas: borrachos, mujeriegos, timberos, desgraciados maltratadores, porque creen que «con su amor los pueden cambiar».
Ahora bien, si no lo puede cambiar el amor de Dios… ¡imagínate si lo va a cambiar tu amor!
Debemos entender que no podemos cambiar a nadie y Dios solamente puede cambiar a la gente que se lo permite.
2. La credulidad.
Le creen a cualquiera. Si viene alguien y te dice: «Soy cristiano, soy pastor, apóstol»; «Soy empresario»; «Vengo a proponerte un negocito, pongamos un kiosquito: vos poné las diez luquitas que ahorraste durante toda tu vida, y yo pongo mi sabiduría y sapiencia. Vos poné las diez lucas y laburá quince horas por día; los cinco primeros sueldos son para mí, después te doy un diezmo», no le creas…
¿Qué Tenemos que Hacer con los Estafadores?
1. No Debo Juntarme más con Gente Malvada.
Pablo dice en Tito 3:10, «Al que cause divisiones, después de una y otra amonestación, deséchalo».
La palabra «desechar» quiere decir «tirar a la basura». Con esto, Pablo está diciendo que tenemos que evitar a la gente estafadora, manipuladora, engañadora que sistemáticamente viene a tu vida. En otras palabras, no te juntes, no les hables, no les contestes el llamado, no te pelees (porque a esa gente le encantan las peleas, le encanta amargarte la vida). Si te llaman por teléfono, cortáles; si te mandan una carta, tirála sin leerla, porque solamente te quieren envenenar la vida.
Tenés que ser justo, no tonto o buenudo. Tenés que ser justo. Y no tenés que ser más bueno que Dios… Por supuesto, tenés que perdonar al que te lastima. Sin embargo, una persona que viene sistemáticamente para querer engañarte, manipularte, esa persona tiene que estar lejos de tu vida.
Tenés que aprender esta lección. Por ejemplo, Nehemías estaba haciendo una ciudad, vinieron tres estafadores, y le dijeron que tenían que hablarle. Entonces Nehemías dijo: «No tengo tiempo, estoy haciendo una obra grande para Dios»
Tenés que decir: «No tengo tiempo para perder con gente malvada, estoy haciendo una obra grande para Dios la cual soy yo».
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Emociones Lastimadas”
Por Bernardo Stamateas
