Predicaciones Cristianas – Seguir a Jesús 2

 

Continuemos.

Nuestra responsabilidad es la de seguir al Maestro. No debería tomar decisiones respecto a lo que quiere hacer o a dónde quiere ir. ¡Siga a Jesús! Nuestra principal obligación en la vida es seguir la dirección que nos da Jesús. Cuando sigue a Jesús, no importan las dificultades que deba enfrentar. Él ya ha pasado por todas ellas y sabe que están allí. Él ha caminado por el mismo camino que usted está caminando ahora. El conoce cada grieta, cada obstáculo y cada bendición. Él dijo: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres». Después de decir esto, los discípulos si le siguieron a través de toda Galilea, Él les enseñó cómo ser pescadores de hombres.

¿Cómo puede lograr que las multitudes vengan a escuchar el Evangelio?

¿Cómo puede volverse en un pescador de hombres?

¿Qué hicieron ellos?

Se levantaron y lo siguieron a Él y Jesús les demostró todo lo que un ministro debe saber acerca de recoger a la humanidad en la red del Evangelio.

Lea Mateo 4:23-25. ¡Con razón que las multitudes lo seguían!

Enfoque su atención al vasto mar de sufrimiento humano. Vuelva su atención a TODAS las personas enfermas que están atormentadas por diversas dolencias: que están poseídas por demonios, a los lunáticos, a los paralíticos. Empiece a enseñarles y a predicarles las gloriosas buenas nuevas y suene la trompeta del Evangelio que proclama que Jesús cargó con sus pecados. Él sufrió sus dolencias. Él probó su muerte. Él tomó sobre si su maldición. Tienen derecho a ser libres. Cuando haga todas estas cosas, nunca le va a faltar a quién predicar.

Tenemos una responsabilidad con aquellos poseídos por demonios.

Tenemos una responsabilidad con los atormentados.

Tenemos una responsabilidad con los enfermos.

Tenemos una responsabilidad con los oprimidos por el diablo.

Tenemos una responsabilidad con aquellas personas que vivan en hospitales psiquiátricos.

Tenemos que dejar de jugar a la iglesia pidiendo solamente bendiciones para nosotros mismos. Necesitamos que la casa de Dios sea casa de oración, donde se ora y donde los cautivos son libertados

1º Reyes 17 nos narra la historia de Elías, el tisbita, que levantó su voz a Dios y a Israel diciendo: “Vive Jehová, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra”.

Elías estaba siguiendo la Palabra de Dios. Dios había dicho que si Israel se rebelaba y se iba en pos de los ídolos. El cerraría los cielos. Dijo que si ellos se arrepentían, El abriría los cielos (Deuteronomio 11:13-17). Elías los vio alejarse de Dios. Sabía que habían quebrado el pacto. Cuando se volvieron a Dios, supo que la lluvia vendría porque habían restaurado su relación de pacto con Dios.

Estamos viviendo en un mundo lleno de dificultades. Nos encontramos en un mundo lleno de tensión. Nos encontramos en un mundo sumido en caos. No hay duda alguna que los tiempos del fin ya están sobre nosotros y nuestros días son similares a aquellos que leemos en 1º Reyes 17. Elías representa al hombre de Dios, al predicador quien guía con cuidado a su rebaño. Durante ese período de hambre, en el tiempo de sequía, tiempo de gran aflicción y adversidad, es de suma importancia que Elías escuche a Dios y haga EXACTAMENTE lo que Dios le dice que haga.

Lo que debemos hacer el día de hoy es sintonizar nuestros espíritus al Espíritu Santo, escuchar a Dios, hacer lo que nos dice que hagamos, e ir a donde nos dice que vayamos. ¡Cuando hagamos estas cosas nuestras necesidades serán suplidas y estaremos salvaguardados!

Elías se apartó de su rutina diaria y oró. Buscó a Dios. Es importante tener contacto con Dios, escuchar de Dios. A veces tenemos que retirarnos del gentío. La gente lo va a confundir. Ellos le van a desanimar. Ellos le hablarán acerca de otras personas. Muchas veces harán que su fe decaiga. Habrá veces en que debe estar solo y subir la montaña de Dios, por encima de la neblina y de la bruma de este mundo. Envolver sus dedos en las vestiduras de Dios y decir: «Padre mío, padre mío, no desistiré hasta que me bendigas». Debemos buscar a Dios diligentemente y seguir Su dirección para nuestras vidas.

(CONTINÚA…)

Por Pastor John Osteen

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