Predicaciones Cristianas – Seguir a Jesús 3

 

Continuemos.

1º Reyes 17:2-4. Elías oyó la voz de Dios. Entonces Dios le dijo a donde debía ir y qué debía hacer. Le dijo: “Yo he mandado a los cuervos que te den ALLÍ de comer».

Dios puede decirle a donde Ir. Hay un lugar llamado «allí» para cada persona. Ese lugar llamado «allí» es donde Dios dijo: «Yo he mandado a los cuervos que te den de comer.» Si no se encuentra en ese lugar llamado «allí» y los cuervos llegan a traer comida «allí» no es la culpa de Dios si se está muriendo de hambre.

Dios me hizo regresar de las Filipinas a la Iglesia de Lakewood para pastorearla. Yo no quería regresar. Pero vean, la Iglesia de Lakewood era mi lugar llamado «allí». Si yo hubiera dicho: «No, no, no voy a ir,» me hubiera encontrado en un gran lío. Es allí donde Dios ordenó a los cuervos que me alimentaran. Si yo no hubiera regresado, no hubiera podido culpar a Dios.

Posiblemente continuaría teniendo un buen ministerio, pero hubiera habido tirantez, asperezas y pesadumbres en todo mi sistema. Hubiera habido tensión y una pesada carga sobre mí. Cuando se encuentra en ese lugar llamado «allí», su yugo es fácil y su carga es ligera. Yo creo que para cada ministro hay un lugar llamado «allí». Cada creyente puede aplicar este principio a su propia vida. ¡Hay un lugar llamado «allí»!

Esto no significa que nunca haya batallas por pelear. Esto no significa que no tendrá que enfrentarse a algunas pruebas y tribulaciones. No puede haber un testimonio sin una prueba. Cuando se encuentre seguro en ese lugar llamado «allí,» puede ordenarle al diablo que lo deje. El diablo puede tratar de evitar que los cuervos le traigan pan. ¡Ordénele al diablo en el Nombre de Jesús que se vaya! Dígale: «¡Vete! ¡Dios me ha traído a este lugar llamado «allí» y te ordeno que te alejes de mi territorio!»

Entonces puede entrar a la paz del Señor y alabar a Dios. Pronto, los pequeños cuervos vendrán. Cuando está en el lugar llamado «allí», ellos vendrán. Ahora bien, si nunca vienen, mejor examine el lugar en el que se encuentra.

Concéntrese en el amor hacia Jesús. Envuélvase en su devoción hacia Él, hágalo a Él primero en su vida, y vaya a donde Él dirige (no importa lo que la gente diga). ¡Vaya a ese lugar llamado «allí» y Él alimentarlo con las  aves del cielo!

Dios tiene recursos ilimitados. ¡Dios está a cargo de este mundo! Hasta un pequeño gusano trajo destrucción al Rey Herodes. La Biblia dice que fue comido por los gusanos. Dios puede tomar a los gusanos y destruir al enemigo.

Dios está interesado en todo aquel que quiera proclamar el Evangelio. Nuestra responsabilidad es ir a donde Él nos dice que vayamos; hacer lo que Él nos dice que hagamos; y quedarnos donde Él nos dice que nos quedemos. No tenemos derecho de hacer lo que nosotros queremos hacer. Debemos obedecer Sus órdenes divinas.

Por el hecho de que Dios lo envíe a un lugar, no significa que deba quedarse allí para siempre.

1º Reyes 17:5-7. No trate de quedarse cuando su arroyo se seca. La mayor parte de los problemas en las iglesias vienen después de que al arroyo se ha secado y Dios quiere que siga adelante y usted se aferra a ese lugar.

Dios no siempre hace las cosas de la misma forma a través de la vida. No lo limite a que actúe siempre de la misma forma. Si su arroyo se seca y todo repentinamente va mal, examínese a sí mismo. Vaya delante de Dios y dígale: «Dios ¿terminé ya el trabajo que tenías aquí para mí? ¿Estás tratando de decirme algo?»

Dios no siempre hace las cosas de la misma forma a través de la vida. No lo limite a que actúe siempre de la misma forma. Si su arroyo se seca y todo repentinamente va mal, examínese a sí mismo. Vaya delante de Dios y dígale: «Dios ¿terminé ya el trabajo que tenías aquí para mí? ¿Estás tratando de decirme algo?»

1º Reyes 17:8-9. En medio de la gran calamidad que se vivía en aquel día, el hombre de Dios era responsable de permanecer en comunicación con Dios y continuamente hacer lo que Dios ordenó e ir adonde Dios lo mandó.

Quiero que ponga atención a dos cosas aquí. Primeramente, en ambos casos Dios le ordenó a alguien que cuidara de Elías. Ordenó a los cuervos y ordenó a una viuda. Era una viuda que se estaba muriendo de hambre, una viuda que no tenía nada; pero una viuda que podía prosperar y ser protegida si hacía lo que Dios le dijo.

Era una viuda que podía ver milagros. Dios muestra profundo interés en este hombre que nos representa a todos nosotros. Él dijo: «Yo he ORDENADO a los cuervos y yo he ORDENADO a una mujer viuda».

(CONTINÚA…)

Por Pastor John Osteen

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