Predicaciones – Los Pecados de la Iglesia Hispanoamericana 2

 

Continuemos.

Uno de los pecados de la Iglesia en América Latina es haber ido a los que controlan el poder para hacer con ellos una bella relación pública, pero sin tocar la llaga podrida de su pecado. Por eso muchas veces la iglesia se vio comprometida con dictadores y apoyó a hombres corruptos. Dios y la historia serán jueces de la Iglesia.

En cierta ocasión, un presidente de un país centroameri­cano me dijo: «Mottesi, es la primera vez que los evangélicos vienen a verme y no me piden algo». ¡Cuánto me avergonzó aquello!

Tampoco olvidaré el caso de Guatemala, también en América Central. Su presidente entonces, Jorge Serrano Elías, se declaraba un evangélico practicante. Una y otra vez siendo ya presidente le dije: «Jorge, cuídate mucho. Muchos jóvenes te están mirando y te quieren imitar». No podré olvidar, durante las visitas que le hice, la cantidad de pastores, sobre todo del campo, que venían a su casa para conseguir mate­riales para los techos o ladrillos para las paredes de sus edificios. Se estaba cometiendo el mismo pecado que con anterioridad se le señaló a la iglesia catolicoromana: abuso de poder y compadrazgo con las autoridades establecidas.

¡Cuánto corrompe el poder! Sea político, económico o religioso. ¿Es que nunca entenderemos que el servicio público es solo eso, servicio sin privilegio para nadie?

En medio del cuadro de deterioro que comenzó a presentar ese gobierno hubo casos extraordinarios como el del Dr. Jorge López, pastor de la Fraternidad Cristiana de Guatemala, quien con algunos ancianos de su congregación fue a hablarle al Presidente de la República para señalarle faltas que estaba cometiendo. ¡Eso es tener pantalones! ¡Eso es recuperar el espíritu del profeta de antaño!

 

En la Iglesia Están los Líderes del Mañana.

Iglesia, por favor, no enseñes solo el Pentateuco, los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas. Forma la mente y el carácter de jóvenes que mañana ocuparán los puestos clave de los gobiernos de América Latina. Forma presidentes, sena­dores, gobernadores, alcaldes. Allí en tus bancas hay más que almas camino al cielo. Allí están los que podrían marcar, determinar y guiar en el nombre de Cristo el futuro de nuestras naciones.

Si el cosmos de nuestros pastores está limitado por las paredes del edificio que usa la congregación o por las fronteras del ámbito religioso, no avanzaremos mucho. Necesitamos pastores y líderes con una cosmovisión mucho más amplia. Para caminar al futuro hay que abandonar la estrechez unidireccional de enviarlo y terminarlo todo en el cielo. Necesitamos pastores con una concepción bíblica de la polí­tica, la cultura y la totalidad de la vida humana. Pastores así formarán los líderes que guiarán a la nueva América Latina.

Cuando visité Panamá, casi no lo podía creer. El banquete gubernamental había sido extraordinario. Más de quinientos líderes de los diferentes niveles del gobierno nacional se dieron cita en el Hotel Marriott. Entre las personalidades había algunas muy famosas y otras, que por acontecimientos recientes, habían cobrado notoria popularidad.

Un ejemplo lo tenemos en la periodista, directora de una importante revista política, que públicamente y ante la prensa le dio a la alcaldesa de la ciudad de Panamá una tremenda bofetada. ¡De pronto se convirtió en el personaje más conoci­do del país durante esa semana! Me contaron cristianos sentados alrededor de la misma mesa que durante mi mensaje ella estaba bañada en lágrimas. ¡Una mujer muy elegante, muy arrogante, muy llena de alhajas, cubierto su rostro por las lágrimas! Una cristiana se le acercó y le preguntó: «¿Puedo hacer algo por usted?» A lo que ella respondió: «Necesito a Dios, ore por mí». Otros cristianos me contaron que simultá­neamente en otras mesas más invitados lloraban. Esa maña­na esa gente sintió un toque de Dios.

La sorpresa mayúscula vino cuando se me acercó para saludarme el Ministro de Educación de ese país. Estoy seguro que lo que me dijo no fue con mala intención. Fue una expresión ingenua, aunque tal vez en ese momento indebida: «No sabía», dijo él, «que los evangélicos podían dar un aporte cultural así a nuestro país». Lo que no supe en ese momento era si enojarme, o no contestarle, o solo aceptar una verdad. ¡Qué pobre había sido nuestra imagen delante de la sociedad!

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Poder de su Presencia”

Por Alberto Mottesi

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

  1. me gusta sus mensajes lo vengo escuchando desde hace muchos años,pero lo que mas me impacta es su autoridad, le e pedido mucho a Dios que me la de tambien a mi, e visto como a encarado a politicos de todo el mundo, bueno yo lo e hecho a qui en guatemala y me han preguntado porque habjo asi y les he contestado que soy hijo de Dios, tengo un llamado a revolucionar este pueblito de San Andres Quiche y luego queremos impactar q nivel internacional , usted y Dante me an motivado mucho no saben lo mucho q an impactado sigan q nosotros bamos de tras amen

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