Predicaciones Cristianas – Cristo Manifestando Su Poder Sobrenatural a Través del Creyente 2

 

Continuemos.

En Mateo 16:18, Jesús no le delegó la edificación de Su iglesia a nadie sino que lo hizo Él mismo, y la fundamentó en la revelación o cono­cimiento revelado de que Él es el Mesías, el Rey y Señor. Eklesía describe al cuerpo gubernamental del estado griego, con sede en Atenas, el cual estaba compuesto sólo por hombres ciudada­nos. La iglesia, para los cristianos, es la gente llamada del mun­do para ejercer gobierno y autoridad en la tierra, proclamando el evangelio de Jesucristo con señales y milagros. Hoy no hay suficientes indicaciones de que somos el cuerpo gubernamental de Dios en la tierra; ya que no ejercemos a cabalidad nuestra responsabilidad de administrar el gobierno de Dios. Éste es un concepto extraño para el pueblo de Dios.

Como iglesia, somos responsables de muchas cosas malas que suceden en el mundo porque no hemos tomado la autoridad que nos ha sido delega­da para decretarlas ilegales. Entonces, si queremos cambiar la nación tenemos que empezar cambiando la iglesia. ¿Estamos conscientes de nuestra responsabilidad? En la ciudad de Ate­nas se daba la ley para la ciudad y una vez establecida no se podía cambiar. La eklesía no podía cambiar las leyes, pero sí podía hacer decretos. Jesucristo hizo las leyes y no pueden ser cambiadas, pero sí podemos hacer decretos (Mateo 16:19)

Tenemos que hablar nuevos decretos para hacer cumplir las leyes del reino en la tierra. Jesús lleva a cabo sus propósitos eternos a través de la iglesia, sin importar cuánto nos tarde­mos. De hecho, nos ha tomado veinte siglos llevar el evangelio a las naciones y aún nos falta para que llegue hasta lo último de la tierra. Tenemos que inundar las naciones con milagros, maravillas y prodigios. Jesús no va a hacer el trabajo que nos corresponde completar. Muchos de los creyentes de este tiempo carecen de autoridad, porque no caminan bajo autoridad. Hay gente rebelde que debe aprender a someterse a la cabeza que es Cristo. Todo aquello que no está bajo la Cabeza no es cuerpo, o iglesia.

 

¿Cuáles son los propósitos de la iglesia de Jesucristo?

1. La Proclamación del Evangelio del Reino en Todo el Mundo.

Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin (Mateo 24:14).

Los creyentes somos, sal de la tierra, luz del mundo (Mateo 5:13-14), reyes y sacerdotes, embajadores, pescadores de hombres, atalayas, testigos, representantes de Cristo y pacifica­dores. Tenemos una misión y un manda­to: predicar el evangelio a toda criatura con milagros, señales, maravillas y demostraciones del poder de Dios, que confirman que somos la extensión de Jesucristo en la tierra. Dios está le­vantando personas para cumplir este mandato.

 

2. Hacer Discípulos a Todas las Naciones.

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones (Mateo 28:19).

En nuestra iglesia tenemos miles de discípulos, dentro de los Estados Unidos y en otros 25 países más. Cada uno de ellos está siendo entrenado, enseñado y equipado para sanar a los enfermos, predicar el evangelio del reino, llevar los milagros, señales y maravillas a diferentes vecindarios, territorios y ciu­dades del mundo.

 

3. Manifestar la Vida del Reino.

Para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal (2 Corintios 4:11).

Ésta es la vida de resurrección que Jesús ha puesto a dis­ponibilidad del creyente por la fe. La vida de Jesús se manifies­ta en nuestro cuerpo mortal; es lo que yo llamo salud y sanidad divinas. Si la tenemos, también nosotros podemos ministrar esa vida de resurrección para sanar y liberar a otros. Muchos no son capaces de manifestar la vida eterna o la vida de resu­rrección de Jesús porque no han muerto a su propia vida. Para manifestar esa vida hay una condición y es morir a la vida del ego o vida almática (Juan 12:24)

Jesús está a punto de ir a la cruz y les da a los discípulos un principio de reino que los llevará a tener éxito y manifestar la vida de Dios. Ése principio es: Si usted toma una semilla y la siembra, morirá, pero al morir, reproducirá cien veces más su esencia. La planta que nacerá será igual a la semilla de la que procede, porque lleva su ADN. Hasta aquel momento Jesús no había podido reproducir Su vida en los discípulos; por eso va a la cruz, no sólo a morir por sus pecados y redimir al mundo.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Cómo Caminar en el Poder Sobrenatural de Dios”

Por Guillermo Maldonado

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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