Dios no necesita el tiempo; Él habita en el ahora. No necesita el día ni la noche para obrar, porque en el ámbito sobrenatural el pasado y el futuro se juntan en el presente. Desde el punto de vista de Dios su futuro puede invadir su presente. Una de las razones por las que no vemos manifestaciones sobrenaturales en la iglesia, como milagros, señales y maravillas, es que todo esto toma lugar en el ahora y nosotros vivimos esperando que esas cosas sucedan en el futuro. Hay un gran número de hombres y mujeres de Dios que siempre hablan en futuro; dicen que Dios traerá un avivamiento, que hará grandes milagros, que nos visitará con Su gloria; usan un lenguaje que constantemente es en el futuro, no en el ahora. ¡La fe es ahora!
Podemos creer que Dios está trayendo un avivamiento ¡ahora!, que Dios está haciendo milagros ¡ahora!, que la cosecha más grande de almas que jamás hayamos visto en la historia de la iglesia es para recogerla ¡ahora! La fe comprime el tiempo; por tanto, aquello que normalmente tomaría un año, lo hace en un día. Todo es de acuerdo con nuestra fe.
La fe es el radar de Dios en el creyente para determinar la distancia y tiempo entre lo natural y lo sobrenatural, lo visible y lo invisible.
Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz (Job 22:28)
Un día estaba orando en mi casa, antes de ir al servicio de nuestra iglesia, cuando el Espíritu Santo me dio lo siguiente: «Si Mi pueblo cree Mi palabra, no habrá espíritu de enfermedad que le haga frente». Así lo creí y así lo enseñé en el servicio y muchos milagros ocurrieron.
Éste es un testimonio que ilustra fielmente lo que estoy explicando: Cierto día me pidieron que orara por un bebé que había nacido con el sistema pulmonar colapsado, tenía hemorragia cerebral, además sufría de retinopatía, con riesgo de ceguera permanente. Todas esas dolencias se habían originado por la cantidad de oxígeno que le habían suministrado al momento de nacer. En el hospital ya le habían hecho cinco transfusiones de sangre. Según los médicos debía permanecer ingresado por tiempo indefinido hasta que se recuperara. Así que oré por el niño declarando que lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Una semana después, los médicos no tenían otra alternativa más que darle de alta al bebé, ya que estaba completamente curado y todos sus sistemas funcionando perfectamente normal, como si nada hubiese sucedido. En este caso, la ciencia misma tuvo que dar testimonio de la sanidad del niño, puesto que ellos tenían los resultados de antes y después. ¿Qué pasó allí? La madre activó su fe y comprimió el tiempo; superó todas las leyes naturales y activó sobre su hijo el poder sobrenatural de Dios.
La fe no es en el futuro, porque la fe no va a ser; la fe es ahora.
La mayor parte de creyentes conocen de dónde vinieron. Algunos saben adónde van. Sin embargo, muy pocos creen lo que son ahora. Muchos no están conscientes de lo que Dios está haciendo y diciendo ahora. Cuando nos salimos de la fe para vivir según lo que vemos, el enemigo nos lleva a enfocarnos en los problemas, enfermedades y dificultades; pero recordemos que todo eso es temporal; por fe sabemos que todo está pasando y muriendo cada segundo. La enfermedad está pasando, la pobreza está pasando, la opresión en tu mente y la depresión están pasando. Por fe tenemos que creer que Dios está interviniendo ahora.
Extracto del libro “Cómo Caminar en el Poder Sobrenatural de Dios”
Por Guillermo Maldonado
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