Predicaciones Cristianas – Victoria Sobre Una Mala Disposición 3

 

Continuemos. 

El adversario no hará que usted se vuelva en contra de la iglesia; hará que se vuelva hacia usted mismo en la iglesia. No le alejará de su ministerio; hará que se desilusione con su ministerio.

Y cuando el enfoque esté puesto en usted, entonces hará lo mismo que hizo Marta: Se preocupará. Se volverá ansioso por muchas cosas. Se preocupará pensando que:

Sus colaboradores no lo apreciarán.

Sus líderes lo harán trabajar demasiado.

Su superintendente no lo comprenderá.

Su congregación no lo apoyará.

Con el paso del tiempo su agenda se vuelve más importante que la de Dios. Se preocupa más por presentar su yo que de agradar a Dios. Y hasta es posible que se descubra dudando del discernimiento de Dios.

«Señor, ¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude» (v. 40).

¡Con toda seguridad que Marta debe haber sentido remordimiento por haber dicho eso! Seguramente que luego de haberse calmado habría dado cualquier cosa por hacer desaparecer esas palabras. Me imagino que hubiera deseado haber hecho caso al consejo de Salomón: «El rebelde grita airado; el sabio domina y serena su ánimo» [en inglés dice enfría su ánimo] (Proverbios 29.11, La Biblia al día).

Aquí hay un principio. Para evitar que una actitud se vuelva agria trátela de la misma manera que trataría a la leche. Enfríela.

La vida de Marta estaba llena de cosas. Le hacía falta un descanso. «Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas», le explicó el Maestro. «Sólo una cosa es necesaria; y María [la] ha escogido» (v. 41–42).

¿Qué había escogido María? Había escogido sentarse a los pies de Cristo. A Dios le agrada más la atención silenciosa de un siervo sincero que el servicio estrepitoso de un siervo agrio.

Dicho sea de paso esta historia pudiera haber sido fácilmente invertida. María podría haber sido la que se enojaba. La hermana en el piso hubiera podido haber sentido resentimiento por la hermana que se encontraba frente al fregadero. María pudiera haber agarrado a Jesús, llevarlo hasta la cocina y decirle: «Dile a Marta que deje de ser tan productiva y se dedique a la reflexión. ¿Por qué en casa debo ser yo la que se encargue de toda la reflexión y la oración?»

Lo que importa más que el tipo de servicio es el corazón detrás de ese servicio. Una mala disposición arruina el regalo que dejamos sobre el altar para Dios.

¿Habrá escuchado tal vez el chiste acerca del hombre que oraba con mala disposición?

«¿Por qué», preguntaba él, «ha sido bendecido mi hermano con riquezas mientras que yo no tengo nada? Durante toda mi vida no ha pasado un solo día sin que haga mis oraciones de la mañana y de la noche. He tenido una asistencia perfecta a mi iglesia. Siempre he amado a mi prójimo y he dado de mi dinero. Sin embargo ahora, al llegar al final de mis días, casi no puedo pagar el alquiler.

»Por otro lado, mi hermano bebe, apuesta y juega siempre. Sin embargo tiene más dinero del que pueda contar. No te pido que lo castigues, pero dime, ¿por qué a él se le ha dado tanto y a mí nada?»

Dios respondió: «Porque eres un engreído muy molesto».

Cuide su actitud.

Dios lo ha bendecido con talentos. Ha hecho lo mismo con su prójimo. Si se preocupa por los talentos de su prójimo descuidará los suyos. Pero si se preocupara por los suyos, pudiera ser de inspiración para ambos.

Extracto del libro “Todavía Remueve Piedras”

Por Max Lucado

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

4 Comentarios

  1. Gracias por esta meditación sobre la actitud de Marta y la de María, es una magnífica exposición de la porción y muy bello su mensaje. la presentación se ha hecho de una manera exquisita y fácil de comprender.
    Creo que a muchos de nosotros quienes queremos servir al Señor nos pasa lo mismo, nos preocupamos tanto de cómo presentar el mensaje que esperamos alguna palabra de aprobación por ello y si nadie nos dice nada sentimos frustración.
    Gracias por esta lección, espero recordar ser humilde en el servicio al Señor y que es Él quien debe ser exaltado y no yo.

    • Hola Ovidio. ¡¡Bienvenido!! Es muy cierto lo que compartis y muy importante tener siempre presente a quién servimos en primer lugar.

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