teniendo-conversaciones-exitosasPredicaciones – Teniendo Conversaciones Exitosas 1

 

Pasaje clave: Lucas 19:1-9.

 

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos conversamos con todos los que nos rodean: esposo, esposa, hijos, padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, en el colectivo, en la universidad, en la escuela, con los desconocidos…, todo el día estamos hablando.

La Biblia nos enseña fuertemente el poder de las palabras y, especialmente, que debemos cuidar lo que hablamos, porque en la boca está el poder de la vida y de la muerte, de la bendición y la maldición.

Jesús era un gran conversador, de hecho, la mayoría de los evangelios son historias donde Jesús habla con alguien.

Muchos de nosotros hemos perdido algunas cosas por no saber conversar, y podremos recuperar lo perdido si sabemos conversar, porque nuestro mundo funciona por el hablar y por las palabras. Las palabras, muchas veces, nos hacen tomar malas decisiones, y también, son las que nos hacen recuperar lo importante. Por eso debemos ser buenos conversadores.

Los errores básicos que cometemos y nos impiden ser buenos conversadores:

1. Decir con mal tono.

Podemos decir lo correcto pero con el tono incorrecto. La gente no oye lo que le decimos sino cómo se lo decimos. Por eso, para ser un buen conversador, necesitamos aprender que es importante lo que decimos pero más importante es cómo lo decimos.

 

2. Decir en el momento incorrecto.

Muchas veces, hablamos lo correcto pero en el tiempo incorrecto, y nos equivocamos porque buscamos el momento equivocado: cuando estamos enojados, cuando es tarde, cuando estamos cansados, cuando no hay tiempo material, o por teléfono (lo importante no debe hablarse por teléfono porque, muchas veces, es peor).

 

3. Decir sin haber oído al otro.

Pensamos que el otro nos dijo algo y reaccionamos, cuando en realidad se expresó mal o lo interpretamos mal. La mayoría de los conflictos son porque nos apresuramos al interpretar y no oímos al otro, no tomamos el tiempo necesario para chequear la manera de cómo el otro se expresó o si nosotros escuchamos bien.

 

4. Por usar las palabras incorrectas.

Cuanto más importante es la conversación, la persona o situación que está en juego, más tiempo debemos invertir en preparar las palabras que vamos a decir. (Cuando vamos a la televisión, nos preparamos para hablar, porque sabemos que lo que ahí soltamos no tiene posibilidades de volverse atrás). Si alguien te concede una entrevista y vos le decís: “Bue… ¡por fin! Usted es más difícil que el presidente”, con ese comentario, ya cancelaste una buena conversación; si comenzaste con una crítica (“parece que acá tienen coronita”) ya cancelaste la buena conversación; si al encontrarte con alguien para hablar decís: “Qué difícil fue llegar hasta acá, no sé cómo este país no se prende fuego”, ya se canceló la buena conversación.

 

5. Por querer ganar las conversaciones.

Hay gente que solamente habla para ganar una discusión: mandan, presionan, insisten, porque sólo quieren ganar. Nunca reacciones mal por temas religiosos o de fe porque, así como la verdad que llevas en tu corazón es una convicción te dio el Espíritu Santo, así el Espíritu se la tiene que revelar a los otros. Jesús nunca discutió por fe, porque lo importante no es ganar una discusión sino a la gente para Dios.

Cuando te acercás a hablar, qué percibe la gente de tu parte: un policía moral; una maestra ciruela; un negativo quejoso; un “yo”… “yo”… y “yo”; un mete culpas; un trasmisor de respuestas prefabricadas; un presionador religioso… Nietzche decía: “sería más fácil creer en Cristo si no fuera por los cristianos”.

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas

Lee Teniendo Conversaciones Exitosas 2

Lee Teniendo Conversaciones Exitosas 3

Lee Teniendo Conversaciones Exitosas 4

Lee Teniendo Conversaciones Exitosas 5

Artículo anteriorSermones – TENIENDO CONVERSACIONES EXITOSAS 2
Artículo siguienteFamilias – MI FAMILIA ESTÁ DESTRUIDA 3
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre