Predicaciones Cristianas – Una Sola Cosa 6

 

Continuemos.

Juan Cordeiro es un pastor de Hawai. Hace unos años hizo un viaje de enseñanza a China. Se reunían veinte líderes del movimiento de iglesias hogareñas con el objeto de capacitarse. Se me había indicado que debía comenzar a la mañana y enseñar hasta las seis de la tarde, seguí ese régimen durante los tres días. Había viajado trece horas en tren. La mayoría eran granjeros, muy humildes, sentían hambre de oír a Dios, lo que tenía para decirles a través de la Biblia, su avidez, hizo que diera lo mejor de mí, dijo el pastor.

Se empapaban en cada palabra, como si nunca más fueran a tener la oportunidad de reunirse así de nuevo, lo cual era bastante probable. Cuando elevaron sus manos en adoración, vi que por lo menos uno, tenía cicatrices de su tiempo en prisión. Les pedí que me dijeran algo de sí mismos, uno dijo con gozo, que acababa de salir de la cárcel por quinta vez, en total había pasado quince años en prisión. ¿Cuál fue su delito? le pregunté, nuestra fe. ¿Cuántos más han pasado prisión a causa de su fe? De los veinte presentes, dieciocho levantaron la mano.

Si las autoridades del gobierno descubrieran esta reunión ¿qué pasaría? a cada uno se le sentenciaría a tres años de prisión y se nos deportaría dentro de las veinticuatro horas ¿No tienen miedo? les pregunté: No, no tenemos miedo. Los elogié por su fe y me pregunté si no eran ellos los que me estaban enseñando a mí. En total ¿a cuántas personas supervisan en las iglesias hogareñas acá en China? Después de calcular unos momentos hubo un hombre que respondió: Veintidós millones. ¡No podía creer!, tartamudee, hice una pausa para recuperar el aliento, y empezar a enseñar.

Teníamos dieciséis Biblias y tenían que compartirlas, como íbamos a leer en voz alta, una anciana le acercó la Biblia a otro líder, sabía el capítulo entero de memoria. Le pregunté cómo había podido memorizar una porción tan larga de Primera de Pedro: He memorizado muchas más, respondió por medio de uno de nuestros intérpretes, pero ¿cómo lo han podido hacer si tienen tan pocas Biblias? En la prisión, respondió la mujer, pero si en la prisión tenían la Biblia ¿no se la hubieran quitado? Si, por eso la gente me traía los pasajes de las Escrituras copiados en hojas de papel, los memorizaba tan rápido como podía, pueden quitarme el papel, pero no podrán quitarme lo que yo tengo escondido en mi corazón.

Al cabo de dos días me había enamorado de esta parte de la familia de Dios; vi que podía hacer muy poco para ayudarlos a llegar con la Palabra de Dios en China y en nuestra última sesión les pregunté: ¿Qué puedo pedir en oración por ustedes? Que seamos como usted, respondieron de inmediato, no tenemos libertad de culto aquí, sólo hay unas pocas iglesias registradas, y cuando están  llenas ya no dejan entrar a más nadie, pero en su país pueden reunirse cuando quieran, ore para que un día lleguemos a ser como ustedes.

No puedo hacer eso dijo el pastor Cordeiro, ¡no puedo orar por ustedes pidiendo eso! ¿Por qué? preguntaron incrédulos, suspiré y dije: He viajado trece horas en tren para llegar hasta aquí, en Norteamérica si la iglesia está a más de treinta minutos de distancia, la gente ni siquiera va, es demasiado lejos; han estado sentados aquí, sobre el piso de madera, sin aire acondicionado durante tres días, de donde yo vengo, si la gente no puede sentarse en sillas acolchadas, y tener comodidad del aire acondicionado, encuentran algo mejor para hacer; ustedes no tienen suficientes Biblias por lo que memorizan las escrituras copiadas en hojas de papel; en los hogares cristianos de Norteamérica, la gente tiene muchas Biblias por familia, pero no siempre las leen. No puedo orar para que ustedes puedan parecerse a nosotros, pero voy a orar pidiendo que nosotros podamos llegar a ser como ustedes.

Y hoy tenemos que orar para ser como este puñado de gente en China. Gracias Jesús te amamos. Señor, gracias por la libertad que tenemos, y esta noche pedimos perdón por nuestras comodidades tontas; pedimos perdón Señor por nuestra chatura, por creernos tan buenos y tan santos, por creer que estamos bien hasta que vemos que podríamos estar todavía mejor.

Queremos ser como esta gente Señor, dispuestos a todo, y aprovechar esta libertad que tenemos, y tantas comodidades y bendiciones, queremos ser como David esta noche, que levantó el altar de comunión cuando la plaga se soltó y en ese lugar, su descendencia levantó otro altar para que muchos conozcan al Dios verdadero. Enamóranos esta noche Señor, rompe toda comodidad y métenos en altos niveles de compromiso. Sólo una cosa, estar más con Dios

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

  1. lei todo y en realidad Dios hoy en dia nos pide massssssssssssssss de nosotros, y Dios nos dice anhelen masssssssssssss por que yo les dare tambien masssssss, demos gracias al señor por todo, anhelemos mas de Dios, el nos esta pidiendo mas en estos dias. llevo dos meses que regrese al señor despues de 14 años y todos los dias tengo a Dios en mi mente, solo se que la recompensa por pensar en el Padre es la vida, demos gracias al señor que nos da la libertad de decidir en nuestra vidas pero demos gracias tambien de darnos sabiduria para no volver a caer mas en la vida hooo Dios eres realmente maravilloso gracias por todo.

    • Hola Lucas. ¡¡Bienvenido!! Es verdad, él nos pide más, más de su presencia, más de él mismo. Gracias a vos!!!!

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