7) Acompañe de modo sostenido en el tiempo.

Una de las pautas básicas para mantener el proceso hacia la santificación en continuo avance es que usted pregunte en forma periódica acerca de la vida íntima de esa persona. Esto constituye una presión positiva extra para que pueda resistir. Las tentaciones van a venir, eso es casi seguro. Pero saber que usted lo mirará a los ojos y lo interrogará, le dará una fuerza de voluntad mayor para seguir en pie. Nuestra experiencia nos dice que oídos dispuestos a escuchar y un corazón amigo pueden lograr mucho más de lo que suponemos. Aguarde con fe y esperanza la nueva vida de obediencia.

8) Oriente con sabiduría.

Un antiguo adagio latino dice: “principiis obsta” que significa “resiste al comienzo”. La morosidad hace que la tentación vaya cobrando fuerza en nuestro interior, debilitándonos espiritualmente hasta hacernos ceder. Gran parte de nuestras caídas se deben a que no nos oponemos con un “no” rotundo al atractivo de la tentación, manteniendo una secreta complicidad con el pecado que no nos decidimos a abandonar. Guillermo Hendriksen dice: “perder tiempo es mortal. Las medidas tomadas a medias causan estragos”.7

Recomiende a la persona que se aleje de circunstancias “tentadoras”. Frecuentar, aunque sea excepcionalmente y de manera esporádica, los parques, baños, bares, playas u otros lugares donde se reúnen, es prepararse para fracasar. La Biblia dice: “las malas compañías corrompen las buenas costumbres”, 1ª Corintios 15:33. Para evitar la tentación, se requiere una ruptura absoluta con la vida de antaño.

Una chica que decidió vivir en abstinencia y abandonar la práctica de la homosexualidad explica cómo lo hizo: “hablaba con mis amigas en el jardín, y a plena luz del día, en lugar de hacerlo a medianoche en el dormitorio”. Un joven que logró vencer su inclinación homosexual lo expresó así: “resistí ayer y puedo resistir hoy. Y no me permito pensar en lo que puede suceder mañana”. “Huye de las pasiones juveniles”, 2ª Timoteo 2:22 es un consejo sabio, aplicable a tentaciones tanto heterosexuales como homosexuales.

9) Fomente hábitos saludables.

Expresar empatía hará posible que esa persona hable de sus experiencias y de sus temores. Promueva tiempos de oración y lectura bíblica. Planifique una serie de reflexiones de la Palabra de Dios que sean atinadas a esta problemática. Recuerde, su fin último es que esa persona se transforme en un discípulo de Jesús. Para ello debe trabajar hasta que incorpore hábitos saludables de vida. En otras palabras, mientras reeduca su vida sexual, crece espiritual y personalmente. Encontrar un lugar para ser contenido es de suma importancia. Las personas que están tratando de salir de la homosexualidad necesitan amigos cristianos en quienes apoyarse. La iglesia es el lugar más recomendado. Una célula o grupo pequeño le ayudará a desarrollar nuevas amistades y lo mantendrá enfocado en actividades productivas.

10) Otórguele esperanza.

¡Lo que es imposible de lograr para los hombres, es posible para Dios!

Nada es mágico, pero todo es posible. Si está luchando no se rinda, prosiga un pasito más. Dios sigue de su lado. No importa lo grande de su problema, Dios es más grande que él.

Extracto del libro Sexualidad Sana, Liderazgo Sólido

Por José Luis y Silvia Cinalli

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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