Educación Sexual – El Aparato Reproductor Masculino 3

 

Continuemos.

B. Espermatozoides.

Son células reproductoras que pueden ser masculinas (esper­matozoides), o femeninas (óvulos).

Los espermatozoides suben desde los testículos por los tubos lla­mados conductos seminíferos y se almacenan allí hasta el momento del orgasmo (el tejido situado entre los tubos seminíferos segregan la tetosterona). Cerca de allí se encuentran las vesículas seminales y la próstata, que segregan unos fluidos, además de las secreciones del epidídimo y glándulas de Cowper que, con los espermatozoides, forman el semen.

El espermatozoide mide 5 centésimas de milímetro (85.000 veces menor que el óvulo). Hay de 40 a 80 millones de espermatozoides por centímetro cúbico de semen, o sea de 200 a 600 millones en una eyaculación.

Cada eyaculación contiene 4 ml de semen (una cucharada de té) y su valor calórico es de 36 calorías (equivale a un terrón de azúcar), por lo tanto no «debilita» a ningún hombre, ni a los deportistas.

Se pueden diferenciar 3 partes del espermatozoide:

  • La cabeza que contiene el núcleo (allí se encuentran todos los caracteres hereditarios que el padre aporta).
  • El cuerpo.
  • La cola, la cual utiliza para nadar facilitando la unión del esper­matozoide con el óvulo, el cual al ser liberado nada 1 a 3 mm por minuto (equivale a lo que nadaría un hombre 100 m. por minuto).

El espermatozoide huye de la acidez y del calor por eso nada y se desplaza de la vagina con rapidez. No todos los espermatozoides son así, muchos son defectuosos con dos colas, dos cabezas etc. Sólo los mejores llegarán al óvulo.

Los espermatozoides son formados desde la pubertad hasta la muerte.

 

C. Semen.

El líquido seminal está compuesto por los espermatozoides y secreciones del epidídimo, vesículas seminales, próstata y glándulas de Cowper. El componente principal de estas son un líquido seminal y un azúcar simple que proporciona nutrición al semen. En ciertas ocasiones el líquido es espeso y gelatinoso y en otras es claro y acuoso.

La eyaculación se produce en 3 o 4 golpes de 0,7 seg.

 

D. Espermatogénesis.

El sexo es heredado, y son los cromosomas los que fijan nuestro sexo. Si es XX es hembra y si es XY, varón. Todas las células tienen un conjunto de cromosomas XX (las mujeres) y XY (los varones).

El proceso, dijimos, comienza en la pubertad mediante un desarrollo de división. Cada espermatogonia se divide y provoca dos células hijas con 46 cromosomas cada una. Una de ellas se transforma por división, en dos espermatocitos secundarios con 23 cromosomas cada una; 22 de estos cromosomas son autosomas (o cromosomas no sexuales) y uno es un cromosoma «X» o «Y» (que son los cromosomas sexuales) y que unido al cromosoma «X» que contiene el óvulo produce embriones va­rones o mujeres.

El espermatozoide «Y» es diferente al «X»; el primero tiene la cabeza más grande, la cola más larga y el «X» tiene la cabeza más ovalada. Se producen cantidades iguales de espermatozoides «X» e «Y».

 

E. Las Hormonas.

La glándula hipófisis es la encargada de producir varias hormonas (hormona es una palabra griega que significa estímulo o «yo llevo»).

Las hormonas son sustancias químicas que se forman en determi­nados órganos (glándulas) y pasan al aparato circulatorio disueltas en la sangre para actuar sobre diversos tejidos.

Las hormonas importantes son FSH (hormona estimulante del folículo que estimula la espermatogénesis), LH (hormona luteinizante que estimula la producción de testosterona por el testículo) y la prolactina (que estimula en la mujer la secreción de leche después del parto).

Las hormonas producidas por el testículo son dos: la androsterona y la testosterona.

La hipófisis segrega estímulos para el funcionamiento del páncreas, tiroides, suprarrenales, testículos en el hombre y ovarios en la mujer. Pero tengamos en cuenta que el verdadero control sexual es producido por el cerebro; éste activa o frena los estímulos sexuales, multiplica el goce, puede crear conflictos sexuales, etc.

El hombre mira el pene y cree que lo puede manejar como maneja sus brazos, piernas, pero esto es falso, ya que depende del sistema nervioso neurovegetativo. Es en la pubertad cuando el hipotálamo pone en funcionamiento la mayor producción de hormonas masculinas.

En el adulto la testosterona es producida, en el 95%, por los testí­culos, y el 5 % por las suprarrenales. La FSH hace crecer los testículos. La testosterona es la responsable de la aparición de las características sexuales secundarias y del deseo sexual (el exceso de ésta no aumenta el deseo sexual y es difícil que existan complicaciones hormonales en el hombre y que requieran el uso de hormonas para corregirlos).

Extracto del libro “Sexualidad y Erotismo en la Pareja”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

    • Hola Sebastian. ¡¡Bienvenido!! Mira, la palabra masturbación nunca aparece en la Biblia. Algunos cristianos creen que la masturbación no está bien bajo ningún punto de vista por varias razones. Primero, porque generalmente tiene que ver con visualizar a alguien del sexo opuesto con el que uno no está casado. Segundo, porque es una forma de estimulación sexual, y por lo tanto se debe guardar para el matrimonio. Otros cristianos piensan que es perfectamente normal y correcto porque tanto los adolescentes como los adultos la pueden usar para liberar sus presiones sexuales. Y aun otro grupo se ubica en un lugar intermedio entre ambas posturas y sostiene que está bien hacerlo a veces, pero que fácilmente se vuelve adictivo y controla nuestra voluntad, entonces solo debe hacerse en algunas ocasiones.
      El problema frecuente es que una vez que se empieza a masturbarse, es muy dificil parar o dejar de hacerlo, y toda situación de cierta tensión te lleva a querer masturbarte como una forma de escapismo. La pregunta de fondo, no es «si es o no pecado», la pregunta de fondo es «¿Para qué lo hago?» O sea, ¿qué necesidades (y no me refiero solo a las físicas) trato de satisfacer o enfrentar mediante la masturbación?

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