¿Una nueva manera de enamorarse? ¿Acaso la posibilidad de sentirse vivo y de que la pasión de la juventud surja nuevamente dando la falsa impresión de que los años no han pasado? ¿Una apuesta para evitar sentir que la vida se nos escurre sin emociones? ¿Será que tememos vernos viejos y acabados, sin ser deseados y esperados? ¿Es que no nos damos cuenta de que es imposible enamorarse de alguien a quien no se conoce? En todo caso, nos enamoramos más de nuestros propios ideales que de la otra persona, a la cual no conocemos. ¿Nadie imagina que esa ingenua relación puede desatar una catástrofe?

He aquí algunos peligros de las relaciones en el Chat:

Principia como un inocente juego. Un pasatiempo. Una distracción. Calma las ansiedades del día. Proporciona otra mirada a los problemas. Es un contacto tan fugaz y etéreo como el espacio mismo, pero tan real como el almuerzo diario. ¡Cuidado!, puede convertirse en una trampa mortal. Evite las confidencias. No comparta su vida privada. No alimente ilusiones que pueden llevarlo a decisiones peligrosas porque, aunque desconecte la computadora, sus emociones seguirán enchufadas.

No es patrimonio de jóvenes. Creer que navegan los solos y solas que buscan amistad y compañía es incorrecto. El Chat no conoce límites de edad y permite vivir sin timidez fantasías que no serían factibles de otro modo. Podemos ser quien queramos y encontrar en el otro lo que deseamos. El Chat a veces roba tiempo al trabajo o a las actividades diarias, pero, lo que es peor, lo quita a la familia y al tiempo compartido con personas cercanas. Antes era sólo el televisor, ahora la competencia se ha diversificado, y los medios de comunicación nos han dejado mudos en nuestros propios hogares. ¿Está mal chatear? No, en absoluto. Pero cuando se interpone con prioridades de nuestra vida, entonces sí. También está mal cuando, chateando, distorsionamos la verdad a fin de satisfacer nuestro ego o conseguir cierta respuesta del otro lado.

Generalmente termina mal. Cuando la relación surge entre personas casadas, habitualmente termina en rupturas matrimoniales, traiciones familiares, deudas para pagar viajes de reconocimiento o cuentas telefónicas siderales. Es que nadie supuso que esas pequeñas conversaciones los llevarían a una vida miserable y triste, con cónyuges heridos y familias destruidas.

Construir una relación en el Chat es como mirar la belleza del mar al borde de un barranco; tiene emoción, pero su riesgo es letal y, aunque no implique un contacto físico, puede convertirse en un adulterio de las emociones. Recuerde, la infidelidad no es sólo con quién se acuesta, sino a quién le miente.

  1. La mujer tiene menos tentaciones sexuales que el hombre. Falso.

Suele creerse que el hombre es mucho más propenso a las aventuras sexuales que la mujer, pero en toda relación ilícita, ¿no existe una dama implicada? En realidad, la mujer lucha con las tentaciones sexuales tanto como el hombre.

La mayoría de las infidelidades que involucran a mujeres comprometidas comienzan “inocentemente”: una relación de amistad en el trabajo, en el vecindario, en el grupo de parejas amigas, que crece en proximidad y conexión emocional. Un hombre atento y servicial y una mujer necesitada de valoración son la mezcla perfecta para una relación en el ámbito extramarital.

La raíz del problema está en el propio matrimonio. Incontables parejas han dejado que la familiaridad destruya la novedad y la cortesía. La excesiva familiaridad provoca desprecio e irremisiblemente acarrea insatisfacción, desinterés e indiferencia. Se tiende a respetar más al jefe, al vecino, al amigo que al propio cónyuge. El trato interpersonal en la pareja, a menudo, es peyorativo y bastardeado con palabras que jamás deberían mencionarse. Así resultan totalmente entendibles, aunque de ningún modo justificables, los enredos amorosos en busca de significación, amor, pasión, dulzura; alguna de ellas o todas juntas.

A modo general se dice que los hombres dan amor para obtener relación sexual, pero las mujeres dan relación sexual para obtener amor.

Para que una mujer sea menos propensa a tener aventuras sexuales fuera del matrimonio, requiere tener satisfechas sus necesidades emocionales; sentir que su esposo la ama, la valora, la aprecia y la necesita. “La conexión emocional es el primer indicio de una aventura sexual. Una vez que la mujer ha comprometido su corazón, en general, lo que sigue es su cuerpo”.

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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