1. Lo sexual afecta sólo al cuerpo y no al espíritu. Falso.

Mientras regresábamos a casa, en el automóvil, escuchamos un programa de entretenimiento radial que se emitía desde la ciudad de Mar del Plata. Entrevistaban a tres mujeres de distintas edades que, como amigas, compartían las vacaciones juntas. Respondían con gracia y cierta picardía. Muy lúcidas y divertidas. Para cerrar ese segmento del programa, el conductor les pidió que cualquiera de ellas dijera una frase memorable. Rápidamente una contestó: “la risa limpia el alma”. “¡Qué buena frase!”, replicó el conductor. “Sí”, agregó otra, “ésa es nuestra frase favorita”. Y entre risas se escuchó: “como somos muy pecadoras necesitamos muchas risas para limpiar el alma”.

Nos quedamos pensando. Presentaron el pecado como algo divertido y la risa como remedio. De inmediato recordamos un segmento del libro de Mario Benedetti, “La borra del café”, novela que se recomienda como lectura en los colegios secundarios y en el Polimodal.6 Relata el debut sexual de Claudio, un adolescente de 16 años que es ‘iniciado’ por Natalia, de 25. Ella estaba en pareja con Quique, pero como ‘acto de solidaridad’, decidió iniciarlo para que se desarrollara la hombría del chico. Como broche de oro, cataloga lo sucedido como un acto de la voluntad de Dios. Trascribimos un fragmento: “Dios nos dejó solitos. A Dios también le gusta que pequemos, siempre que lo hagamos con alegría. Así nos puede perdonar alegremente. Además hay pecados horribles y pecados lindísimos. El nuestro fue lindísimo, ¿no te parece?”.

Reflexionamos durante todo el viaje de regreso. El pecado como algo divertido; la alegría como remedio. ¿Habrá algo más contradictorio? La Biblia dice que la paga del pecado es la muerte, pero no es así como lo presentan los distintos medios de comunicación.

¿Cuál es la verdad? Quizás usted tenga una opinión formada; pero, ¿y sus hijos?

De inmediato vinieron a nuestras mentes todos los lugares en los que tuvimos el privilegio de ministrar y de la cantidad de personas que creyeron esta mentira y dieron rienda suelta al momento, al sentimiento, a la pasión. Luego, cuando retorna la calma, sólo quedan las culpas, los pensamientos de impureza, la vergüenza secreta, las emociones contradictorias.

Detrás de toda realidad física siempre existe otra espiritual. Después de aconsejar a miles de personas, estamos en condiciones de decirle que hemos visto que no hay área que produzca tal grado de ligadura en las emociones y en los recuerdos como la sexual. El goce o el displacer son sensaciones tan fuertes que impregnan toda la existencia.

No podemos descuidarnos. Toda crisis en los pueblos comienza con un conflicto moral. Que éste no sea el caso del pueblo de Dios. Aunque en cada época de la historia ha habido ataques contra la integridad de la iglesia y de la familia, nunca antes se ha difundido tan fuertemente la mentira del pecado como algo divertido y la risa como remedio. ¿Será casual?

  1. De un fracaso sentimental, uno nunca se recupera totalmente. Falso.

En la recepción de un hotel, una mucama se detuvo y me preguntó: “¿Es usted el pastor Cinalli?”. “Sí”, contesté. “Necesito que ore por mi familia. Vivo sola con mis hijos. Mi marido nos abandonó cuando yo estaba embarazada de nuestro tercer bebé. He luchado sola para criarlos. Ayer me enteré de que mi hija de 19 años está embarazada y su novio la abandonó. Estoy tan triste. He revivido mi historia en la vida de mi hija. Ya no tengo fuerzas para seguir. Por favor, ore por mí”.

En una conherencia radial, en los Estados Unidos, llamó al aire una mujer al borde de la desesperación. Había recibido la descorazonadora noticia de que su esposo había abusado por mucho tiempo de su propia hija. Después de años de abuso, finalmente su hija se lo contó. El mundo a su alrededor se había desplomado. La imagen de un esposo tierno y de un padre ejemplar se evaporó en medio de un mar de ira y lágrimas.

Tristes historias que tocan las fibras más íntimas del ser. ¿Es posible una recuperación absoluta después de experiencias negativas tan fuertes?

Si somos sinceros, deberemos reconocer que es algo sumamente difícil. Somos el resultado de las vivencias de nuestro ayer. Las malas experiencias nos condicionan desfavorablemente, eso es inevitable; pero no son nuestro fin.

Un desengaño en el área de la intimidad, por grande que sea, no nos convierte en acabados.

El dolor por el ayer no debe ser el ancla que nos impida lograr un mejor mañana. No permita que el dolor lo paralice. No admita ese fracaso como la ruina. En otras palabras, no permita que su pasado decida su futuro. Comience a forjar una actitud favorable frente a la vida e independiente de las frustraciones que haya experimentado. Centrarse en los recuerdos dolorosos para sentir lástima de usted mismo, aunque es humanamente normal, no es saludable.

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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