¿Cómo saber si una conducta sexual está bien o mal?
Hay varios parámetros para medir qué conductas están bien y cuáles están mal.
- Por la cultura: la conducta sexual varía de una cultura a otra. Por ejemplo, en el norte de África, entre los siwanos, se consideraba «anormales» a los hombres que no tenían prácticas homosexuales. En cambio, entre las tribus Rwala Bedouins que vivían en la península árabe, consideraron las prácticas tan «anormales» que condenaron a sus participantes a la muerte. Hay sociedades donde el orgasmo femenino está mal visto, mientras en otros la ausencia de orgasmo es signo de enfermedad.
- Por la estadística: según este parámetro, una conducta sexual está bien cuando es practicada por la generalidad de las personas, pero está mal cuando eso no ocurre. Por ejemplo, hacer el amor mientras se está comiendo sería una conducta sexual mala porque es poco usual; mientras que tener relaciones sexuales con ambos sexos sería una conducta adecuada, ya que el 50 % de los hombres maduros han experimentado con ambos sexos (informe Kinsey).
- Por la ley: aquí las conductas sexuales que la ley no prohíbe serían apropiadas. Por ejemplo, la ley no prohíbe la homosexualidad, entonces debería considerarse como buena, mientras que en algunos de los estados de Norteamérica está prohibida la relación sexual en el matrimonio, salvo la que se practica cara a cara (del misionero).
- Por el criterio social: según esta regla de medida, si una conducta sexual causa daño a otra persona sería inapropiada, de lo contrario es perfectamente lícita. Con este criterio, la homosexualidad y las relaciones extramaritales, por nombrar algunas prácticas, serían perfectamente lícitas, mientras que la violación estaría condenada.
- Por la Biblia: la Palabra de Dios condena toda actividad sexual «pre y extramatrimonial». Además, condena la homosexualidad, el travestismo, la zoofilia, la paidofilia, el sadismo, masoquismo y otras parafilias.
¿Qué criterio adoptamos los creyentes?
El de la Biblia, por supuesto. Es el parámetro que rige toda nuestra conducta incluyendo la sexual. Es la verdad absoluta, por encima de todo otro criterio. Es veraz para todas las personas, independientemente de dónde y en qué época vivan.
Si el sexo no es malo, ¿por qué nuestra conciencia nos acusa?
Por el mandato cultural. Es tan fuerte, que no podemos apreciar la verdad bíblica en libertad. Como cristianos hemos pecado por comisión y por omisión, especialmente de los que ejercemos el pastorado. Por comisión (lo que se hizo), porque hemos enseñado a partir de la concepción cultural mítica, no real, bíblica ni científica. Por omisión (lo que se dejó de hacer), porque hemos dejado de enseñar, ignorando la importancia del tema en relación con la calidad de vida cristiana y con la santidad toda. Es hora de reflexionar y cambiar. Capacitamos para educar. La necesidad es apremiante.
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