La Doctrina de la Biblia – La Claridad de las Escrituras 3
Continuemos.
D. ¿Por Qué Algunos Entienden Mal la Biblia?
Durante la vida de Jesús, sus propios discípulos a veces no entendían el Antiguo Testamento y las propias enseñanzas de Jesús (Mt.15:16: Mr.4:10-13; 6:52; 8:14-21:9:32; Lc.18:34; Jn.8:27; 10:6). Aunque a veces esto se debió al hecho de que ellos simplemente necesitaban esperar acontecimientos ulteriores en la historia de la redención, y especialmente en la vida de Cristo mismo (Jn.12:16; 13:7; Jn.2:22), también hubo ocasiones cuando esto se debió a falta de fe y dureza de corazón (Lc.24:25).
Todavía más, hubo ocasiones en la iglesia primitiva cuando los creyentes no entendieron ni estuvieron de acuerdo respecto a alguna enseñanza del Antiguo Testamento, o en cuanto a cartas escritas por los apóstoles; nótese el proceso de crecimiento en la comprensión respecto a la inclusión de los gentiles en la iglesia (que culminó en «mucho debate», Hch.15:17, en el concilio de Jerusalén, según Hechos 15), o el malentendido de Pedro sobre este asunto en Gálatas 2:11-15, o los frecuentes asuntos doctrinales y éticos que tuvieron que ser corregidos por las Epístolas del Nuevo Testamento. De hecho, en toda la historia de la iglesia los desacuerdos doctrinales han sido muchos, y el progreso en resolver diferencias doctrinales a menudo ha sido lento.
A fin de ayudar a las personas a evitar cometer errores al interpretar la Biblia, muchos profesores bíblicos han desarrollado «principios de interpretación», o pautas para estimular el crecimiento en el arte de la interpretación apropiada. La palabra hermenéutica (de la palabra griega jermencuo, «interpretar») es el término más técnico para este campo de estudio: la hermenéutica es el estudio de los métodos correctos de interpretación (especialmente interpretación de la Biblia).
Otro término técnico que a menudo se usa al considerarla interpretación bíblica es «exégesis», término que se refiere más a la práctica misma de interpretar la Biblia, no a las teorías y principios respecto a cómo se debe hacer: exégesis es el proceso de interpretar un pasaje de la Biblia. Consecuentemente, cuando uno estudia principios de interpretación, eso es hermenéutica, pero cuando uno aplica esos principios y empieza en realidad a explicar un pasaje bíblico, uno está haciendo «exégesis.
La existencia de muchos desacuerdos en cuanto al significado de la Biblia en toda la historia nos recuerda que la doctrina de la claridad de la Biblia no implica ni sugiere que todos los creyentes concordarán respecto a todas las enseñanzas de la Biblia. No obstante, sí nos dice algo muy importante: que el problema siempre está en nosotros, y no en la Biblia.
La situación es, en verdad, similar a la de la autoridad de la Biblia. En tanto que afirmamos que las palabras de la Biblia tienen toda la autoridad de Dios mismo, también nos damos cuenta de que algunos no reconocen esa autoridad o no se someten a ella. Asimismo, afirmamos que todas las enseñanzas de la Biblia son claras y se pueden entender, pero también reconocemos que las personas a menudo (debido a sus propias limitaciones) entienden mal lo que está escrito claramente en la Biblia.
E. Estímulo Práctico de Esta Doctrina.
La doctrina de la claridad de la Biblia, por consiguiente, tiene una aplicación muy importante, y a la larga muy estimulante. Nos dice que en donde hay aspectos de desacuerdo doctrinal o ético (por ejemplo, sobre el bautismo, la predestinación o el gobierno de la iglesia), hay sólo dos causas posibles:
1. Por un lado, puede deberse a que estamos buscando hacer afirmaciones en donde la Biblia misma guarda silencio. En tales casos debemos estar más dispuestos a reconocer que Dios no nos ha dado la respuesta a nuestra búsqueda, y dar lugar a los diferentes puntos de vista dentro de la iglesia. (Este es a menudo el caso con cuestiones muy prácticas, como los métodos de evangelización o estilos de enseñanza bíblica o el apropiado tamaño de una iglesia.)
2. Por otro lado, es posible que hayamos cometido errores en nuestra interpretación de la Biblia. Esto puede haberse debido a que la información que usamos para decidir un asunto de interpretación fue inexacta o incompleta; o a que hay alguna deficiencia personal de nuestra parte, como por ejemplo orgullo personal, codicia, falta de fe, egoísmo e incluso el no dedicar suficiente tiempo a leer y estudiar la Biblia en oración.
Pero en ningún caso tenemos libertad para decir que la enseñanza de la Biblia sobre algún tema es confusa o que no se puede entender correctamente. En ningún caso debemos pensar que los desacuerdos persistentes sobre algún tema en toda la historia de la iglesia quieren decir que no podemos llegar a una conclusión correcta sobre ese tema por nosotros mismos. Más bien, si en nuestra vida surge una genuina inquietud respecto a algún tema, debemos sinceramente pedirla ayuda de Dios y entonces acudir a la Biblia e investigarla con toda nuestra capacidad, creyendo que Dios nos capacitará para entenderla correctamente.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Teología Sistemática”
Por Wayne Grudem
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