La Doctrina de la Biblia – La Suficiencia de las Escrituras 3
Continuemos.
C. La Cantidad de Escrituras Dadas fue Suficiente en Cada Etapa de la Historia de la Redención.
La doctrina de la suficiencia de la Biblia no implica que Dios no pueda añadir otras palabras a las que ya le ha dicho a su pueblo. Más bien implica que el hombre no puede añadir por iniciativa propia otras palabras a las que Dios ya ha dicho. Todavía más, implica que de hecho Dios no le ha dicho a los seres humanos ninguna otra palabra que nos exija que creamos u obedezcamos aparte de las que ya tenemos ahora en la Biblia.
Este punto es importante, porque nos ayuda a entender cómo Dios pudo decirle a su pueblo que sus palabras para ellos eran suficientes en muchos puntos diferentes en la historia de la redención, y cómo él pudo no obstante añadir otras palabras más adelante. Por ejemplo, en Deuteronomio 29:29 Mois29 Moisés dice: «Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley».
Este versículo nos recuerda que Dios siempre ha tomado la iniciativa para revelamos cosas. Él ha decidido qué revelar y qué no revelar. En cada etapa de la historia de la redención, lo que Dios había revelado era para su pueblo en ese tiempo, y ellos debían estudiar, creer y obedecer esas cosas. Con progreso ulterior en la historia de la redención, se añadieron más palabras de Dios que registraban e interpretaban esa historia (vea el tema el Cánon de las Escrituras).
De este modo, al tiempo de la muerte de Moisés los primeros cinco libros de nuestro Antiguo Testamento fueron suficientes para el pueblo de Dios en ese tiempo. Pero Dios dirigió a autores posteriores para añadir más de modo que las Escrituras fueran suficientes para los creyentes en tiempos subsiguientes.
Para los cristianos de hoy, las palabras de Dios que tenemos en el Antiguo y Nuevo Testamentos juntos son suficientes para nosotros durante la edad de la iglesia. Después de la muerte, resurrección y ascensión de Cristo, y la fundación de la iglesia primitiva según se registra en el Nuevo Testamento, y la compilación de los libros del canon del Nuevo Testamento, no ha tenido lugar ningún otro acto central redentor de Dios en la historia (actos que tienen pertinencia directa para todo el pueblo de Dios en el futuro), y por consiguiente no nos ha sido dada ninguna otra palabra de Dios para registrar esos actos e interpretárnoslos.
Esto quiere decir que podemos citar pasajes bíblicos de todo el canon para mostrar que el principio de la suficiencia de la revelación de Dios a su pueblo en cada momento en particular ha seguido siendo el mismo. En este sentido, estos versículos que hablan en cuanto a la suficiencia de la Biblia en periodos anteriores también se aplican directamente a nosotros, aunque el tamaño de la Biblia ahora es mayor que el tamaño de las Escrituras a que se referían en su escenario original.
Los siguientes pasajes bíblicos, pues, se aplican a nosotros también en ese sentido:
- No añadan ni quiten palabra alguna a esto que yo les ordeno. Más bien, cumplan los mandamientos del Señor su Dios (Dt.4:2).
- Cuídate de poner en práctica todo lo que te ordeno, sin añadir ni quitar nada (Dt.12:32).
- Toda palabra de Dios es digna de crédito: Dios protege a los que en él buscan refugio. No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso (Prov.30:5-6).
- A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto: Si alguno le añade algo. Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro. Y si alguno quita palabras de este libro de profecía. Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro (Ap.22:18-19).
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Teología Sistemática”
Por Wayne Grudem
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