La Doctrina de Dios – Los Atributos Comunicables de Dios 25

 

Continuemos.

Amor

9. ¿Es apropiado definir el amor como «darse uno mismo» con respecto a nuestras relaciones interpersonales? ¿De qué maneras podría usted imitar el amor de Dios hoy?

10. ¿Es posible decidirse uno a amar alguien y luego llevar a la práctica esa deci­sión, o acaso el amor entre seres humanos depende de sentimientos emo­cionales espontáneos?

Misericordia

11. Para reflejar la misericordia de Dios más completamente, ¿a quién de entre sus conocidos pudiera mostrarle usted atención especial durante la semana entrante?

Santidad

12. ¿Hay actividades o relaciones en su patrón presente de vida que están estor­bando su crecimiento en santidad porque le dificultan separarse del pecado y honrar a Dios?

Paz

13. Al pensar en reflejar la paz de Dios en su vida, piense primero en su estado emocional, mental y espiritual. ¿Puede usted decir que en general usted tie­ne la paz de Dios en el sentido de que su vida interior está libre de confusión y desorden, y está frecuente y continuamente activa en acciones bien orde­nadas y bien controladas para promover la gloria de Dios?

Después pregún­tese lo mismo respecto a lo que pudiéramos llamar las «circunstancias externas» de su vida, es decir, sus relaciones en familia, sus relaciones con sus vecinos, sus actividades en sus estudios o su trabajo, o sus relaciones en las actividades de la iglesia. ¿Qué del cuadro general de su vida, visto como un todo? ¿Refleja su vida la paz de Dios? ¿Qué podría hacer usted para refle­jar más completamente la paz de Dios?

Justicia

14. ¿Desea algunas veces que las leyes de Dios fueran diferentes de lo que son? Si es así, ¿refleja tal deseo un desagrado de algún aspecto del carácter moral de Dios? ¿Qué pasajes de la Biblia podría usted leer para convencerse más plenamente de que el carácter de Dios y sus leyes son justas en todo esto?

Celo

15. ¿Refleja usted instintivamente el celo de Dios por su honor cuando oye que se deshonra al Señor en la conversación, o en la televisión, o en otro contex­to? ¿Qué podríamos hacer para profundizar nuestro celo por el honor de Dios?

Ira

16. ¿Debería encantarnos el hecho de que Dios es un Dios de ira que aborrece el pecado? ¿De qué maneras está bien que imitemos su ira, y de qué maneras está mal que lo hagamos?

Voluntad, Libertad

17. Conforme los hijos crecen hacia la edad adulta, ¿cuáles son las maneras apropiadas e impropiadas de que ellos muestren en sus vidas un ejercicio cada vez mayor de la voluntad y libertad individual del control paternal? ¿Se debe esperar esto como evidencia de nuestra creación a imagen de Dios?

Poder

18. Si el poder de Dios es la capacidad de hacer lo que quiere hacer,¿es poder para nosotros la facultad de obedecer la voluntad de Dios y producir en el mundo resultados que le agradan? Mencione varias maneras en las cuales podemos aumentar tal poder en nuestras vidas.

Perfección

19. ¿De qué manera el atributo de perfección de Dios nos recuerda que nunca podremos estar satisfechos con reflejar sólo algo del carácter de Dios en nuestras vidas? ¿Puede usted describir algunos aspectos de lo que sería «ser perfecto» como nuestro Padre celestial es perfecto, respecto a su propia vida?

Bienaventuranza

20. ¿Está usted feliz por la manera en que Dios lo creó, con los rasgos físicos, emocionales, mentales y relaciónales que le dio? ¿Con el sexo que Dios le dio (masculino o femenino)? ¿Con los dones espirituales que le ha dado? ¿De qué maneras es correcto sentirnos felices o contentos con nuestras persona­lidades, características físicas, destrezas, posición, etc.? ¿De qué maneras se­ría errado complacernos o estar felices por esas cosas? ¿Seremos alguna vez completamente «benditos» o felices?

21. ¿Cuándo tendrá lugar eso y por qué?

Piense en las cualidades que usted admira en otros, tanto creyentes como no creyentes. ¿Cuáles está bien admirar y cuáles no? ¿Cómo puede decidir? ¿Cómo podemos deleitarnos más frecuente y más completamente en Dios mismo?

Belleza

22. Si rehusamos aceptar la definición de belleza que da nuestra sociedad, e in­cluso las definiciones que nosotros mismos podamos haber elaborado pre­viamente, y decidir que lo que es verdaderamente bello es el carácter de Dios mismo, ¿cómo sería diferente nuestro concepto de hermosura del que teníamos antes? ¿Podríamos con todo aplicar apropiadamente nuestra nue­va idea de belleza a algunas de las cosas que previamente pensábamos que eran hermosas? ¿Por qué sí o por qué no?

23. ¿Puede entender por qué el deseo de David sobre todo lo demás en la vida era «habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo» (Sal 27:4)?

Gloria

24. Cuando los pastores cerca de Belén experimentaron la gloria del Señor que brillaba a su alrededor, «se llenaron de temor» (Lc. 2:9). Sin embargo, cuan­do lleguemos a vivir para siempre en la ciudad celestial continuamente esta­remos rodeando por la luz de la gloria del Señor (Ap.21:23). ¿Sentiremos continuamente ese mismo temor que sintieron los pastores? ¿Por qué sí o por qué no? ¿Le gustaría a usted vivir en presencia de esta gloria? ¿Podemos experimentar algo de ella en esta vida?

Extracto del libro “Teología Sistemática”

Por Wayne Grudem

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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